Así quedó el parque Nacional de Bogotá tras la ocupación indígena por 11 meses

Basura, escombros, árboles talados y ratas, es lo que se observa hoy en el parque Nacional de Bogotá luego de la ocupación de cerca de 200 familias embera desde hace 11 meses.

Si bien ayer domingo los indígenas embera desocuparon el parque y la mayor parte retornó a sus territorios de origen ubicados en Chocó y Risaralda, y algunos decidieron quedarse en Bogotá, ahora el reto de las autoridades del Distrito es recuperar este tradicional parque de la capital.

Tras el estado del parque, el mismo alcalde Carlos Fernando Galán lamentó la situación y advirtió a los bogotanos para que, por ahora, no lo visiten.

“Es fundamental que la ciudadanía se abstenga de visitarlo debido a los riesgos biológicos, por eso iniciaremos la fumigación del parque, por lo que tampoco deben ir mascotas por ahora”, sostuvo el mandatario.

Y es que el parque Nacional quedó en un estado crítico tras la partida de los indígenas embera. Basuras, escombros, desechos, pedazos de muebles y estructuras improvisadas se ven a lo largo de este espacio.

Hoy lunes, las autoridades del Distrito hicieron presencia desde muy temprano para realizar las labores de fumigación, limpieza y recuperación.

Galán advirtió que el parque no entrará a funcionar en el corto plazo, por lo que pidió paciencia a los capitalinos. Se habla de cerca de dos meses.

“Nuestro compromiso es garantizar que el parque Nacional sea nuevamente un lugar seguro y limpio para el disfrute de todos”, enfatizó Galán.

Lo cierto es que los indígenas embera salieron del parque Nacional de Bogotá, pero las autoridades distritales llamaron la atención del Gobierno Nacional para que les cumpla a las comunidades indígenas y evitar que regresen a vivir en condiciones lamentables.

Foto: UAESP

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