Ciudadelas Educativas convirtieron al concejo en el recinto de las diferencias

Son pocos los proyectos de acuerdo que han dividido tanto al concejo municipal. Sin embargo el número 27 ha logrado radicalizar las dos posiciones hasta el punto de hacer creer que lo que se discute no obedece a un trámite normal del legislativo, sino que se trata de demostrar quién tiene más poder político a costa de las necesidades de una Soacha golpeada y brutalmente estigmatizada.


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Las diferencias por el tema de las ciudadelas comenzaron el pasado 21 de abril cuando el alcalde Ernesto Martínez presentó el proyecto de acuerdo No. 27 «Por medio del cual se modifica el artículo 22 del Acuerdo No. 23 de 2005 o Estatuto Orgánico de Presupuesto del Municipio de Soacha, modificado por el artículo 1o. del Acuerdo 29 de 2008». Según el presidente del concejo César Rico el ejecutivo presentó el proyecto de acuerdo cuando estaba culminando el primer periodo de sesiones ordinarias, y aunque se le dio ponencia, fue devuelto porque el tiempo no alcanzó para hacer el respectivo análisis y llevarlo a plenaria. Posteriormente el alcalde lo pasó de nuevo en extraordinarias, pero la Comisión primera lo devolvió por encontrar irregularidades en el cambio de uso del suelo, aduciendo que la Curaduría no tenía facultad para hacerlo. penalosa.jpg

En el segundo periodo ordinario de sesiones, que comenzó el pasado primero de junio, el alcalde Ernesto Martínez presentó el proyecto de acuerdo por tercera vez, y en este momento se encuentra en estudio por parte de la Comisión primera de la Corporación municipal, aunque ya se ha advertido que sólo se aprobará si se renuncia a la idea de entregar las ciudadelas en concesión.

Al observar el borrador del proyecto, el alcalde Ernesto Martínez argumenta «que el artículo 1o. del Acuerdo No. 29 de 2008 no previó en la reglamentación de vigencias futuras excepcionales los sectores especiales para los cuales podría autorizarse este tipo de mecanismo presupuestal, ni el procedimiento que debe seguirse para su autorización por parte del Concejo Municipal. Por tal razón considera necesario adoptar en el Estatuto Orgánico de presupuesto del municipio de Soacha el régimen de vigencias futuras excepcionales contenido en la Ley 819 de 2003, adoptándolo a las competencias propias del municipio, de acuerdo con los lineamientos establecidos en las normas de orden nacional que regulan la materia».

Si el concejo aprobara el acuerdo tal y como se pasó, el alcalde tendría facultades para modificar las vigencias futuras; y es aquí donde comienza la discusión ya que el ejecutivo podría abiertamente negociar todo lo relacionado con la ciudadelas educativas.

Los nueve concejales que respaldan la gestión del alcalde apoyan incondicionalmente la construcción de dichas ciudadelas, porque consideran que el proyecto es benéfico para el municipio. Argumentan que es una oportunidad única ya que la plata es desembolsada por la nación, a través de FONADE y el Ministerio de Educación, y que SOACHA contaría con dos infraestructuras imposibles de hacer con recursos propios.

Por el contrario los diez concejales de la oposición argumentan que el proyecto se ha devuelto porque el alcalde pretende que el legislativo apruebe la modificación de las vigencias futuras para entregar las dos ciudadelas educativas en concesión por doce años a particulares. «Si el municipio da el terreno y el Ministerio aporta la plata para la construcción de las dos ciudadelas educativas, una en la comuna seis y otra en la cuatro, y como si fuera poco el gobierno entrega un millón sesenta mil pesos a plata de hoy por cada alumno, por qué se pretende entregar el manejo a un particular si el que se gane dicha concesión no aporta un peso?», agregó el presidente del Concejo César Rico.

