Otro menor asesinado en el Centro de atención de Zaragoza

Posted on 2 de mayo de 2013 by Periodismo Público

Sólo tres horas y media duró vivo un menor de edad en este centro especializado para adolescentes, quien sobre las 5:00 p.m. del lunes llegó remitido del Redentor de Bogotá, pero que a eso de las 8:30 p.m. del mismo día fue asesinado por otros dos menores que estaban dentro de la misma celda.

Cuenta un testigo, a quien le omitimos el nombre, que el menor asesinado fue remitido el mismo lunes desde Zipaquirá con destino al centro de reclusión de menores El Redentor de Bogotá, pero que de inmediato fue enviado a Zaragoza.

Afirma la misma fuente, que la persona asesinada llegó hacia las 5:00 p.m. al ‘Centro de internación especializado para adolescentes del departamento de Cundinamarca y el municipio de Soacha’, que funciona actualmente en la antigua cárcel de Zaragoza, y que luego fue recluida en una celda junto a tres internos más, dos de los cuales son menores de edad.

Al cabo de tres horas y media, el joven remitido por hurto fue asesinado por los dos menores que se encontraban dentro de la misma celda. Al parecer, los presuntos homicidas pagaban un castigo por haber quemado unas colchonetas al interior del centro.

El testigo aseguró que el mayor de edad que se encontraba dentro de la celda fue el que narró los hechos que sucedieron, y que nada tuvo que ver con el asesinato.” Es una persona que en 20 días termina de pagar una condena por hurto”.

Este asesinato dentro del Centro especializado para adolescentes que funciona en Zaragoza, se suma al homicidio del pasado 3 de enero cuando otro menor fue apuñalado con un cepillo de dientes, y quien minutos después murió desangrado.

Lo grave del caso, es que a pesar de las reiteradas denuncias sobre las irregularidades registradas en Zaragoza (ver: http://bit.ly/18srLm5), ni la Gobernación de Cundinamarca, ni el municipio de Soacha, ni la Congregación de religiosos Terciarios Capuchinos que opera el centro, ni mucho menos el ICBF, hacen lo suficiente para detener los asesinatos y la revueltas que con frecuencia se presentan en un centro que fue adaptado para proteger la integridad y resocializar a los menores infractores.