El Plan Municipal de Desarrollo: Democracia y participación

Nuestra historia ha sido la historia de reiteradas frustraciones, sueños fallidos y prolongadas esperas para poder ver hecha realidad las aspiraciones de un mejor bienestar para todos los ciudadanos que habitan el municipio.


En principio se puede entender que esa adversidad histórica tiene su explicación en la ausencia inicial de derechos de los habitantes que conformaron originariamente el territorio nacional y luego de aquellos que darían lugar al nuevo Estado Nación.

Pretendiendo superar esta condición, las elites gobernantes de entonces no vacilaron en introducir modelos extraños para superar las condiciones de atraso y pobreza con normas y derechos de otros pueblos diferentes al nuestro sin lograr resultado alguno.

Los derechos de los ciudadanos a lo largo de la historia de la conformación del nuevo Estado Nación, fueron otorgados a cuenta gotas en algunos casos o forzados por las presiones sociales en otros, como consecuencia de la gravedad de las circunstancias políticas, económicas y sociales que tenían lugar en el nuevo país.

El movimiento de la Regeneración de 1886, la Revolución en Marcha de López Pumarejo durante 1936, y la Asamblea Nacional Constituyente de 1991 se erigen a lo largo de más de 200 años de vida independiente como los hechos políticos institucionales más importantes en términos del reconocimiento de derechos de los ciudadanos.

Sin embargo, el reconocimiento de nuevos derechos, solo ha sido posible lograrlo, en la mayoría de los casos, como resultado de la participación de la lucha política y social de todos los sectores populares del país frente al Estado y las clases dirigentes, expresada en movilizaciones, huelgas, paros, marchas etc, que ha exigido grandes sacrificios de miles de vidas humanas, de personajes, unos extraordinariamente valiosos por su brillante capacidad intelectual y liderazgo, y otros por su elocuente sencillez: los líderes anónimos de veredas, barrios, pueblos y ciudades, que por su compromiso con las causas sociales justas, no han vacilado participar activamente en el logro de las aspiraciones de sus compatriotas.

Ahora bien, las actuales circunstancias de nuestro municipio, emplazan a TODOS los ciudadanos sin excepción, sin distingos de ninguna naturaleza, a asumir la responsabilidad histórica que les corresponde, de ejercer de manera efectiva, responsable, sistemática y organizada, el derecho a la participación que consagra la Constitución Nacional a los ciudadanos en la construcción de una nueva ciudad, de una sociedad menos excluyente, más justa, más equitativa, más humana, más sostenible.

En este orden de ideas, si se sabe aprovechar el derecho a la participación y toda la normatividad que la regula y la reglamenta, el bienestar y el control de la gestión pública traerán consecuencias positivas insospechadas.

En lo que al nuevo gobierno municipal concierne, conviene que la convocatoria a la participación de los ciudadanos en la construcción del Plan de Desarrollo no se reduzca únicamente a los 37 mil y más votantes que respaldaron sus propuesta de gobierno; sería un contrasentido por no decir que una contradicción y un error político estratégico incluir en su equipo de gobierno a casi todas las fuerzas políticas del municipio y excluir al mismo tiempo a más del 90% de los habitantes en la construcción del Plan de Desarrollo, y sobre todo excluirlo de los beneficios derivados de su futura implementación.

Conviene entonces a los ciudadanos apropiarse con responsabilidad de este derecho y participar en las iniciativas que propongan sus respectivas comunidades, sus organizaciones, asociaciones, gremios, veedurías, Juntas de Acción Comunal y todo tipo de instituciones y organizaciones de las cuales forman parte.

angelhumbertotarquino@yahoo.es

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