Memoria histórica de Soacha en una mujer que llega a sus 100 años de vida

María Celmira Usaquén es una soachuna que este domingo cumplirá un siglo de vida, aún en su memoria quedan recuerdos de escenas importantes que hacen parte de la historia del municipio.


María Celmira enlaza sus dedos y fija su mirada en el horizonte que visualiza desde su ventana dejando observar en su imagen cómo el paso del tiempo la ha marcado con rigurosidad. Pero son solo arrugas las que acompañan su rostro, pues en cuanto a su salud, a parte de los achaques normales de sus años, su familia expresa que anda como el pibe: “Todo bien, todo bien”, pues con su edad profusa aun es independiente y con algo de dificultad puede suplir sus necesidades básicas. El único problema notorio que se vislumbra es su escasez auditiva, consecuencia, seguramente del tiempo.

Ni hablar de lo que doña María Celmira es para Soacha, pues el sector del barrio La Veredita la vio nacer…y aun la ve recorrer sus caminos. Vive en este municipio desde cuando no había ningún servicio primario, en aquel tiempo donde los sembríos de cebada abundaban en lo que hoy son edificios de vivienda, fue testigo del momento cuando la población no era de más de diez mil personas en todo el municipio, recuerda con alegría aquellos tiempos en que en Soacha era solo una parroquia, vio caer un templo y construirse el actual en el centro de Soacha, ha sido testigo de todos los conflictos internos de nuestro país: la guerra de los mil días, el conflicto con el Perú, el Bogotazo, el nacimiento de las guerrillas.

Ha enterrado a sus cinco hermanos, todos menores de ella, ha sepultado a dos esposos y a tres de sus siete hijos, todo ello, tal vez, la convirtieron en una mujer de roble que no se resigna a morir todavía.

Testigo de dos guerras mundiales, de dos siglos nuevos, de un nuevo milenio y de todos estos avances científicos y tecnológicos, ella sigue desde su ventana observando pasar la vida, de vez en cuando manifiesta que ya es hora, pero como buena católica concluye que solo cuando Dios lo quiera.

Por eso, sus hijos: Francisco De 77 años, Rosa de 72, Clara Marina de 70 e Isabel de 65 años, sus nietos, bisnietos y tataranietos le expresan infinitas bendiciones en sus 100 años de vida y Soacha entera celebra tener mujeres de ese talante de Doña María Celmira Usaquén. Ojalá que con el testimonio de ella y de algunos otros Suachunos que han logrado las diez decenas de años se contribuya a construir la memoria Histórica que tanto requiere y anhela nuestro municipio.

Édgar Orlando Matallana Usaquén

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