Hacia la fragmentación política
En los últimos meses he venido siguiendo de forma silenciosa el escenario político en Suacha, no de manera minuciosa claro está, mejor un tanto pragmática, pero si lo necesario para por lo menos disertar brevemente, así que si usted cree que este pequeño escrito pretende ofrecer un completo panorama de la realidad política seguramente tendrá el infortunio de evidenciar que no es así, no obstante, movido por mi ánimo de reflexionar es que trataré de plantear una inquietud en cuanto al futuro de nuestro municipio.
Efectivamente como hace alusión el titulo de este escrito sospecho que los vientos de unidad parece de nuevo serán esquivos (ojalá me equivoque). Esto lo digo porque creo no se consolida una cohesión política de aquellos sectores alternativos para afrontar las próximas elecciones, no sé si sea muy temprano para decirlo, lo que pasa es que falta un año para la contienda electoral y para mi concepto personal es poco tiempo. Por el contrario, paulatinamente afloran los orgullos y los egos por aquellos que quieren acceder a algún puesto burocrático, como se dice coloquialmente: varios ya pelaron el cobre, y se siente un ambiente ligeramente tensionante que con el tiempo podría volverse denso.
Pero lo peor del caso es que los líderes sociales, de esos muchos que ahora están surgiendo, no todos, algunos, están promoviendo dinámicas divisorias al interior de los movimientos y colectivos. Aunque lo nocivo del asunto es que su visión fragmentaria tiene incidencia directa no sólo al interior de los colectivos que pretenden ser una alternativa política, sino que su ánimo separatista se transpola en el seno de la misma comunidad, eso es lo más grave a mi parecer, pues Suacha no necesita más de lo mismo sino que necesita un verdadero proceso que parta del construir entre la diversidad de pensamientos, intentado promover un dialogo que por lo menos permita recoger la mayoría de las expectativas de los que hemos estado cansados de lo mismo, Suacha necesita un cambio urgente, pero desde la animadversión y los egos mediáticos llevados por las ganas de aparecer, figurar, y hacer parte del “jet set” local ese ideal se desvanece.
Necesitamos construir verdadera política a partir del sentido de comunidad (tarea nada fácil), pero para ello se debe trabajar cobijados por la sombra de la unidad y de la ausencia de envidias o codicias, pues por el lado de los politiqueros y partidos tradicionales que siempre han gobernado a Suacha la cohesión rápidamente se concreta acudiendo a la retórica que siempre ha imperado en nuestra bella tierra de incautos, supuestamente movilizados por un amor por Soacha, pero escondiendo tras del eufemismo las mismas lógicas destructivas y saqueadoras de nuestro territorio.
Esperemos que para dentro de un año el escenario político local nos dé una dicha y en lugar de fragmentación política estemos celebrando abrigados con la bandera de la unidad, no necesariamente desde una visión homogenizante, pero por lo menos con la satisfacción de que las diversas voces serán escuchadas por un gobierno local realmente democrático e incluyente, muy a diferencia de los mismos mezquinos personajes y partidos que tras bambalinas siempre han ejercido el poder.
Por último, el llamado es a hacer a un lado los oscuros personajes que quieren fragmentar, es de cautos actuar con mesura, pero también saber distinguir entre aquellos que sinceramente quieren transformación política y social y quienes sólo quieren sacar provecho del momento en beneficio de sus propios intereses, es fundamental conocer quienes acuden a la causa de la justicia social y de la solidaridad política para trabajar con vehemencia por este lindo pero golpeado territorio, objeto final de cualquier causa o resistencia que se reivindique así misma como adalid de transformación social.
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