Pero el punto de vista de cada bando del concejo no ha cambiado desde que el alcalde presentó por primera vez el proyecto de acuerdo. Ambos grupos se han jugado sus cartas y han sacado a relucir sus mejores armas para demostrar que cada uno tiene la razón. Por ejemplo, por el lado del alcalde se gestionó la visita de la ministra de Educación Cecilia María Vélez, quien vino al recinto del concejo el pasado 25 de junio; allí advirtió que si la Corporación no aprueba el proyecto tal y como está planteado, sencillamente la nación traslada los recursos para otro municipio. Pero los diez reiteraron ante la funcionaria su posición de no aprobar el proyecto, si se mantiene la idea de entregar las ciudadelas en concesión.sibate-paro.jpg

Han pasado dos meses y 18 días desde aquel 21 de abril y nadie ha cedido. Los argumentos son los mismos y cada uno parece tener su propia razón, aunque hay que decir que seguramente cada cual defiende lo suyo y ninguno de los dos grupos se ha puesto los zapatos de quien verdaderamente tiene autoridad para hablar: el pueblo razo y los cerca de 20 mil niños que se encuentran por fuera del sistema educativo.

La polémica por el tema ha generado toda clase de comentarios; unos a favor y otros en contra, pero lo que si es real es que tanto concejales como el mismo alcalde deben sacar a flote su capacidad de liderazgo, teniendo en cuenta que el pueblo confió en ellos el manejo de los destinos del municipio

Martín Peñuela, concejal conservador y perteneciente a la coalición de la oposición, argumenta que los diez jamás se han opuesto a la construcción de las ciudadelas. “Lo que rechazamos es que se le entregue el manejo a particulares”, concluyó. Así mismo cuestionó a la Administración municipal por no hacer efectiva la resolución 08 de 1996 donde se le exige a los urbanizadores dejar una zona de sesión y construir aquí dos colegios, dos guarderías un centro de salud, salón comunal y polideportivo.

Por el contrario Nohora Evelia Escobar, perteneciente al grupo del gobierno, respalda abiertamente la construcción de las ciudadelas; ella considera que son benéficas porque se amplía la cobertura y se trae una buena infraestructura al municipio. Resalta el papel de los colegios privados pero también cuestiona la planta física de algunos, aunque manifiesta que es cuestión de compromiso para mejorar. No comparte la tesis del grupo de los diez cuando dicen que al concesionar las ciudadelas se privatiza la educación. “Si es así entonces tendríamos que acabar los convenios con los privados, aquí no se trata de sacarlos de un lado para ingresarlos a otro, es ampliar la cobertura y complementar un servicio, no de acabar con la educación privada. Tengamos en cuenta que son 16 mil millones los que le van a llegar al municipio y el Ministerio es el que da el dinero, por lo tanto es el que traza las pautas”, concluyó.

Arthur Bernal dice que lo malo es la inversión tan alta (16 mil millones) con dinero del Estado para que un particular venga a explotarlas. Expresa que la solución es seguir el ejemplo de Bogotá para que esas ciudadelas se hagan en SOACHA, pero manejadas por el sector público.

Argemiro Ovalle manifiesta que lo que se trata es de defender la educación de los niños que se encuentran por fuera del sistema. Coloca como ejemplo al Hospital Cardiovascular de San Mateo; dijo que en estos momentos funciona porque se entregó en concesión, de lo contrarío se habría convertido en un elefante blanco.

Juan Carlos Arias clarifica que el grupo de los diez no se opone a la construcción de las ciudadelas. “Lo que nos oponemos es a que las entreguen en concesión. Si las empresas o en éste caso las ciudadelas funcionan administradas por un privado, por qué no habrían de funcionar manejadas por el Estado?”, concluyó el concejal.

