Los diez mil y más azotes

El título de esta nota lo he colocado porque es el recuerdo de una leyenda Bíblica muy conocida por tirios y troyanos, y porque cae como anillo al dedo a la situación de todo orden que vive desde hace mucho tiempo mi lejano terruño y las gentes que la viven, sin que se observe por los mismos la solución que deben conseguir quienes manejan sus destinos.


Porque, apreciados compatriotas, no se puede seguir viviendo por más tiempo con los azotes que representan para mi tierra soachuna ser la ciudad donde más atracos y robos se realizan en todo Cundinamarca, ni ser el mayor centro de intolerancia, violencia intrafamilar, tener el mayor consumo de alcohol, muertes violentas, mayor consumo de drogas y hurtos residenciales, e invasión de vías públicas, ante la impasividad casi absoluta de sus autoridades.

Además, es curioso como se decía por el Coronel Alejandro Murillo, Comandante de la Policía local, que para la solución a la inseguridad era «necesario recuperar los programas de seguridad, por eso se tomó la decisión de retomar el programa de los promotores…………y por eso es necesario integrar el trinomio perfecto para la seguridad: Administración Municipal, Policía Nacional y Comunidad, a fin de enfrentar estos problemas». Naturalmente sacaba el cuerpo a sus obligaciones y afortunadamente llegó su reemplazo, quien en poco tiempo mostró la forma en que la Policía está obligada a cumplir la Resolución 00912 de 2.009 que impone las obligaciones inherentes al cargo y la situación de orden público cambió.

Pero, como todo lo bueno, el Comandante se fue muy pronto, aunque quedó muy claro que su antecesor no cumplió con sus obligaciones y llegó solo a veranear, y le importó un pepino la grave situación que se vivía. Solo vegetó y amenazó a quienes le
criticaron, y como yo lo hice desde este medio, me hizo víctima de un mensaje, a través de mi cuenta en Internet, que naturalmente estaba envenenado, pero que no fue capaz de firmar, sino como emitido por «Policía».

Pero además, las autoridades municipales se dedican únicamente a hacer declaraciones por doquier, añadiendo gotas de cinismo con palabras que no aportan ninguna claridad para el inmediato futuro y, entonces, debe uno peguntarse: ¿Hasta cuándo se debe aguantar para salir a decir no?

No es esto, acaso uno de los mil y más azotes que viene sufriendo en carne propia nuestra tierra ante la pasividad de sus dirigentes? No es esto una muestra de Corrupción? No es muestra de corrupción lo que ha ocurrido en el IMRDS que se ha denunciado en estas mismas páginas? Es poco, acaso, que algunos de sus Directores dejen el cargo sin hacer entrega legal de él? No es ilegal que elabore cuenta de cobro por compra de un equipo de sonido cuando se trata de reparación del mismo?

No es esto uno de los 2.000 y más azotes recibidos por el Tesoro Municipal? Y qué dirán quienes todo lo niegan o nada dicen de lo doloso que ocurre, también en el IMRDS cuando se contrató la instalación de elementos propios de un parque para recreación de los niños de un barrio y se encuentra que los rodaderos, asientos y otros elementos llevaban en sus partes la leyenda «Propiedad del D.C. de Bogotá»? Qué dijo el IMRDS? Pagó las cuentas? Volvió a contratar con quien hizo la trampa? Qué persona fue esa? Se pagó la factura?

Y de los pagos irregulares qué? Qué se dice de las ayudas a los Clubes sin Personerías Jurídica? y de los hallazgos con incidencia fiscal que ascienden a más de 294 millones de pesos? Recordemos, apreciados lectores, lo que alguien decía por estas tierras: «No es lo mismo equivocarse una vez por una trampa mediática, que hacerlo tres veces con conciencia e intención.»

Con tantos antecedentes por hechos muy graves ocurridos en el IMRDS no será esta la oportunidad para designar un verdadero Gerente nacido de la Universidad y no, otra vez, un profesor de Educación Física que, con todo nuestro respeto y atendiendo la Ley 115 de 1994, cuando señala que «Entiéndase por Educación Física la disciplina científica cuyo objetivo de estudio es la expresión corporal del hombre y la incidencia del movimiento en el desarrollo integral y en el mejoramiento de la salud y calidad de vida de los individuos con sujeción a lo dispuesto en la Ley 115 de 1.994».

