El drama de los habitantes de Loma Linda y La Capilla

Ha pasado mes y medio desde que un deslizamiento de tierra acabó con la tranquilidad de los residentes de éstos deprimidos sectores de la comuna cuatro, quienes viven con el temor y la incertidumbre a cuestas debido a los constantes movimientos de tierra que ya han arrasado con gran parte de las casas que permanecían sobre la montaña.


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Basta con llegar al lugar y encontrarse con un desolador panorama al ver decenas de casas en el piso, para comprender la angustia por la que atraviesan cientos de personas que lo perdieron todo a causa del invierno inclemente que hace varias semanas azota al país.

Dicha situación fue la que motivó al Gobernador de Cundinamarca, Andrés González, a recorrer la zona el fin de semana para verificar por cuenta propia el peligro por el que atraviesan cerca de 5000 personas que deben ser evacuadas lo antes posible, a fin de evitar una tragedia que podría ser peor que la ocurrida hace unos días en el municipio de Bello (Antioquia). Ver: https://periodismopublico.com/Clara-advertencia-de-la

González fue claro en advertir que los habitantes de estos barrios deben abandonar sus residencias cuanto antes, sin embargo aún hay quienes por encima del inminente peligro se resisten a dejar el patrimonio de toda una vida, sin importar las ofertas de reubicación y subsidios que les han hecho para cumplir con el propósito de desocupar el área crítica.

Ante la negativa, el Gobernador afirmó que de ser necesario procederá a ‘sacar’ con Policía a cada una de la personas, reiterando que es necesario evacuar el sitio para impedir que la tierra sepulte a las personas.

Pero, ¿a qué debe la resistencia?

Aquí nací, aquí moriré:

“Es muy difícil dejar nuestras casas, hay casos en donde vive más de una familia en una sola vivienda y el hecho de ir a vivir en arriendo, así el gobierno nos ayude con $250.000 mensuales, es algo complicado y duro para quienes debemos dejar nuestro patrimonio. Crié a mis cuatro hijos acá, construimos nuestro rancho y lo que proyectamos para un futuro y una vejez, pero en este momento no tenemos las fuerzas para empezar de nuevo en otro lado”, afirmó Aura Inés Galvis, con notoria zozobra al ver como poco a poco se caen las casas de Loma Linda.

“Por ahora nos han dado el primer mes de arriendo, pero no sabemos nada más al respecto y no queda sino esperar. No queremos que nos saquen a la fuerza porque no tenemos a dónde ir, tuvimos que reubicarnos dentro del mismo barrio debido a que en los lugares que conseguimos nos pusieron problemas porque tenemos niños y somos familias de más de 10 personas. A eso se suman los elevados cobros que hacen por los arriendos, pues tan sólo nos dan un subsidio de $250.000 y abajo perfectamente nos pueden estar pidiendo $350 o $450 mil, y lo peor es que no sabemos si esa ayuda continuará”, agregó Luz Marina Arias, habitante de La Capilla.

Pedro Mora es otro de los vecinos de Loma Linda que, aunque no se ha visto damnificado, sí sabe que en cualquier momento su casa de dos pisos puede irse al suelo. Él es consciente de la difícil situación y concuerda con lo advertido por las autoridades, sin embargo “no es ingenuo” como para dejar su ‘rancho’ así como así.

“El Gobierno tiene razón en unas cosas pero en otras no, para el caso de nosotros se está viendo mucha infamia y cosas que no deben ser. Aún no me he visto damnificado, pero me parece absurdo ver cómo se hacen algunas cosas porque muchas de las ayudas se las dan a personas que no las necesitan. Si nos van a sacar que sea con la llave de la nueva casa en mano para poder tener garantías, pues no basta que nos den tres meses de arriendo. En la parte baja de Soacha hay muchos apartamentos desocupados, no entiendo entonces por qué nos tratan como ‘animales’. Necesitamos la colaboración del Gobierno, pagamos impuestos y servicios, somos dignos de una vivienda de verdad para vivir con la familia, en mi caso 12 personas. Hemos sudado para levantar estas casas y ahora nos dicen que si no nos vamos nos sacan a la fuerza, ¿qué es eso?. Dan para algunos meses de arriendo, pero, después ¿qué?”, explicó Mora al hablar de las razones por las cuales se abstiene de dejar su residencia.

“El tiempo pasa y las casas van cayendo una tras otra; la Alcaldía, la Gobernación y la misma nación plantean soluciones inmediatas, pero mientras que en Soacha se han inaugurado grandes proyectos de vivienda como la Ciudadela Colsubsidio Maiporé o Ciudad Verde, los damnificados han sido hospedados en canchas, coliseos o colegios, mientras ésta loma se sigue derrumbando, no sólo con el ladrillo sino con la ‘vida’ y la esperanza de todos nosotros”, concluyó Javier Ortiz, otro de los habitantes que teme por su integridad.

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