Celulares sí subirían de precio

Cuando se conoció la noticia desde las oficinas de la Comisión de Regulación de Comunicaciones (CRC), en donde se dejaba claro que a partir del 1º de julio se eliminarían las cláusulas de permanencia para telefonía celular, los consumidores acostumbrados a quejarse por las frecuentes caídas de las llamadas y el deficiente servicio al cliente celebraron.


Desde ese día, cuando usted fuera a las tiendas de Claro, Movistar y Tigo, entre otros, ya no tendría que firmar un contrato a uno o dos años con la obligación de cumplirlo así no se sintiera cómodo con el servicio.

Acto seguido, otra buena nueva se sumó. La venta de teléfonos celulares ya no estaría sólo en manos de esos operadores. Almacenes como Jumbo, Falabella, Éxito, Alkosto o Ktronix los podrían vender masivamente y, de esa forma, en una lógica de economía de mercado, la oferta se haría más amplia y se lograría desatar una guerra de precios en la que los consumidores serían los más beneficiados, pues se esperaría que el monto a pagar, por ejemplo, por un smartphone, bajara considerablemente.

Pero la realidad es otra para comerciantes y distribuidores. De acuerdo con Javier Urrutia, de la compañía distribuidora Cell Net, con presencia en Bogotá, Medellín, Cali y Popayán, “los teléfonos de marzo a la fecha han subido 30%. Fueron subiendo paulatinamente para que cuando llegara el 1º de julio el consumidor no sintiera tan alta la diferencia”. Explica que eso sucedió porque, si no existe la cláusula, el usuario se podrá ir en cualquier momento, por eso ahora se deben cobrar los precios totales de los teléfonos.

Asegura que desde el año 2002 en el país se puede elegir comprar con o sin cláusula, “la diferencia ahí es de precio. Con contrato o sin él, que es el modelo prepago”. Ya no se van a poder hacer reposiciones porque el que vende el celular no es el mismo que vende el servicio, entonces cuando a una persona se le pierda el teléfono y vaya a pedir uno en reposición, no lo podrá hacer y le van a cobrar el celular nuevo siempre a precio full.

Pero no se trata sólo del precio. Se trata de empleo. La preocupación de los distribuidores radica en que la venta de los equipos se podría concentrar en las grandes superficies, las cuales tendrían el músculo con sus financieras para vender a largo plazo los teléfonos. “Hoy somos 430 distribuidores directos con 13.000 puntos a nivel nacional que vamos a vender menos desde el 1º de julio, con ingresos mermados, y muchos se van a volcar a comercializar equipos de contrabando. Hay quienes dijeron que van a despedir al 20% de sus empleados. De esta cadena dependemos 150.000 personas”.

Se refiere a lo mismo que dijo el director de Fenalco Bogotá-Cundinamarca, Juan Esteban Orrego: “El 75% de los puntos de los grandes operadores móviles son distribuidores, los cuales se verán seriamente perjudicados ya que los precios se dispararán en los establecimientos comerciales, lo que repercutirá en la disminución en ventas, en desempleo”.

Por eso, teniendo presente la situación, le pidió a la CRC que revise su decisión porque se puede “generar una problemática mayor que afectará a todos los ciudadanos”. Lo dice porque, de acuerdo con las estimaciones del gremio, “se disparará la inseguridad con el robo de teléfonos celulares, especialmente de alta gama, ya que se venderán más caros en el mercado”. Para Fenalco, los más afectados con la terminación de las cláusulas de permanencia son los usuarios, razón por la cual hoy a las 11 de la mañana su vicepresidenta jurídica, Jimena Peñaford, se reunirá con representantes de la CRC para debatir el tema.

Hace un año, el entonces presidente de Asomóvil, Rodrigo Lara, advirtió que el precio de los teléfonos subiría 48% con la eliminación de la cláusula. Incluso el comisionado Pablo Márquez, en una entrevista del pasado 13 de abril con este diario, aseguró que “los precios no van a variar porque ya son muy costosos. Pero sí puede haber un cambio en la percepción del usuario, que podría pedirle descuento en un plan al operador por no irse con la competencia. Porque el servicio ya no dependerá del equipo. Muy probablemente los usuarios acostumbrados a la reposición sufrirán un impacto negativo porque ya no podrán realizarla como lo venían haciendo”.

La medida ya entró en vigencia. Muchos están felices porque podrán irse del operador que no cumpla sus expectativas, pero otros, al contrario, tendrán que usar su tarjeta de crédito para pagar el teléfono con la tasa de interés más alta del sistema financiero.

Fuente: elespectador.com

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