Tome nota, señor Alcalde y no permita más problemas para que aquello se tenga en cuenta en la designación de Director del IMRDS y no permita más problemas de todo orden en esa entidad, ante una corrupción que permanentemente se desborda, y converse, así sea telefónicamente con la Contralora Municipal para que se entere de este tema de suma importancia para Soacha, porque es salud y bienestar, porque este es un nuevo caso de los diez mil y más azotes a que está sometido el Municipio, porque parodiando a don Joaquín Estefanía, como se lleva, «es un programa que solo ha logrado parecerse al agua con sus características principales: innolora, incolora e insípida», y yo le agregaría malsana y corrupta.

Y qué decir, apreciado lector, de otro caso que por la corrupción que viene padeciendo el Municipio desde hace más de 20 años, le ha ocasionado a Soacha ya no diez mil y más azotes, sino una Indemnización de diez mil millones de pesos para las familias afectadas por las deficiencias estructurales de las viviendas que se ubicaban en la Urbanización Parque el Sol y que «en ningún caso, la reubicación y entrega de las nuevas viviendas no constituyó un pago por perjuicios, sino una medida por el peligro que correrán los habitantes por las viviendas afectadas», como dice la sentencia.

Es que podía asegurar, sin llegar a equivocarme, que la corrupción en Soacha comenzó a acrecentarse y a ganar adeptos, con la programación de esta Urbanización que a través de su representante, denunció que por las licencias de construcción se cobrarían $50.000 por cada casa y que había gestores únicos que las tramitarían ante la Oficina correspondiente del Municipio, pues de lo contrario no se expedirían. Este hecho lo denuncié a través de Radio Rumbo y lo publicó El Tiempo, pero nunca supe que sucedió, porque cambié mi lugar de residencia.

Así se construyeron las viviendas en un terreno deleznable, sin ninguna preparación eficaz. Y qué sabe la Oficina correspondiente del Municipio? Seguramente nada, o que todo se hizo bien. Pero lo cierto es que en muy poco tiempo las viviendas se vinieron al piso y sus habitantes quedaron en la calle, porque el terreno no podía resistir el peso que la construcción significaba. Y lo que quedó en el piso se convirtió en Cueva de Rolando. Habitaciones de maleantes y atracadores permanentes, y en despensa de artículos robados y hasta de violaciones. Por un tiempo la zona estuvo con vigilancia, pero después nada. Y la Policía? Bien mil gracias. Tal vez esperando que interviniera el «Trinomio perfecto» para mayor seguridad.

Y esos diez mil millones, junto con las costas, a quien van afectar? Pues, naturalmente a la gente humilde. A los sin casa. A los sin tierra y a los que reciben ayudas del Municipio. Acaso quiénes son los que siempre tienen que pagar las consecuencias de todo lo mal hecho? O es que acaso el Municipio no tiene que rebajar las partidas de auxilio a los pobres? O no se tendrá que prestar dinero de un Banco para cancelar esa obligación? O ya se tiene ese dinero como sobrante en Caja? Nada de eso, estimados lectores. Ahora, apaga y vámonos. Y los responsables? Pues muy bien. Gracias. Se sabrá ya quiénes fueron? No. No existe la mínima sospecha. Solo el chistoso de siempre, que dirá: Eso fueron los ladrones.

Y ahora recuerdo esto que escribió alguien, cuyo nombre ahora no recuerdo:

«A quién le pedimos cuentas? Quién nos justificará el malbaratamiento de nuestro dinero? Quién asumirá que no están vilipendiando situándonos en cotas mínimas de lo que uno entiende como dignidad humana?”

Y, ahora muy apreciados lectores, no olvidemos nunca esta máxima escrita por don Manuel Domínguez que hoy viene al caso.

«En una democracia real la opinión del pueblo siempre es vinculante; ignorarlo o darle la espalda supone traicionar la confianza de los ciudadanos y pisotear la ideología de la conciencia social».

En la rendición de cuentas del ente de Control Municipal correspondiente a la vigencia 2.012, la Contralora Municipal advirtió que el año pasado se decretó detrimento patrimonial por más de tres mil millones. Se emitieron cinco funciones de advertencia y hay en curso más de 150 procesos en la Dirección de responsabilidad fiscal.

No se necesita, amigos de Soacha, un máster en algo, para saber cómo se llama a quien se lleva los dineros ajenos y especialmente los de Soacha que requiere tanto de él.

Finalmente vale preguntar: ¿Es verdad que en las dependencias Municipales de Soacha existe Corrupción? Usted, estimado lector, responda a esta pregunta y jamás guarde silencio. Sea respetuoso sí, en su protesta, pero no calle porque se constituiría en cómplice.

joseignaciogalarza@yahoo.es

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