Con cine se realizará homenaje a Leonardo Favio

Posted on 7 de agosto de 2013 by Periodismo Público

El Centro Cultural Gabriel García Márquez durante el mes de agosto presentará 5 películas del argentino Leonardo Favio, el ciclo de cine se denominará ‘’El juglar de América’’

-Soñar, soñar
-Jueves 8 de agosto, 5:00 p. m.
Filmada en los últimos meses del gobierno de Isabel Perón y estrenada poco después del golpe de Estado de marzo de 1976, representa, sin ser aparentemente una película política, la tristeza profunda derivada del violento fracaso del último gobierno peronista. Para el propio director, el final, con los dos protagonistas en la cárcel, simboliza la situación en la Argentina en aquel momento.

-Gatica, el Mono
-Viernes 9 de agosto, 5:00 p. m.
Gatica, el Mono es una película que narra la vida del boxeador argentino José María Gatica, desde sus años de infancia hasta su trágico fallecimiento en Buenos Aires en 1963. En el filme se ve el lado humano de Gatica, el hombre detrás de la leyenda, ya que a pesar de ser un gran boxeador en su país, fue un hombre polémico, que cayó en el alcohol, anduvo por los bajos fondos, aunque siempre con un gran carisma.

-Aniceto
-Jueves 15 de agosto, 5:00 p. m.
Es la historia de una seducción y enamoramiento entre dos personas de pueblo, en la provincia de Mendoza: el Aniceto y la Francisca, una chica decente y dulce, «la santita» del Aniceto. Pero el Aniceto también seduce a Lucía, apasionada, sexual, «la putita» del Aniceto. Las dos mujeres se enfrentarán como en una riña de gallos. Cuando el romance se rompe, el Aniceto comienza a darse cuenta de lo que perdió.

-Juan Moreira
-Viernes 16 de agosto, 5:00 p. m.
A fines del siglo XIX, el arriero Juan Moreira es un gaucho bueno y trabajador que, como tantos otros, es objeto de abusos y humillaciones por parte de los poderosos. Las injusticias de que es víctima llevan a Moreira a ser considerado un «gaucho malo”. Moreira se enfrenta a la policía, y su historia es difundida entre los paisanos y trabajadores, obteniendo así el respeto y la admiración del pueblo. Su prestigio lo convierte en una figura que primero es buscada por los partidos que van a elecciones, pero pronto se vuelve un comodín de guerra, el cual cambia de bando o es perseguido en el medio de las luchas entre los caudillos Bartolomé Mitre y Adolfo Alsina, durante la Revolución de 1874.