Jimmy Riaño, un profesional oculto que salva vidas en Soacha
Jimmy Andrés Riaño Cuastumal es un médico especialista en anestesiología y reanimación que nació hace 33 años en el barrio Libertador de Soacha. A pesar de pertenecer a una familia humilde, su esfuerzo, empeño y dedicación le permitieron alcanzar el título de Médico General y hoy trabaja como anestesiólogo en los hospitales Cardiovascular de San Mateo y Mario Gaitán Yanguas de Soacha.
El Dr. Jimmy, como le dicen sus amigos, estudió su primaria en la escuela Los Libertadores y luego sus padres, oriundos de Soacha, lo trasladaron al Colegio Cooperativo Eugenio Díaz para que continuara sus estudios de bachillerato, los cuales concluyó en el año 1996.
Influenciado por su señora madre, pensó siempre en ser médico pero las condiciones económicas de sus padres no eran las mejores. Sin embargo, con esfuerzo y constancia ingresó a la Fundación Universitaria Juan N. Corpas y todos los días se desplazaba desde Soacha hasta Suba a estudiar medicina. Concluyó su pregrado y aunque tuvo que hacer un receso porque el dinero no le permitió continuar sus estudios, posteriormente se matriculó en la Fundación Universitaria San Martín para hacer una especialización en anestesiología y reanimación.
El Dr. Jimmy es hijo de un maestro de construcción y una comerciante, de cuya unión nacieron además sus dos hermanas que también son profesionales.
Dr. Jimmy, ¿Cuándo nace ese deseo por estudiar medicina?
Desde pequeño fui infundido bastante por mi madre, ella siempre tuvo ese objetivo y ese sueño de ver a su hijo graduado como médico, además teníamos unos amigos médicos que ayudaron bastante para que definitivamente me inclinara por la medicina, claro que en realidad nunca pensé en estudiar otra cosa. Como ustedes saben la situación económica de una familia de bajos recursos le impide pagar una carrera de estas características; en ese tiempo todo era muy diferente, el esfuerzo fue grandísimo ya que era muy complicado desplazarse de Soacha hasta Suba. Yo estudiaba en la Fundación Universitaria Juan N Corpas, donde realicé mis estudios de pregrado en medicina general, salía de Soacha a las 4:15 a.m. para llegar a las 6:30 a.m. a la universidad.
¿Cómo se desplazaba si en esa época no había Transmilenio?
Trasmilenio era simplemente un proyecto, entonces tenía que coger dos buses o hasta tres para poder llegar, obviamente el regreso era igual y eso implicó un gran sacrificio tanto mío como de mis padres porque el sostenimiento del pago de semestres y la compra de los utensilios era bien alto. Todo era caro, los libros de medicina, el equipamiento, el diario, entonces todas estas cosas son las que lo hacen pensar a uno que todo este esfuerzo que generan, tanto los padres como uno, se vea reflejado en eso, en lo que es una experiencia muy bonita de vida.
¿Qué tan buen estudiante fue usted, Dr. Jimmy?
Fui un hombre juicioso con mis materias, siempre me destaqué por tener unas adecuadas notas y calificaciones. Estuve en el Hospital de Girardot haciendo mis rotaciones, allí hice una rotación que se llama el internado y otra parte la hice en el hospital de Bucaramanga, siempre estuve muy apegado hacia la parte clínica porque mi pasión son los pacientes, incluso realizamos varios estudios en la parte epidemiológica.
¿Qué hizo una vez más se graduó como médico General?
Yo me gradúo en enero de 2005, después de que uno se gradúa como médico general lo que tiene que hacer es el año rural, que es un lugar donde trabajamos para poder tener la tarjeta profesional y desempeñarnos como médicos. Ese año rural lo realizo en la Uribe Meta, en plena zona roja, allí estuve 6 meses aunque normalmente el periodo rural es un año, pero por ser zona roja sólo me dejaron 6 meses. Después de eso llego en agosto de 2005 y el primer trabajo que tuve fue en la ESE Municipal donde duré aproximadamente un año y medio trabajando.
¿Qué tal la experiencia en la ESE?
Magnífico, en ese entonces tenía un grupo de trabajo espectacular, unos compañeros muy buenos que hoy en día son grandes amigos míos, fue mi primer trabajo como tal, volver nuevamente a las raíces pero ya con otro enfoque, con otro aspecto, con otros objetivos. Fue muy bonito porque ya pasé de ser el muchacho de barrio a ser el médico y atender a mis propios vecinos. Posteriormente pasé al Hospital Cardiovascular donde llevo aproximadamente 8 o 9 años trabajando.
Allí entra como médico porque aún no era especialista, ¿verdad?
Yo entro en el año 2007 y trabajo aproximadamente 4 años como médico general porque las especializaciones en este país son bastante costosas. Ya después de que me gradúo como médico, todas las responsabilidades de gastos y de mantenimiento caen sobre mí, y el objetivo mío siempre había sido seguir estudiando, entonces tuve que parar un periodo de estudio, dedicarme a hacer ahorros para poder seguir estudiando, entonces en el año 2010 hago todo el proceso para pasar a la universidad nuevamente a hacer la especialización y comenzar a especializarme en anestesiología y reanimación, meta que alcancé en 2013.
