Destituidos e inhabilitados policías involucrados en homicidio de grafitero

Luego de un largo proceso, el Ministerio Público demostró la responsabilidad del subintendente Juan Carlos Leal Barrero y los patrulleros Fredy Esneider Navarrete Rodríguez y Nelson Daniel Rodríguez Castillo por haber alterado la escena del crimen del joven grafitero Diego Felipe Becerra el 19 de agosto de 2011.


La entidad demostró que los uniformados hicieron pacto de silencio con el fin de ocultar la verdad de los hechos siendo que las pruebas arrojaron que el menor nunca portó ni disparó el arma de fuego.

Como pruebas de la responsabilidad de los uniformados se encuentran los informes periciales de laboratorio que demostraron que se ingresó un arma a la escena del crimen y que la misma ya había sido disparada, pero que el menor no la portada y mucho menos la había disparado.

Además, se realizó un informe y registro fotográfico de las circunstancias en las que se encontró el arma y se tuvieron en cuenta las declaraciones de los jóvenes que acompañaban al menor Becerra Lizarazo, quienes al unísono manifestaron que esa noche estaban en una actividad artística.

También se consideraron los testimonios de los servidores del CTI, que detallaron los pormenores e irregularidades en la entrega de la escena del crimen, así como las declaraciones del subteniente Rosemberg Madrid Orozco quien manifestó haber recibido presiones para ocultar la verdad de lo sucedido.

Al respecto concluyó el Ministerio Público que los tres uniformados obstaculizaron de forma grave la investigación que en su momento inició el CTI de la Fiscalía, y con su actuación ocultaron la conducta punible de uno de los patrulleros permitiendo así“(…) que se ingresara un arma para hacer pasar al menor como un delincuente.”

Por la gravedad de los hechos antes señalados, el ente de control destituyó e inhabilitó a los uniformados por el término de 12 años y calificó la conducta del subintendente Leal Barrero, y de los patrulleros Navarrete y Rodríguez como gravísima a título de dolo por cuanto al ser miembros del nivel ejecutivo de la Policía Nacional, contaban con la preparación de la institución, sabían y conocían que una de las funciones esenciales era la de preservar los derechos fundamentales de toda persona, y actuar siempre con la verdad y transparencia que le impone el cargo.

En la misma actuación decidió absolver al coronel José Javier Vivas Báez, subcomandante de la Policía Metropolitana de Bogotá, al teniente coronel Nelson de Jesús Arévalo Rodríguez, comandante de la Estación de Policía de Suba y al subteniente Rosemberg Madrid Orozco, comandante del CAI Andes de esta jurisdicción, luego de no haber encontrado pruebas que los vincularan directamente con la participación en la obstrucción de la investigación y alteración de la escena.

En 2013, la Procuraduría destituyó e inhabilitó por 10 años para ejercer cargos públicos al patrullero de la Policía Metropolitana de Bogotá, Wilmer Antonio Alarcón por su responsabilidad en la muerte del joven grafitero.

Fuente: Eldiariobogotano.com

Siga a Periodismo Público en Google News. Suscríbase a nuestro canal de Whatsapp