El residuo de una megaobra que ahora mejora las vías rurales en Cundinamarca
Mientras algunos lo ven como escombro, en Cundinamarca hallaron en este material una solución inesperada para mejorar sus vías rurales.
En una estrategia de economía circular que busca transformar residuos en oportunidades, los municipios de Arbeláez y San Bernardo comenzaron a recibir cerca de 1.700 toneladas de material sobrante del proyecto vial del tercer carril Bogotá–Girardot, para mejorar el estado de sus vías terciarias.
El material, proveniente del retiro de la capa asfáltica de las obras, será utilizado como recebo y fresado en caminos rurales priorizados por las administraciones municipales y sus comunidades. La entrega fue posible gracias a un proceso de coordinación entre la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR), la concesión Vía Sumapaz y las alcaldías locales.
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“Con esta simbiosis industrial logramos que un residuo de la concesión vial se convierta en materia prima para los municipios”, explicó Érika Álvarez Castañeda, directora regional de la CAR Sumapaz, quien destacó que la iniciativa surgió tras escuchar directamente a las comunidades sobre sus necesidades de conectividad.
Este modelo no solo evita el desperdicio de materiales, sino que responde a una problemática concreta: varias de las principales canteras de la región aún no cuentan con los permisos requeridos para su operación, lo que limita el acceso tradicional a insumos para obras rurales.
Además de su rol como autoridad ambiental, la CAR lideró la gestión con el objetivo de fortalecer la infraestructura de la región y mejorar las condiciones de vida de los habitantes.
Se espera que en los próximos meses otros cuatro municipios del Sumapaz se sumen al programa, una vez cumplan con los requerimientos legales para la recepción del material
Foto: CAR