Bendita ‘Adolescence’
Por: Johann Benavides, periodista.
Acabo de ver ‘Adolescencia’ y tengo aturdida la cabeza. Bendito plano secuencia. El audiovisual de esta serie es extraordinario.
Me ha resultado una obra cinematográfica magistral: una cámara en tierra que se conecta a un dron saliendo desde el colegio para mostrarnos la ciudad desde el aire hasta conectar con el lugar donde la niña agresora fue abatida por su primera víctima, acompañada del cover Sting – ‘Fragile’ (1987) que te eriza la piel y te paraliza el corazón.
Se me hizo más larga porque tuve que repetir escenas de lo magníficas que son. Y porque tuve que ir a consultar términos, significados, como cuando lees un libro y debes subrayar, encerrar palabras, nombres, y buscar en el diccionario.
La carga dramática de esta serie es devastadora para el espectador. Emocionalmente nadie queda bien después de verla. Con hijos o sin hijos. (Y sin hijos, te quedas con la angustia de mejor no tenerlos. Por lo menos, no en esta época).
Si estás triste, te agudiza el abatimiento. Si estás feliz, te desfigura el rostro y te hace llorar con la actuación tan magistral de cada uno de los personajes del elenco.
Te quedas angustiado con la situación de hoy de los niños y adolescentes, porque en antaño si a uno en el colegio le hacían bullying (¿a quién no le hicieron?) no pensaba en salir a matar a sus agresores. Uno tenía la capacidad de resistencia física y mental. Y creo que eso te formaba como persona.
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Definitivamente, el amor de los padres es esencial para instituir el carácter, el criterio y la resiliencia. No obstante, parece que en este tiempo no es suficiente.
Si bien ‘Adolescencia’ no es una historia real, su ficción encuadra perfecto desde el punto de vista de los padres, de los hijos y los problemas actuales de la sociedad, en cualquier cultura del mundo.
Y digo que en cualquier cultura del mundo porque las redes sociales y el Internet están en el mundo y nos pueden estar haciendo mucho daño a las nuevas y pasadas generaciones.
¿Por cuántas cosas debe pasar un niño y una niña? La lista es larga. Va desde las orientaciones, las identidades, el machismo vs feminismo y viceversa. La ciberviolencia. El consumo de sustancias… El sexting…
La salud mental de los adolescentes podría estar resquebrajada. El colapsado sistema educativo público no estaría ayudando mucho.
Crianza presente, sí. Crianza respetuosa, sí. Pero ambas siguen siendo insuficientes.
Los padres deben trabajar y trabajar por supervivencia o por forjar un futuro más digno desde lo material para los hijos… Y ahí es donde ellos(as) se van perdiendo.
La miniserie nos sacude la razón a los adultos para que mejoremos los canales de comunicación con los niños y jóvenes desde el rol que cumplamos en sus vidas.
La miniserie es un clásico que pasa a la historia y que debe ser premiado en todas las categorías.
Aplausos de pie para los actores británicos: Owen Cooper (adolescente), Stephen Graham (padre), Erin Doherty (psicóloga clínica), Christine Tremarco (madre), Ashley Walters (detective).
Aplauso para sus creadores: Stephen Graham (también protagonista) y Jack Thorne; y su director, Philip Barantini.
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Fotos: Netflix.