El poder de la política que prevalece en la Alcaldía de Soacha

No es secreto decir que la torta de los altos cargos de la Alcaldía de Soacha se ha venido repartiendo periodo tras periodo, una práctica que ha prevalecido y que revive en época electoral porque los caciques no quieren soltar su porción. Pensar que el alcalde Eleázar González tenga un número determinado de cuotas en la administración municipal es normal, pero que Juan Carlos Nemocón y Betty Zorro quieran seguir gobernando desde afuera no le suena a muchos.


Aunque se rumora bastante sobre la forma como se reparte la torta en la Alcaldía de Soacha, la verdad es que hay que tener en cuenta tres aspectos que juegan alrededor de funcionarios y contratistas. Por un lado están los de carrera administrativa, quienes independientemente de la corriente política a la que pertenezcan, se han ganado un cargo aparentemente por sus méritos y hoy forman parte de la nómina del municipio. Siguen los de provisionalidad y contratistas, personas que sí están puestas directamente por un padrino político (especialmente los últimos), y aquellos que ejercen cargos de libre nombramiento y remoción, como secretarios, directores, asesores, jefes de oficina y otros.

La pelea por la gran tajada se da especialmente en los contratistas y aquellos que desempeñan cargos de libre nombramiento y remoción; claro, porque son los secretarios y directores los que ponen y quitan puestos, y ahí es donde los caciques de la política local pagan sus favores electorales.

En este periodo de gobierno, por ejemplo, se dice que en la alcaldía manda más Betty Zorro y Juan Carlos Nemocón que el mismo alcalde Eleázar González, teniendo en cuenta que en los altos cargos ellos tienen más cuotas que el mandatario, un hecho que ha sido cuestionado porque algunas secretarías y direcciones se asemejan a repúblicas independientes debido a que no obedecen directrices, motivo por el cual el municipio parece por momentos una rueda suelta.

Los rumores de quién ha puesto los secretarios y directores no son fáciles de corroborar porque si uno le pregunta a cada uno lo niega abiertamente, es más, el mismo Nemocòn y la congresista han asegurado que las cuotas de ellos son mínimas en la Alcaldía de Soacha, pero basta con que haya una amenaza de despido y salen al ruedo a defender a sus protegidos.

Sin la seguridad total porque siempre lo van a negar, presentamos en este escrito quiénes son los padrinos políticos de las personas que conforman la cúpula del aparato estatal en la Alcaldía de Soacha para que la ciudadanía se haga la idea de cómo se administra la ciudad y quiénes intervienen en las decisiones.

Se dice que Juan Carlos Nemocòn, actual precandidato a la Asamblea de Cundinamarca, maneja las secretarías de Hacienda, Gobierno y el IMRDS, mientras que Betty Zorro la de Planeación, General, Desarrollo Social e Infraestructura, y que el alcalde sólo tiene las de Movilidad, Salud y Educación.

En cuanto a direcciones, hay 13 directores que vienen desde el gobierno anterior: contabilidad, presupuesto e impuestos en Hacienda; aseguramiento y salud pública en Salud; urbanismo y medio ambiente en Planeación; recursos humanos en General; calidad en Educación; servicios públicos y equipamiento en Infraestructura; proyectos especiales en Desarrollo Social y el IMRDS.

Todo esto indica que en la Alcaldía de Soacha hay intereses encontrados y por eso es que pareciera que cada quién jala para su lado (o para el lado de su jefe), y algunos no atienen las directrices que el alcalde imparte.

Ahora. Lo que viene pasando ya en poco tiempo es historia porque se avecina una campaña electoral donde se elegirá el nuevo mandatario, sin embargo lo que se observa es que tanto Betty Zorro como Nemocòn no quieren soltar la “gallinita de los huevos de oro” y planean a como dé lugar seguir incidiendo en la administración municipal.

Una evidencia de lo anterior es la reunión que ellos sostuvieron el pasado lunes festivo con los precandidatos Giovanni Ramírez, Hernán Castellanos, Jhon Gonzàlez, Juan Pablo Piranquive y Nohora Evelia Escobar, en donde se acordó que se hará una encuesta y que de acuerdo a las capacidades de cada aspirante, se escogerá el candidato que cuente con el visto bueno del gobierno, de la congresista y de Nemocòn.

Se escuchan chismes (o quizá realidades), que la tensión que hay actualmente para definir el candidato obedece justamente a ese tire y afloje que permite medir fuerzas y seguir manteniendo el poder en la Alcaldía, como quien dice, la gran torta continuará repartiéndose entre los mismos.

Si bien es cierto en esta campaña, que comienza a calentarse, han surgido diferentes fuerzas y nombres que seguramente serán protagonistas en octubre, la decisión está en manos de la ciudadanía, de los votantes, de quienes en las urnas definirán el nombre del próximo alcalde y de los 19 concejales que integrarán el cabildo municipal para el periodo de gobierno que se avecina. De los resultados dependerá el manejo de la ciudad y el nombre de quienes se sentarán a repartir el ponqué, el mismo que durante años ha sido saboreado por unos pocos con la complicidad de los ciudadanos, porque al fin y al cabo se sienten con el poder de hacerlo cuando en las urnas los resultados los favorecen.

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