Aterradores casos de atracos que impactan a municipios cercanos de Bogotá
Las bandas de atracadores y delincuentes se encizañaron con
los municipios cercanos a Bogotá. Sólo en enero y febrero de este año se han
denunciado 311 hurtos a residencias; han asaltado viviendas en Tenjo, La
Calera, Funza y Fusagasugá, entre otros.
El hurto a viviendas, de forma violenta y con pérdidas
millonarias, es un delito que ha venido en aumento en la Sabana de Bogotá. Y
más que por las cifras se sabe de estos por los crudos relatos de quienes han sido víctimas de hombres armados que llegan
dispuestos a todo.
En 2019, entre enero y febrero se registraron 416 hurtos a
residencias, y este año ya van 311 casos, pero se cree que hay más a juzgar por
la preocupación de varios residentes de la zona que no ven la magnitud del
problema reflejado en las cifras.
Uno de los casos más
violentos se presentó el pasado 12 de enero y quien lo denuncia es Luis
Alejandro Gómez. Él vive en un conjunto residencial de la vereda Santa Cruz en el municipio de Tenjo, muy cerca del casco
urbano.
Era domingo, 7:30 de la noche. En la casa estaban unas diez
personas. “Mi esposa, mis cuatro hijos, mis suegros, mi hermana y la empleada
del servicio”. Todo estaba tranquilo hasta que la paz fue interrumpida por ocho
hombres armados y encapuchados que ingresaron por la cocina de la casa.
Con amenazas tiran al piso a la esposa de Luis Alejandro y a
su empleada. Luego se encargan de ir por cada uno de los miembros de la familia
ubicados en diferentes puntos de la casa. “Mi
hijo estaba en el baño y lo agarraron a golpes y a mi niña de ocho años la
sacaron con una patada de la habitación”, contó indignado el padre de familia.
Luego golpean con fuerza a un joven de 16 años. “Como es el
más grande se ensañaron con él, yo lo único que podía hacer era gritarles a
todos que tranquilos”. Lo siguiente fue encerrar a toda la familia en una sola
habitación. En ese momento los tiran al piso, los ponen boca abajo, los
amordazan y los amarran con una especie de tiras de plástico para dejarlos
inmóviles mientras les preguntan en dónde está la caja fuerte. “Yo les dije que
tenía cinco millones de pesos en el bolso porque en la caja fuerte solo había
unos poquitos dólares y euros de esos que le sobran a uno de los viajes, era
casi nada”.
Luego cogieron almohadas y ropa de los armarios, les
envolvieron la cabeza y le subieron el volumen al televisor. “Escuchamos que
comenzaron a decir: Comandante, no han llamado a la policía, todavía tenemos
tiempo. Es como si tuvieran gente afuera
con radios. Yo comencé a orar, le agradecí a Dios, le pedí por mis hijos, sentí
que nos iban a matar”.
Luego les dijeron que
esperaran 20 minutos para pararse o los asesinaban. Para ese momento ya
tenían todo cargado y les habían quitado las llaves de los carros. También
logran que ingrese un carro mientras otros tres hombres vigilan. “Cuando mi
esposa logró zafarse le pedí que accionara la alarma. Apenas vi que ellos
bajaron las talegas yo me boté a la puerta y la aseguré”.
Uno de los jóvenes de la familia consiguió unas tijeras y
desató a la familia. “Los tipos lograron cruzar la portería sin ningún
problema. Luego se supo que todos los integrantes de la banda habían ingresado
por la parte de atrás del condominio. Rompieron las mallas con una cizalla”.
Para las víctimas, la atención de la policía de Tenjo no fue
la esperada. “Desde un primer momento les dije que en mis equipos tenía
información confidencial y que necesitaba que llamaran a la Fiscalía, pero
ellos no quisieron solo dos horas y media después. A esa hora ya el
investigador no podía desplazarse”.
Como si fuera poco, los
policías le dijeron que pusieran la denuncia en Madrid cuando todo había
ocurrido en Tenjo. “Se botan la pelota entre la policía y la Fiscalía para que
no les cambien las cifras”. En total, esta familia perdió unos 195 millones de
pesos. La familia quedó con serias afectaciones psicológicas, y por eso Luis
Alejandro se tomó la tarea de visitar varias casas de la zona para investigar
si había más casos y, en efecto, los testimonios comenzaron a aparecer.
