Anla insiste en autorizar trazado energético en Tabio

Más de 500 personas se reunieron este domingo en el coliseo municipal de Tabio, Cundinamarca, para exponer ante la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (Anla) las dudas que tienen frente al trazado de la línea de transmisión eléctrica, una obra que, según los estudios, beneficiaría a más de 25 millones de personas y a largo plazo evitaría un apagón.


“No nos estamos oponiendo al progreso de Colombia, pero, por favor, no nos pasen las torres de energía por encima de las fuentes de agua”, solicitó el alcalde de Tabio, Rubén Darío Acero, en la audiencia pública convocada por Anla para conocer las peticiones de la comunidad sobre el proyecto Chivor II y Norte 230 Kv, que busca construir 344 torres de energía, dos subestaciones nuevas y la ampliación de una existente en 20 municipios de Cundinamarca y Boyacá, a cargo del Grupo de Energía de Bogotá (GEB).

Al respecto, la gerente del proyecto, Lina Coy, dijo que “de ninguna manera este proyecto busca afectar deliberadamente a persona o a ecosistema en particular. Y allí donde tengamos aprovechamientos o generemos impactos, solucionaremos siempre recurriendo a las metodológicas legales, buscando, según cada caso, la prevención, la mitigación, la corrección o la compensación”.

En ese sentido precisó Coy que como se está en el proceso de licenciamiento, la idea es aportar la mayor cantidad de información para la evaluación de la agencia de licencias. “La energía que trasportarán estos proyectos son sustento de múltiples derechos como la educación o la salud, o el servicio básico del agua potable domiciliario, no serían posibles como los conocemos hoy sin energía eléctrica”, precisó Coy.

Bibiana López, bióloga y residente de Tabio, expresó que la comunidad se opone al trazado de las torres, pues este atraviesa, al menos en ese municipio, por la zona de reserva de la cuenca alta del río Bogotá.

“Pensamos que este trazado puede afectar la conectividad de la zona de reserva, afectar la movilidad de las especies, perjudicar las fuentes hídricas y cambiar el uso de suelo para la zona alta de la montaña”, expuso López.

Manifestó también que ya se han hecho monitoreos con la Universidad Nacional y la Universidad Pedagógica en el sector, en los que se han encontrado especies de vital importancia para la Sabana Centro.

Pero Coy advierte que “este proyecto es de vital importancia para fortalecer el sistema energético del centro oriente del país en el que habitamos 25 millones de personas y donde no tenemos fuentes de energía”.

Además, sostuvo que estas líneas de transmisión no modifican el uso de suelo y son compatibles con las actividades agrícolas e industriales asociadas a los cultivos de bajo corte. Sobre los puntos del trazado de las torres, el Grupo de Energía de Bogotá explicó que la Unidad de Planeación Minero Energética (Upme), que es una unidad administrativa especial del orden nacional de carácter técnico del Ministerio de Minas y Energía, establece los puntos que se deben conectar. Estos sitios se deciden de acuerdo con el crecimiento de demanda energética del país.

En este caso, según la información suministrada por GEB, el proyecto estudió siete rutas y presentó tres alternativas viables de trazado desde el punto de vista físico, biótico, socioeconómico y técnico, “teniendo en cuenta múltiples restricciones como reservas naturales, poblaciones, presencia de comunidades étnicas, entre otras”.

Las dudas por el paso de aves en zonas de las torres de energía, el ingeniero eléctrico Mario Lopera manifestó que el proyecto tiene contemplado instalar un producto espiral diseñado para reducir al máximo el peligro de colisión de aves migratorias.

Finalmente, la Anla tiene 90 días a partir de la audiencia de ayer para evaluar las ponencias, tiempo que se suma a los recursos que se espera se interpongan para tratar de frenar la licencia ambiental del proyecto.

Fuente: Eltiempo.com

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