En pésimas condiciones están los parques de la comuna uno de Soacha

Residentes de la comuna 1 de Soacha denunciaron que los parques que rodean el sector se encuentran en pésimas condiciones y no pueden ser usados por los niños, sin embargo sí los  utilizan  como espacio para consumo de estupefacientes.  

Según argumentan los padres de familia, los parques no se encontraban en estas condiciones, pero la falta de cuidado de algunas  personas aceleró su deterioro, situación que aprovecharon los viciosos  para consumir  y arrebatarle estos  espacios a los niños.

“Estos parques fueron entregados con las etapas 2, 3 y 4 de Torrentes, y demoraron más tiempo en abrirlos que las mismas personas en dañarlos; su función inicial fue  brindar un espacio para que los niños jugaran y se distrajeran,  pero sucedió todo lo contrario porque  se robaron los columpios y rompieron el resto de cosas, y ahora se reúnen ahí es para  consumir vicio y dañar completamente las zonas comunes”, argumentó un residente del sector.

Sin columpios y oxidado se encuentra este parque de la comuna uno de Soacha

Según comentan las personas, esta zona antes se encontraba muy bien equipada para el esparcimiento de los niños, pero de eso ya no queda nada, pues todos los parques han sido dañados. “A falta de un parque estábamos rodeados de varios para que los niños pudieran jugar, pero de la nada empezaron a dañarlos, incluso un gimnasio que teníamos también lo dañaron, ya no queda nada. Y lo que se suponía que era para los niños pasó a ser de los consumidores”, agregó  un padre de familia de la comuna uno.  

Finalmente, las personas comentan que la falta de cultura de muchos habitantes ha hecho que en lugar de verse como una zona agradable y un sector residencial en excelentes condiciones, sea visto como un espacio de consumidores y en muchos casos como  una zona que genera  miedo.  “Siempre que digo dónde vivo, las personas se asustan porque este sector se ha ganado una muy mala reputación, y es triste ver que ni siquiera sean capaces de cuidar el lugar en el que viven porque en el espacio que rodea a los niños de la zona, ya no hay ningún tipo de pudor ni de precaución con ellos”.

Por Natalia Soto Parra

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