Arantxa Sánchez, la tenista soachuna que quiere triunfar en Europa
Arantxa Sánchez Bahamón es una tenista soachuna que con esfuerzo y dedicación se convirtió en la número uno del ranking nacional profesional en 2015, ha participado en torneos nacionales e internacionales, y hace apenas 15 días llegó de una gira por Europa donde participó en diferentes circuitos de Alemania, Italia, España y Francia. Lo que pocos saben es que viajó con sus propios recursos.
La joven y talentosa tenista fue impulsada y motivada por su padre, quien desde los cuatro años le inculcó la práctica de este deporte, por eso Arantxa fue cambiando sus muñecas por la raqueta, la cual le marcaría su vida por completo.
“Esto comenzó desde los 4 años manejando la raqueta pequeña y la bolita de espuma, después empecé a ir los fines de semana a clases. Mi papá nunca me metió la fiebre de jugar, sino que me dio la posibilidad de ir a entrenar, luego hacía gimnasia por la mañana y al medio día jugaba tenis. Solo hasta los 11 años empecé a competir y desde ahí no he parado”, dijo Arantxa.
La tenista soachuna fue creciendo y madurando en un deporte muy difícil, sobre todo porque para participar en torneos y competencias se requiere dinero, factor que le ha impedido avanzar debido a que su padre y su familia son quienes generalmente cubren los gastos de sus viajes y participaciones. No obstante tiene una hoja de vida admirable.
Participó en el Suramericano categoría 14 años, número 1 de Colombia por 5 años (categoría 18 años), medalla de Bronce Juegos Nacionales 2012, número1 de Colombia Ranking Profesional 2015 sencillos y dobles, escalafón Ranking WTA Colombiano No. 6, semifinal futuro 10,000 Colombia, Pereira dobles 2015, y número 3 de Colombia en el ranking nacional profesional 2017.
Precisamente y para seguir avanzando, Arantxa acaba de hacer un viaje por Europa y para ir le tocó sacar a flote su talento, no solo deportivo sino de negocios:
“Le comenté a mi papá que quería viajar a Francia porque allá está el mejor circuito del mundo, entonces me propuse ir a Europa una temporada, todo el verano para poder competir a nivel internacional y medirme con deportistas de allá, esa era como la expectativa”, dijo la tenista, al tiempo que contó lo que le tocó hacer para conseguir el dinero:
“Lo primero que hicimos fue hablar con un primo que tenemos allá, ver costos y finalmente viajamos con tres compañeros más. Yo desde enero me involucré en el mundo de las criptomonedas, del bitcoin, y trabajando así, ahorrando y dictando clases, logré comprar los tiquetes y viajar; después con las competencias en los diferentes países y los nacionales que jugué en Francia pude sostenerme, además del apoyo económico que mi padre siempre me brinda”.
Aunque viajar por primera vez a Europa significó un cambio brusco para Arantxa, debido a circunstancias como el horario, la comida, el nivel de competencia y para el caso de Francia, el idioma, considera que haberlo hecho es un paso más en su carrera.
“Haber estado en la torre Eiffel no tiene precio, conocido tantos amigos, ganado torneos allá, involucrarme en otra cultura y haber pisado tierra europea, es algo que yo no lo cambio por nada. Además fue un balance positivo, de crecimiento personal y como deportista, haber competido con muchas compañeras que son de alto nivel, entonces para mí fue una gran experiencia”.
Dice Arantxa que lo más importante de su visita a Europa es que rompió barreras, teniendo en cuenta que es oriunda de un municipio desconocido en ese continente, con pocas oportunidades, y con una problemática social grande.
“Haber estado tanto tiempo en Europa es un gran logro para mí, todo fue muy bueno, marcó mi vida de alguna manera, haber conseguido un club en Alemania y representar a inter clubes el próximo año es una meta que tenía desde hace tiempo y que pude alcanzarla con mi tenis; estoy contenta porque para el próximo año tengo un puesto fijo allá, la gente me espera con los brazos abiertos y voy a dar lo mejor”, reiteró.
En los cuatro meses que estuvo en Europa logró abrir puertas, incluso en Galicia, España, hizo clases de pádel y los dueños de un restaurante le ayudaron. “Cuando les conté mi historia me acogieron en su casa, me quedé unos días allá; ellos son dueños del mejor restaurante del pueblo y empezaron a apoyarme y colaborarme, ahora soy una hija más, entonces por ahora tengo la ayuda de ellos en Europa”, sostuvo.
En su regreso a Colombia, pasó por Guayaquil (Ecuador) donde jugó dos torneos internacionales, pero su meta sigue siendo Europa. Por ahora quiere descansar y planear sus próximas salidas. “Llegué con una sobrecarga de hombros y espalda, entonces quiero recuperarme, hacer la terapia correspondiente y tomarme el tiempo que necesite para empezar a viajar a finales de octubre de nuevo y estar lo mejor que pueda, entrenar y seguir porque en el tenis no se para”.
Cuestiona que en Colombia se mira mucho la edad de los tenistas, pero ella considera que a sus 24 años tiene todo el futuro por delante, teniendo en cuenta que tenistas de talla mundial, como Serena Williams, Rafael Nadal y Roger Federer, entre otros, siguen vigentes y todos tienen entre 32 y 37 años.
Finalmente, Arantxa sueña con llegar a lo más alto del tenis mundial, pero combinando el deporte con la parte social. “Quiero ayudar a cambiarle la mente a la gente, dictar charlas y decirle a los niños y jóvenes que podemos siempre hacer cosas mejores; mire la cantidad de gente que se refugia en las drogas, en el alcohol, en la fiesta, entonces hay que planear cosas grandes, ayudar y aportar, deberíamos fijarnos más en eso que en la edad”, concluyó.
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