Marco Fidel Torres considera que es una gran oportunidad que SOACHA tiene para solucionar el problema de cobertura. “Lo de privatizar no es cierto porque los cupos siguen siendo oficiales, diferente es que sean manejados por particulares”, prosiguió el cabildante. Piensa que es una oportunidad para que los niños pobres de SOACHA accedan a educación de calidad, con excelentes instalaciones y con tecnología a su alcance. Concluyó diciendo que la posición de los diez concejales es una oposición de tipo político, porque es claro que el problema es de cobertura, entonces no hay argumentos para oponerse.

El presidente del Concejo César Rico dijo que el gobierno ha pretendido ensuciar el nombre de los diez concejales tergiversando la información; “es claro que no nos oponemos al desarrollo de SACHA, bienvenidas las Ciudadelas pero no en concesión”, expresó. Resaltó la labor de los colegios privados y dijo que son ellos los que han invertido, se han endeudado, viven y tributan en el muncipio y han puesto todo su empeño para prestar un excelente servicio.

Pero si el debate se saca del concejo, seguramente en la calle se encuentran posiciones distintas. Argumentos expresados desde el punto de vista del ciudadano de a pié, del padre de familia, del alumno, de aquel que necesita un cupo y que no se fijará jamás quién maneja las ciudadelas y de dónde provienen los recursos. Pablo Merchán, habitante de la Ciudadela Sucre no entiende cuál es la discusión en el concejo. “Algo he escuchado de los tales colegios; pues que los hagan porque eso nos solucionaría el problema de la educación de los muchachos”, dijo fijando la mirada al piso.

Irene Sánchez, madre de tres hijas y residente en la Florida I sector desconoce totalmente el tema. Y así como ella en esa zona nadie sabe qué es lo que pasa con las Ciudadelas educativas, y mucho menos entienden cual es la posición del concejo municipal.

Jaime Galarza, abogado residente en la comuna seis defiende abiertamente la construcción de las ciudadelas y cuestiona duramente a un sector de los colegios privados, especialmente aquellos que se construyeron de afán y sin ninguna planificación. “Aquí lo que faltan son instalaciones, si no se hacen ahora, seguramente jamás se construirán, y seguro que en 12 años esos lotes estarán tal y como están en este momento. Aquí no podemos seguir alimentando la mediocridad, hay que pensar como educandos y no como negociantes de la educación”, argumentó.

Contrario fue la opinión de un docente que pidió no revelar su nombre. Dijo que la intención del alcalde y de los nueve concejales es acabar con la educación privada, sin tener en cuenta el aporte que se le ha hecho al municipio y a la formación de la juventud soachuna. “Por qué no se acuerdan que fueron los colegios privados los que salvaron la crisis de cupos cuando se declaró la emergencia educativa?. Por qué politizan la educación y quieren llevarse por delante todo un trabajo de quienes sí sabemos de educación?. Ahora. Lo que sí me parece es que los colegios de garaje los acaben, pero es que aquí estamos hablando de un 5%, eso si se debe hacer; cómo se les ocurre acabar con unas instituciones que el único mal que han hecho es educar a un alto número de jóvenes del municipio”, argumentó el educador.

Y como los testimonios anteriores se puede seguir hablando con todos los sectores y entidades, y muy seguramente las posiciones no saldrán de respaldar o atacar el proyecto. No obstante se trata es de argumentar y analizar dónde está el enfrascamiento y quién tiene la razón; pero como dijo un líder de la comuna dos, para descubrirlo se necesita que los concejales y el alcalde se sienten y se despojen de rencores y prevenciones, porque al fin y al cabo la que pierde o gana-como siempre- es SOACHA, teniendo en cuenta que el tema hay que definirlo antes de que finalice el mes de Julio.

Para recordar, “las ciudadelas representan un nuevo modelo de gestión educativa y están diseñadas para convertirse en ejes transformadores de la vida de la comunidad, en la que cada centro brindará sus espacios de aprendizaje activo. No están hechas para “politiquear” ni hacer negocios oscuros que conduzcan a pagar favores políticos”.

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