De la discapacidad física a la incapacidad mental

La actitud miserable y rastrera que ha caracterizado el comportamiento de varios rectores en los diálogos que han venido sosteniendo con el Secretario de Educación y Cultura de Soacha, Jackson Ignacio Castellanos Anaya, son francamente preocupantes y ponen en duda la calidad y legitimidad misma del liderazgo de aquellos.


Son, claro está, respuestas propias de los bajos instintos de la pobre condición humana de esos oscuros personajes y la consecuencia lógica de la aplicación rigurosa de la ley por parte del funcionario en mención con los procesos de contratación en el sector privado de la educación del municipio.

Es propio de la baja condición humana de semejantes personajes, que en ausencia y a espaldas de sus interlocutores, recurren a la burla y al comentario denigrante de la discapacidad congénita, que en este caso padece el titular del despacho, medicamente denominada Hemiparecia, pero que no le ha impedido actuar con trasparencia y responsabilidad en la ejecución y cumplimiento de los procesos de adjudicación de contratos, revelando por el contrario, que no es su discapacidad física el problema para el cumplimiento de la ley ni para llegar a acuerdos, sino la incapacidad mental de sus interlocutores lo que ha impedido hacerlo.

Como suele decirse coloquialmente, “las apariencias engañan” y “las cosas no son como las pintan” pues los dirigentes gremiales de la educación privada, ignoran de cabo a rabo, que esas burlas y cometarios, además que atentan contra los más elementales principios y derechos relativos a la dignidad humana, al funcionario en mención lo anteceden en su trayectoria una sólida y profunda formación académica y profesional con estudios en derecho y especializaciones en estrategias de negociación y métodos alternativos de solución de conflictos, así como una maestría en derecho económico, que lo califican con un alto grado de competencia e idoneidad, respaldada por una amplia e incuestionable experiencia en el desempeño de importantes cargos en el sector público y privado, habiendo sido asesor de la Contraloría General de la República y asesor financiero del Fondo Nacional del Ahorro.

He de recordarle a esos lideres gremiales que el nombramiento del funcionario al frente de la Secretaria de Educación y Cultura, muy a pesar de la “discapacidad” que aparenta, presenta un balance altamente positivo para la educación pública del municipio durante su breve periodo de gestión, pues sin haber cumplido aún su primer año en el cargo, muestra importantes logros como se desprende del informe de gestión presentado al concejo municipal, así como al alcalde encargado Claudio Mario Galán Pachón, y sobre todo a la comunidad de Soacha.

Sus informes no solo respondieron las preguntas de la oposición en el concejo por la contundencia de sus respuestas, sino que las cifras, representadas en positivos indicadores de gestión de cobertura, calidad, permanencia, cultura, educación inclusiva, bilingüismo, programas de primera infancia, modernización del sistema educativo, legalización de instituciones educativas como las realizadas para las I.E.M Manuela Beltrán, La I.E.M Buenos Aires, y la I.E.M Ciudadela Sucre así como el Foro Educativo que superó ampliamente en calidad el realizado el año inmediatamente anterior, son una evidencia de su gran CAPACIDAD de gestión y liderazgo, que supera ampliamente el desempeño de la realizada por los anteriores secretarios de educación Méndez Molano y Suárez Mateus.

En el fondo las verdaderas razones para que directivos de la educación privada hayan asumido esta preocupante actitud por que son los lideres de la educación, son además una respuesta al malestar del gremio por la visita sorpresiva, personal, directa y exhaustiva del secretario de Educación Jackson Ignacio Castellanos Anaya realizada a numerosas instituciones educativas privadas para verificar el cumplimiento de todas las condiciones que exige la adjudicación de contratos de educación en las distintas instituciones educativas del sector privado, encontrando que varias de ellas no cumplían con los requisitos que la ley establece claramente para ser sujetos de contratación.

Como lo expresó desprevenidamente un docente, “no se puede permitir que la mediocridad en la educación privada continúe haciendo carrera, pues de lo contrario lo que se estarán formando serán verdaderos discapacitados académicos e intelectuales” que ampliarán las de por sí ya altas cifras de desempleo del municipio y el país, e incrementará los pobres resultados de las pruebas saber en el sector privado.

Dicho malestar se ha visto acentuado en algunos sectores de los gremios de la educación por la imposibilidad para llegar a acuerdos en el tema de los costos educativos entre el gobierno y sus voceros, lo que ha llevado a que algunos de sus dirigentes asuman este comportamiento bajo y mezquino, que en modo alguno amerita su condición de líderes de la educación.

Contrasta notoriamente la actitud de estos pésimos líderes con lo expresado por otro reconocido dirigente del mismo sector, quien en una actitud mesurada, responsable y constructiva, reconoció los logros del secretario de educación y quien al ser interrogado al respecto manifestó: “la gestión del Secretario de Educación ha sido diligente en lo relativo a la contratación con el sector privado, ha gestionado recursos en el M.E.N con lo cual se han visto favorecidos sectores pobres a través de los colegios privados beneficiándose con ello 2.600 niños”. Reconoció igualmente la disposición de Castellanos Anaya para dialogar y buscar fórmulas de arreglo, proponiendo y escuchando soluciones justas y en concordancia con la ley.

angelhumbertotarquino@yahoo.es

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