Abandono total a la educación rural
Descuidada y abandonada se encuentra la Institución Educativa Eugenio Díaz Castro de Soacha. Padres de familia y directivos denuncian la ausencia de rutas escolares, deterioro de las instalaciones físicas y la falta de apoyo a la especialidad técnica en procesamiento de alimentos.
La situación es grave y el descuido del municipio se refleja, entre otros aspectos, en la deserción estudiantil ante la falta de rutas de transporte escolar.
La institución educativa cuenta con diez sedes en el sector rural, dos de las cuales son de bachillerato: Charquito y Hungría, ambas cubren desde preescolar hasta grado once. Pero ésta última funciona con dos grupos de primaria (de grado cero a segundo y de tercero a quinto) y dos de bachillerato (de sexto a octavo y de noveno a once).
A la institución pertenecen también las diez escuelas rurales, aunque hay dos cerradas por falta de estudiantes. La particularidad es que las que están abiertas sólo tienen un profesor para todos los cursos.
Para los padres de familia la situación es preocupante y reclaman más presencia y ayuda del municipio. Se evidencia el inconformismo por el descuido y las condiciones lamentables en que se encuentran todas las sedes de la Institución Educativa. Por ejemplo la sede central, ubicada en el Charquito, tiene deteriodada su planta física: tejas rotas, pisos averiados y paredes en mal estado. Hay salones de cuatro metros de fondo por cuatro de ancho donde reciben clase 25 alumnos, observándose un completo hacinamiento, incluso el docente no puede sentarse porque no hay espacio para hacerlo.
En la misma sede de el Charquito fue necesario cerrar la Planta de procesamiento debido a la falta de herramientas para que los alumnos hagan sus prácticas en lácteos, fruver y cárnicos. El título ofrecido es «Bachiller Técnico en Procesamiento de Alimentos», pero hoy sólo funciona un par de máquinas en un reducido salón porque el municipio no ha contribuido a la dotación de una buena planta que responda a la oferta del establecimiento educativo.
La planta física está fraccionada en cuatro edificaciones. En dos construcciones ubicadas en parte alta del Charquito funcionan ocho grupos de bachillerato y en la parte baja siete de primaria y dos de bachillerato.
Pero el reclamo más sentido por estos días es la falta de rutas escolares. En una reunión extraordinaria de padres de familia realizada hoy en la sede de el Charquito, se coincidió en manifestar que el abandono es evidente y que los alumnos no pueden pagar los platos rotos de una pelea cazada entre el alcalde y los concejales. Licerio Quiroga, vocero de los padres de familia, compartió los resultados de su encuentro la semana anterior con el Secretario de Educación y algunos concejales.
Pero la alarma se prendió el pasado jueves 20 de agosto cuando una delegación de padres de familia de la Institución acudió a la Secretaría de Educación y luego al recinto del concejo para reclamar rutas escolares. Sin embargo un día después el propio Secretario respondió a la comunidad y explicó las acusaciones de algunos cabildantes, quienes argumentaron que en 2008 se aprobó el presupuesto para transporte y que por lo tanto la culpa era de la mala planeación de la Secretaría.
El propio Segundo Abel Suárez explicó detalladamente los gastos y la situación actual para contratar, pero finalmente planteó como solución autorizar al rector de la I.E. Eugenio Díaz Castro a que destine el presupuesto del Fondo de Servicios Educativos para contratar las rutas, mientras el concejo aprueba la adición. La solución parecía llegar, aunque los padres de familia no salieron convencidos del todo.
Y tenían razón porque en la reunión de hoy el representante de los padres de familia ante el Consejo Directivo del colegio Valeriano Guerrero llegó con cifras exactas y cotizaciones. En el Fondo Educativo del Colegio sólo hay $8.600.000.oo y las seis rutas de transporte cobran $21.600.000.oo por un mes, a razón de $3.600.000oo por cada una. Es decir la alternativa propuesta por el Secretario de Educación sólo alcanza para 12 días de transporte.
Conclusión: Los padres de familia consideran que por 12 días no vale la pena gastar los recursos del Fondo de Servicios Educativos, es decir, los alumnos tendrán que seguir aguantando largas caminatas y asistiendo interrumpidamente a las aulas. Continuarán sujetos a la voluntad de un Estado indoliente, esperando que el vecino municipio de Sibaté siga albergando a los estudiantes de las veredas de Soacha, ante la inadecuada planeación y en algunos casos falta de voluntad política para solucionar un problema que es evidente, y que atenta contra el futuro de la juventud del sector rural.
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