Crítica situación de insensibilidad contra los animales en Soacha

Una de las mayores inconformidades por parte de las personas que se esfuerzan por ser garantes de la protección de los mismos, es que el municipio, a pesar de haber leyes de protección, no ha sido posible contar con ellas. La situación cobija el mal servicio de algunas veterinarias, pues pareciera que nadie las regula, aquí el caso de una de ellas.


En Soacha, la cantidad de población de animales maltratados o en condiciones deplorables es un problema que cada vez preocupa a más habitantes. Así lo afirma Ruth Stella Rodríguez, residente en el barrio El Altico en la Comuna 6, quien se ha dedicado fielmente a garantizar los derechos y proteger la integridad de la mayor cantidad de animales posibles en su sector y de aquellos que por alguna razón se cruzan por su camino. Como Stella, hay miles de personas en Soacha dispuestas a cuidar de los animales menos afortunados, sin embargo, concuerdan con que en Soacha es necesario fortalecer la protección animal desde la administración municipal, al tiempo que es necesario aplicar contundente los mecanismos que aporta la ley para sancionar a las personas que incurran en maltrato animal.

“Al vivir en la Comuna 6, aleatoriamente subo a Altos de la Florida, donde es común encontrar a perritos amarrados con cadenas, que ya les han infringido demasiado daño en el cuello, con desnutrición severa y expuestos a cualquier tipo de condiciones climáticas, pero no he podido encontrar a nadie que me apoye para cambiar la situación de estos animalitos”, relató, Ruth.

Para Ruth, la insensibilidad y desinterés de las personas ante el cuidado y protección de los animales siempre será la única causa responsable de la condición en la que miles de animales recorren los diferentes sectores del municipio y Cundinamarca. Así mismo recuerda la inhumanidad que ha tenido que presenciar por parte de individuos respecto al trato con los animales.

“En el 2013, creamos, junto a conocidos un refugio en la Vereda Sabaneta, en el municipio de Granda. Lo hicimos teniendo la concepción de que no incomodaríamos a nadie justamente por lo retirado del lugar; ahí alcanzamos a hacernos responsables de 56 animales, sin embargo la gente empezó a envenenarlos con químicos que arrojaban desde la malla de protección, incluso los torturaban echando pólvora. Finalmente los refugiados se volvieron agresivos y algunos mataban a los otros. Teniendo en cuenta esa y otras razones fue necesario cerrar el refugio”, detalló la animalista.

La insensibilidad y falta de compromiso se nota con la misma fuerza en Soacha, donde en algunos casos únicos, las personas que estudiaron para garantizar la salud de los animales también son inhumanas con el trato dirigido hacia los mismos. Ese es el caso de un centro veterinario, ubicado sobre la carrera 4, que tiene como razón social “Veterinaria Soacha”, donde, según Ruth, “a pesar de ser un espacio donde, se supone, deben garantizar el bienestar del animalito, la negligencia y falta de sensibilidad es lo único que puede ser percibido”.

“Una tarde iba con mis hijos, en dirección a mi hogar por la carrera 4, y nos percatamos de tres menores de edad, dos de ellos niños; el más pequeño tenía en sus brazos a un perrito criollo que acababa de ser atropellado, sangraba por la nariz y la boca. El accidente ocurrió en frente a la veterinaria, los niños se dirigieron al sitio y le suplicaban a la señora que atendía que los ayudara con el animalito, pese a la insistencia de los niños ella se negó, teniendo como primer argumento que no, porque ellos no eran mayores de edad, al intervenir yo le aseguré que me haría cargo, pero que atendiera al animal urgente.

Empezó a cobrar 80 mil pesos para poder recibirlo, en el instante no los tenía conmigo, sin embargo le aseguré que los conseguiría mientras atendía al animal y que en garantía le dejaba mi cédula; me respondió que a ella de nada le servía un papel y se negó a atenderlos, incluso, de forma grosera exigió que sacaran al animalito del lugar porque le estaba manchando el piso.

En seguida le di instrucciones a los niños para que llevaran a su perrito a otra veterinaria, mientras yo dejaba a mis hijos en casa, cuando estaba de regreso los observé por el parque de Soacha, ya llevaban al animalito muerto, pues no alcanzaron a llegar al sitio que le indiqué. Todo hubiese sido diferente de no ser por la persona a la que acudieron inicialmente”, contó, Rodríguez.

En busca de respuestas se trató de establecer contacto con la persona a cargo del establecimiento en mención, sin embargo, tras las visitas no fue posible obtener versión por parte del indicado, pues la respuesta del individuo presente se limitó a especificar que no contaba con la autorización para tratar el tema en cuestión.

Junto a este son innumerables a inimaginables las situaciones de maltrato animal que pueden llegar a presenciarse en el municipio, por esta razón, Ruth Stella, en representación de toda una comunidad animalista, pide a la administración municipal fortalecer los canales para asegurar la dignidad de los animales al interior del municipio, aumentar las jornadas de sensibilización, protección y vacunación en sectores tan críticos como altos de la florida y la parte alta de la comuna 4. Conjuntamente está segura de la necesidad de aplicar la ley y exigir a los funcionarios encargados de esto cumplir con su deber, puesto que según relata en Soacha los entes de control para la protección, no están haciendo su trabajo, hecho que los hace directamente responsables de las condiciones a las que están siendo sometidos miles de animales.

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