Un mes del cierre en la vía al Llano: impactos en la economía en Cundinamarca y sus alrededores
Un cambio silencioso empezó a sentirse en los campos del oriente de Cundinamarca. Lo que antes se resolvía con un viaje corto, hoy requiere paciencia, más dinero y una larga espera.
El precio de un bulto de papa criolla ya no se mide solo en kilos, sino en kilómetros. Desde hace un mes, los productores del Oriente de Cundinamarca sienten que cada viaje hacia el mercado cuesta más, tarda más y deja menos. Las cuentas no cuadran y la paciencia se agota.
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En el kilómetro 18+600, en jurisdicción de Chipaque, un derrumbe bloqueó la vía al Llano y transformó la rutina de los municipios cercanos. Lo que parecía una emergencia pasajera se convirtió en una crisis prolongada que aún no tiene fecha exacta de solución. Los días pasan entre maquinaria, cierres, desvíos y lluvias que no dan tregua.
Las pérdidas económicas ya se miden por sectores. Los agricultores fueron los primeros en resentir el golpe. Mover las cosechas cuesta entre un 30% y un 50% más, según el producto.
Las cargas de papa criolla, mazorca, hortalizas, tomate, limón o cilantro se encarecieron, mientras los compradores en la ciudad negocian a la baja. A eso se suma el aumento del 20% al 30% en insumos agropecuarios y alimentos para animales, una combinación que amenaza la sostenibilidad de las fincas.
El comercio local tampoco encuentra alivio. Cerca de 800 establecimientos reportan caídas drásticas en las ventas. Algunos bajaron sus persianas de forma temporal, otros lo hicieron sin retorno. En las tiendas y restaurantes cercanos a la vía, donde antes el paso de los viajeros era constante, hoy hay mesas vacías y estanterías llenas.
El transporte de carga dejó de mover unas 95.000 operaciones. Fenavi advirtió que, si la situación continúa, los envíos podrían reducirse hasta en un 40%, con un impacto directo en el precio del pollo en las principales ciudades. La región aporta una producción diaria de 26 toneladas de carne blanca entre Guayabetal y Cáqueza, y más de 850.000 huevos junto con Fosca, Quetame, Chipaque y Gutiérrez.
El efecto no se limita a la economía. La salud se ha visto comprometida. El Hospital San Rafael de Cáqueza registra la suspensión del 25% de las citas médicas por la imposibilidad de desplazamiento de médicos y pacientes.
Las cirugías de mediana y alta complejidad se redujeron en un 35%, y las especialidades de cardiología, gastroenterología y neurocirugía cerraron temporalmente. Mantener la atención disponible encareció los costos hospitalarios en un 30%, debido al mayor consumo de combustible y al desgaste de los vehículos por las rutas alternas.
En las aulas la situación es parecida. Los niños de las zonas más afectadas perdieron hasta quince días de clases, un golpe silencioso que altera la continuidad del calendario escolar y el ánimo de las familias.
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Cada semana que pasa deja un registro más largo de consecuencias. El derrumbe no solo partió la montaña: dividió los tiempos, alteró la vida diaria y dejó claro cuánto depende una región de una sola vía.
Se cumple un mes de la afectación en la vía al Llano, producto de un gran derrumbe en el km 18+600, en jurisdicción del municipio de Chipaque, y aún falta un buen número de semanas para su habilitación. Las pérdidas económicas son importantes y los habitantes del Oriente de… pic.twitter.com/Wo2KGHiDHF
— Jorge Emilio Rey Ángel (@JorgeEmilioRey) October 6, 2025
Foto: Gobernación de Cundinamarca