Alcalde de Soacha propone devolver la certificación en educación que tiene el municipio
Mientras muchos municipios luchan por ser certificados en materia educativa, el alcalde Juan Carlos Saldarriaga quiere devolver esa responsabilidad que se le dio a la ciudad, basada en el Decreto 2700 de 2004. La razón: la discriminación del Ministerio de Educación en materia presupuestal hacia Soacha.
Después de la expedición del Decreto 2700 de 2004, “Por el cual se establecen los requisitos y procedimientos para la certificación de los municipios que a 31 de diciembre de 2002 contaban con menos de 100.000 habitantes”, Soacha comenzó el trámite para ser certificado en materia educativa.
La certificación había que solicitarla en los términos del artículo 20 de la Ley 715 de 2001 y sólo lo podían hacer los municipios que en ese momento demostraran tener la capacidad técnica, administrativa y financiera para asumir la administración autónoma del servicio educativo. Y Soacha lo hizo.
Lo anterior significa que Soacha asumió toda la administración del servicio educativa, pero siguió atado a la nación en el giro de recursos para atender los gastos que implica sostener los colegios públicos del municipio.
Aunque al comienzo se vio como un logro ser un municipio certificado, desde hace unos años Soacha viene sintiendo la discriminación del Ministerio en el traslado de recursos. El giro que hace la nación por cada estudiante del sector público es más bajo que el de los municipios no certificados, no se nombran los rectores ni docentes necesarios y el Gobierno Nacional no apoya la construcción de más colegios para evitar que miles de estudiantes se queden por fuera de las aulas.
“Al municipio lo certifican y pasan de darnos 2.500.000 pesos anuales a $1.700.000 por cada niño. Ahora, si los 105 mil niños de Soacha fueran de Cundinamarca, la nación giraría 44.300 millones de más a la Gobernación, y si esos mismos estudiantes fueran de Bogotá, el Ministerio trasladaría 65.114 millones de más. No es justo, como para que ahora la Ministra venga a decir que nos giró 2 mil millones más y con eso pensar que se va a mantener toda la educación de Soacha”, dijo el alcalde Saldarriaga.
Otro reparo del alcalde tiene que ver con el PAE (Programa de Alimentación Escolar). “En el país la Nación cubre casi el 70%, mientras que en Soacha sólo el 30%”, sostuvo.
Esta discriminación en el giro de recursos llevó al alcalde Saldarriaga a pensar en devolver la certificación en materia educativa.
“He pensado seriamente en devolver la certificación de la educación, ¿para qué perjudicamos a los niños teniendo esa certificación?, que más que eso, es un castigo. Devolvámosla, no podemos construir un colegio, no tenemos plata para pupitres ni para tecnología; esta ministra que no le duelen los niños de nuestra ciudad, habla de una alternancia y unas clases virtuales falsas en Soacha, unas guías cuando no hay conectividad a internet ni los niños tienen este servicio en su casa, mucho menos computadores. El sistema educativo nuestro tiene un computador por cada 25 niños, eso parece más un velorio que una clase cuando los niños van a sistemas, todos esperando y muchos pensando qué es esa máquina extraña”, aseguró.
Saldarriaga criticó a la Ministra de Educación y al mismo presidente Iván Duque porque no quieren actuar frente a lo que está pasando en Soacha. “Por esto le pedí al concejal Joel que instauremos 105 mil tutelas, cada niño que conozcamos del sector oficial o por convenio que ponga una tutela exigiendo el derecho a la igualdad y equidad… Hagamos una gran lucha por nuestros hijos; en esta causa unámonos y digámosle al Gobernador que también se una a esta causa porque son niños cundinamarqueses, independientemente de que hoy estemos certificados en educación, esta causa dignificaría la educación de nuestra ciudad por el resto de la vida”, puntualizó el mandatario.
Finalmente el alcalde aseguró que seguirá luchando por la educación de los niños y niñas de Soacha porque debido a todas las falencias educativas es que cientos de menores resultan involucrados en las drogas, pandillas, hurtos, y algunos dispuestos a matar y a ser asesinados.
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