A dos horas de Bogotá hay un territorio sagrado del pueblo Muisca que pocos conocen

Para los puentes festivos de junio, planifique una escapada cerca de Bogotá sin necesidad de un gran presupuesto.

Entre el susurro de los árboles y el canto de las aves, en las alturas serenas de la serranía del Majuy, se esconde un lugar donde el tiempo parece detenerse: el Ecoparque Tygüa Magüe.

A tan solo dos horas de Bogotá, en la vereda Lourdes del municipio de Tabio, Cundinamarca, este santuario natural y espiritual se alza como una invitación irresistible para quienes buscan alejarse del bullicio urbano y sumergirse en una experiencia de profunda conexión con la naturaleza y con las raíces ancestrales del territorio.

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Pensado como un espacio de bienestar integral, Tygüa Magüe no es un parque cualquiera: es un territorio sagrado del pueblo Muisca, donde cada piedra, árbol y sendero tiene un propósito simbólico.

Caminar por sus 33 estaciones temáticas, guiadas por la “montaña mágica”, no solo ofrece vistas imponentes y aire puro, sino también un viaje espiritual, lleno de introspección, contemplación y respeto por todas las formas de vida.

El ecoparque alberga una riqueza biológica extraordinaria: más de 350 especies de plantas nativas, 115 aves distintas, 15 mamíferos, 20 mariposas, hongos, micro orquídeas y formaciones rocosas con más de 1.170 millones de años de antigüedad.

Este lugar se ha convertido en un verdadero refugio de biodiversidad y memoria geológica, enmarcado en un paisaje que va del bosque alto andino al subpáramo.

Para quienes desean aprovechar el puente festivo y escapar del estrés de la ciudad, Tygüa Magüe ofrece una opción cercana, accesible y profundamente transformadora. Caminar sus senderos, respirar el aire frío de las montañas y escuchar el silencio reverente de la naturaleza es una forma de sanar, de reconectar y de volver a lo esencial.

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El llamado es a desconectarse de las pantallas y reconectarse con la tierra, a redescubrir la belleza serena de lo simple y lo sagrado. Porque a veces, el viaje más importante no es el más largo, sino el que nos lleva de regreso a nosotros mismos.

Foto: Instagram tyguamague

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