El primero fue el de
un concejal de ese municipio en enero del 2020. “Yo los encontré tratando
de ingresar por el balcón, pero no me alcanzaron a robar. Lo más insólito es
que regresaron a los siete días, pero para mi fortuna identifiqué por las
cámaras unos de los vehículos y se logró detener a dos de ellos. Tenían dos
revólveres y droga”. Lo más preocupante es que, a través de la revisión de las
imágenes, se pudo comprobar que esta banda se moviliza en al menos unos seis
carros diferentes. “Ellos hacen una labor previa. Toman fotos y marcan las
casas que van a robar. Tienen vehículos de carros como Mazda 6, Optra, Aveo,
Megan y Volkswagen”. La idea de las autoridades es que es una banda
estructurada que se pasea por toda la Sabana identificando a sus víctimas. “Nos
tocó armar frentes de seguridad. Creemos que es una banda de Bogotá. El
problema es que Tenjo es un municipio muy grande, de 108 kilómetros cuadrados,
y tenemos solo cuatro efectivos por turno que no alcanzan a cubrir el
territorio”, dijo el concejal.
Otras víctimas aseguran que los robos son tan intimidantes
que incluso amenazan a la gente con cortarles las orejas con cortafríos.
Esta misma ola de inseguridad se vive en Fusagasugá. “El 30 de enero, a las 4:30 de mañana, una banda se
entró por la parte de atrás del conjunto, rompieron las cercas y se entraron
por una ventana. Nos robaron 20 millones de pesos en electrodomésticos. Parece
que entraron con llaves maestras”, dijo Jaime Salgado. El 25 de febrero su
vecino de en frente fue la víctima. “Nos tocó invertir en iluminación, sellar
una ventana con bloque, poner un parlante y ponernos en alerta con la
comunidad”.
En municipios como La
Calera hay veredas como Márquez en donde los atracos a residencias se
vienen cometiendo desde haces varios meses, y la modalidad siempre con las
mismas características: un carro merodeando y dentro de él varios sujetos. “En
poco tiempo en una casa amordazaron a toda un familia; en otra, un hombre calvo
intentó entrarse; en otra se robaron todos los electrodomésticos y en la mía se
entraron, solo que no pasó nada porque yo reaccioné a tiempo y los tipos se
escaparon. Abordaron un Chevrolet Stem Plateado rumbo a Sopó”.
Y así hay decenas de casos. Lo único que ha sido efectivo
para la comunidad han sido los frentes de seguridad, que por lo menos permiten
generar cadenas de información ante amenazas. “La tranquilidad de vivir fuera
de la ciudad se está acabando por las bandas de colombianos y extranjeros que
vieron en la Sabana una oportunidad para cometer sus crímenes y quedar impunes”,
dijo una de las víctimas.
Residentes temen que
cifras no muestren la realidad
Según cifras del Sistema de Información Estadístico, Delincuencial,
Contravencional y Operativo de la Policía Nacional (Siedco), el sistema de
información a través del cual la Policía Nacional tiene conocimiento de los
hechos delictivos, servicios de policía, teniendo en cuenta condiciones de
tiempo, modo y lugar, solo en el año 2019, del 1 de enero al 28 de febrero se
cometieron 416 robos a residencias y en lo que ha corrido del 2020 ya van 311,
durante los mismos meses. Soacha, Mosquera y Facatativá tienen los índices más
altos.
En cuanto a hurtos a personas, las cifras no son
alentadoras. En 2019 se registraron 1.635 y este año ya alcanzan los 1.613, en
el mismo periodo de tiempo. En cuanto a homicidios, en 2019 se presentaron 32 y
este año ya van 25.
El robo de bicicletas no se queda atrás. En 2019 hubo 212 robos
registrados y en 2020, 186. Y en cuanto a homicidios, en 2019 se cometieron 32
y en 2020 van 25.
Según cifras del Siedco, en 2019 hubo 1.043 capturas y este
año, 933. Sobre la desarticulación de bandas, las cifras del 2019 señalan que
fueron 50 y en el 2020 fueron 27 los grupos delincuenciales capturados.
Tomado de: eltiempo.com
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