En Nuevo Compartir también hay escombrera ilegal

La comunidad del barrio Nuevo Compartir de la comuna uno no sabe qué hacer para evitar la proliferación de escombros que algunas personas inescrupulosas arrojan en las zonas verdes del barrio. Así mismo hay preocupación por el mal estado del muro que encierra la Institución Educativa del lugar.


Desde marzo pasado se realizó la última brigada de aseo en una de las canchas del barrio por parte de la JAC e integrantes de la barra del Atlético Nacional. Sin embargo, los muchachos se encuentran desmotivados al observar como sus esfuerzos por recuperar la cancha y las zonas aledañas se han visto menospreciados por un grupo de personas que arroja indiscriminadamente residuos y escombros, convirtiendo el sector en un basurero.

Según Gloria Castiblanco, presidenta de la JAC de Nuevo Compartir, manifiesto que cuando se adecuó nuevamente la cancha se adquirió un compromiso para que no se arrojaran escombros sobre ella, pero al ver el estado en el que se encuentra, lastimosamente se concluye que falta compromiso por parte de los residentes del barrio, dado que además de adquirir dicho compromiso, también se han hecho brigadas de sensibilización y socialización junto a Aseo Internacional para que se concientice sobre el peligro, el daño ambiental y las sanciones que acarrea el arrojar desechos en vía pública.

Además, la líder reconoció que el IMDRS (Instituto Municipal de Recreación y Deporte de Soacha) les prestó la guadaña con la que se hizo la limpieza de los pastos, Aseo Internacional recogió a un lado de la cancha y con la CAR (Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca) se reunió la comunidad para discutir sobre la afectación que hay frente a las alcantarillas y desagües existentes entre los barrios Nuevo Compartir y Quintas de Santana.

Hay que destacar que este es otro de los problemas que afectan a la comunidad de este barrio, ya que detrás de la cancha del barrio se encuentra ubicado un potrero donde las aguas residuales salen a flote por cuenta del sistema de alcantarillado. Sin embargo, este inconveniente ya se empezó a tratar por parte de la CAR y la empresa de Acueducto, con miras a otorgar un espacio libre de contaminación a los pobladores de esta zona.

“El olor y la inseguridad son características de aquí, aunque ya parece que se va a arreglar ese potrero, y eso que ya ha salido gente que tenía sus cambuches ahí detrás, eso daba miedo pasar por este lugar después de las 5 de la tarde porque usted no salía con nada”, indicó Gustavo León, un residente de la zona.

A cerca del muro

También se tiene pendiente la intervención de un muro que bordea al colegio Nuevo Compartir en la parte de atrás, el cual con el paso del tiempo se ha ido inclinando, aumentando la probabilidad de caer. Vale la pena mencionar que este muro no compromete la vida de los estudiantes dentro del plantel, pero sí de personas que transitan por la parte exterior del plantel, razón por la cual Bernardo Calderón, rector de la institución educativa, radicó un derecho de petición para que se le diera solución a esta problemática:

“El muro se está desnivelando de a un centímetro por mes, tengo entendido que ya es el segundo muro que se construye, pero por cuestiones de humedad del potrero de atrás, está a punto de caerse otra vez, por vía legal se efectuaron los trámites y el Concejo aprobó los recursos para la construcción de un nuevo muro”, expresó el directivo.

En razón a lo declarado por el docente, la Secretaría de Educación envió una carta de respuesta al rector, informando que desde el 24 de julio y hasta el 15 de agosto se harán los estudios arquitectónicos y estructurales seguidos de la demolición del actual muro, construyendo finalmente uno nuevo que disminuirá también el riesgo de un robo a la institución, tal como sucedió hace unos meses:

“El año pasado nos robaron 30 computadores, se entraron y se los llevaron, afortunadamente los equipos estaba asegurados y la compañía respondió, pero si se llegara a caer ese muro, el problema sería bastante delicado”, señaló de nuevo el rector.

Si bien esta problemática no afecta de manera directa a los alumnos, ellos están de acuerdo con la solución del problema, primero por el aspecto físico del colegio, y segundo, porque en caso de caer, los niveles de inseguridad aumentarían de manera elevada, situación que requiere la agilidad en el proceso de reconstrucción.

“Sería muy bueno que arreglaran ese muro. El hecho de que no nos afecte mucho no quiere decir que lo dejen así, porque si se cae ahí sí nos afectaría, robarían otra vez como pasó el año pasado”, aseguró Michael Rodríguez, estudiante de noveno grado.

“El muro cada vez lo veo más inclinado, ya era hora que le colocaran atención al problema que se vendría si se llegara a caer, es que usted lo ve y queda impresionado porque puede que no caiga hacia adentro, pero si alguien está en la parte de afuera, ahí queda”, dijo Natalia Rojas, otra de las estudiantes.

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