En este momento, ¿Ud. alterna entre el Cardiovascular y el Mario Gaitán como anestesiólogo?
Sí señor. En estos momentos me desempeño como médico anestesiólogo en las dos instituciones de mayor complejidad en nuestro municipio.
Doctor Jimmy, ¿qué siente hoy en día haber logrado poco a poco sus metas?
Definitivamente como dicen las mamás o las abuelas, todo lo que se consigue con bastante sufrimiento vale la pena, uno lo reconoce y la gente le reconoce mucho más ese esfuerzo. Además lo que se consigue con esfuerzo se disfruta mucho más porque se siente todo lo que se ha tenido que sufrir, bueno, en realidad no hablemos de sufrimiento porque son experiencias de la vida, son sacrificios y a veces ni siquiera sacrificios porque esas rutinas uno las convierte en algo motivacional, en algo que uno siempre busca estar más allá, más adelante; la parte de la superación personal es muy importante porque cuando uno adquiere conocimiento siempre está ávido de saber más, entonces uno siempre que llega a un escalón quiere escalar un poco más para tener sus objetivos y ser un profesional cada vez más integral. No es un proceso fácil, no es un proceso que se haga de la noche a la mañana, porque todos los procesos llevan su tiempo pero que cuando se consiguen comienzan a dar sus frutos y eso es gratificante.
¿Qué piensan hoy sus compañeros de barrio y de escuela al verlo como todo un profesional?
Es una experiencia muy enriquecedora porque cuando nosotros trabajamos en esta parte de la salud, no esperamos un reconocimiento económico, una placa o un monumento. El reconocimiento más bonito que uno pueda tener de un paciente es un gracias, ese gracias que llega de la persona es como el logro alcanzado y eso se ve reflejado en la gente, sobre todo las generaciones pasadas, los abuelos, los amigos de mis padres, las dos o tres generaciones anteriores son gente que se siente muy orgullosa de verme en el punto de vida en el que me encuentro, todo el mundo me saluda con mucho cariño. Claro que esto no es ni por ser egocentrista ni nada, pero yo me considero que soy una persona querida por mi barrio, por mi gente, he tratado simplemente de brindar mi conocimiento al servicio de ellos para poder gratificar y devolver todo lo que Dios y mis padres me han dado.
Y así, en medio de palabras sinceras y gestos de satisfacción, este médico, soltero aún, sigue narrando su vida y cuenta que su hermana menor trabaja en la Secretaría de Desarrollo Social del municipio en donde se desempeña como psicóloga con especialidad en neuropsicología; su hermana mayor es abogada y actualmente está vinculada con la gobernación de Cundinamarca.
El Dr. Jimmy es amante del deporte. Pertenece a un grupo nacional de Pinball, el cual realiza un campeonato nacional donde actualmente juega. Cuenta además que poco a poco le está encontrando gusto a la bicicleta y que está aprendiendo ciclo montañismo; además se ha dedicado al tenis, al fútbol, al microfútbol, en fin. Trata de hacer mucha actividad física, no solo por salud, sino porque cree que la persona no puede caer en la rutina y el deporte es una forma agradable de hacerlo.
A la pregunta sobre sus preferencias gastronómicas, respondió:
«Me encanta la comida típica de nuestro pueblo, la soachuna. Un plato puede ser un buen picadito de morcilla, con papitas criollas, cerdo, longaniza, además comemos en familia con frecuencia porque tratamos de mantenernos unidos, es uno de los pilares importantes en la vida«.
Dice que tiene muchos proyectos en la parte académica, “ahora seguramente me presentaré a la subespecialización en anestesiología cardiovascular para subir un poco el nivel académico y dedicarle a la anestesia cardiovascular. También quiero entrar en contacto con la comunidad, hay muchos proyectos en cuanto a talleres y capacitaciones, poder aportar un poquito el conocimiento a la comunidad para mejorar algunos aspectos que uno ve críticos en nuestro municipio”.
Finalmente, el Dr. Jimmy envió un mensaje basado en su propia experiencia de vida:
«Pienso que las oportunidades se las genera uno mismo, primero tengo que tocar el tema de los padres, ellos son los que lo forjan a uno, los que lo direccionan, lo apoyan, son lo fundamental para que uno tenga un buen camino. Las oportunidades en este país existen y son bastantes. Para poder acceder al estudio hay muchas oportunidades y hoy en día para la gente juiciosa y comprometida que saca su estudio adelante hay oportunidades de sobresalir, hay muchas entidades en la parte crediticia que apoyan. Pensemos que todo se puede, que no es fácil y que siempre tenemos que ver hacia futuro; claro, las cosas no se consiguen de la noche a la mañana, todo es un proceso y en esos procesos tenemos que disfrutar las cosas, hagamos lo que hagamos, siempre tenemos que hacerlo con dedicación, con amor. El dinero y las cosas materiales vienen como un factor agregado, por eso yo tengo una frase de mi mamá que dice que a la gente buena le pasan cosas buenas y cuando uno hace las cosas bien, muy seguramente los resultados van a ser buenos«.