G.E. espera movilizar carga por la vía férrea entre Boyacá y Cundinamarca

El proyecto tendría inversiones por US$ 250 millones y sería operado mediante el modelo de Alianza Público-Privada en unión con la firma Sofca.


Entre dos y tres meses como máximo espera General Electric (GE) que se demore la aprobación por parte de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) de la concesión para transportar carga entre la región cementera de Paz del Río (Boyacá) y La Caro (Cundinamarca).

El proyecto demandaría inversiones por cerca de 250 millones de dólares y sería operado mediante el modelo de Alianza Público-Privada (APP) en unión con la firma Sofca, entre otros socios de GE, que está liderando la iniciativa.

“Nosotros estamos procurando involucrar a los que hacen la construcción y mantenimiento de las vías, a operadores de cargas y a todos los que son expertos en transporte ferroviario, e igualmente a los transportadores de este corredor”, informó el presidente de GE Colombia, Eduardo Jaramillo, en la primera entrevista que concede desde que se posesionó, a principios de diciembre pasado.

Los trenes serían de GE, mientras que para la señalización de la vía podrían involucrar a su socio Alstom, que cuenta con experiencia en construcción de sistemas ferroviarios.

Jaramillo explicó que ha habido demoras en el proceso debido a que cambiaron las condiciones de riesgo del proyecto.

La firma tiene los ojos puestos además en dos iniciativas para la producción de energía térmica a partir de carbón, en el norte del país, en los que iría con los propietarios de yacimientos de este combustible.

“Ahora hay tecnologías amigables con el medioambiente y creo que si tecnológicamente se toman las decisiones correctas, tanto el beneplácito de las comunidades (consultas) como las licencias ambientales son obtenibles. Un país de carbón no se puede dar el lujo de tener tan poca generación con esa base”, apunta Jaramillo.

La multinacional de origen estadounidense ve oportunidades también de participar en APP del sector hospitalario, aprovechando una necesidad evidente de más camas disponibles y automatización de procesos para que la atención de pacientes sea más expedita y segura. “No tenemos un proyecto específico pero venimos conversando con operadores importantes”, afirmó Jaramillo.

Si bien GE no pujó directamente por quedarse con concesiones de cuarta generación (4G), sí buscará convertirse en proveedor importante de los concesionarios en cuanto a iluminación para los túneles y sistemas de control ligados a los peajes. También en infraestructura aeroportuaria está haciendo contactos con los operadores.

Para el año 2016 el conglomerado busca mantener en Colombia el mismo crecimiento que tuvo en el 2015, de 12% aproximadamente, lo que considera positivo teniendo en cuenta la difícil coyuntura de crisis petrolera (que es su negocio más importante en el mundo) y de un dólar caro que ha hecho aplazar la actualización tecnológica en sectores como la salud.

Jaramillo vaticina que este año tampoco se avizora un buen resultado en hidrocarburos, donde considera que se mantendrá el promedio de precios del periodo pasado, pero manifiesta optimismo con relación a los sectores eléctrico, médico, de energía y transporte.

En la actualidad, petróleo, energía, salud y aviación participan en partes iguales que suman cerca del 80 por ciento de los ingresos de la compañía en el país. El resto tiene que ver con transporte, conexión energética y otras áreas. “Lo que buscamos es ganar participación de mercado en al menos 2 a 3 puntos por unidad de negocio. No doy los valores por área porque no quiero que mi competencia la tenga tan fácil”, puntualizó el directivo.

El presidente de GE Colombia, Eduardo Jaramillo, no cree que la actual crisis eléctrica del país dé para pensar en un revolcón legal, pero sí para que se considere la decisión estratégica de modificar una matriz energética que depende en un 70 por ciento de la producción a base de agua y lo demás es generación térmica con base en combustibles como el gas, que a veces escasean y otras no se pueden transportar.

“Seguramente hay que mirar el cargo por confiabilidad, el precio por escasez y de pronto cuestionar si es la neutralidad tecnológica lo que no permite que surjan las alternativas con viento o en fotovoltáica”, dice.

Explica que la neutralidad tecnológica consiste en que no existe un trato preferencial para esas fuentes que involucran tecnologías nuevas. Otro inconveniente es la falta de interconexión, “porque usted puede generar en La Guajira dos o tres gigas, pero si no tiene cómo conectarse nada hace”, añade.

Jaramillo resalta que en el sector eléctrico su empresa tiene desde generación en todas sus formas posibles, pasando por la entrega de la energía en las casas y hasta el suministro de bombillos de bajo consumo. Desde ahí, dice, está en capacidad de hacer un gran aporte a Colombia.

“Uno oye todos los días que hay compañías listas a despachar 300 megas a través de turbinas y motores. Todo eso lo puede hacer GE con el sistema Fast Energy y parte de lo que hemos tratado con nuestros clientes es asegurarnos de entregarles toda la tecnología para instalar motores desde 300 kilovatios hasta turbinas de 25 a 30 megas que se pueden instalar en un mes y se pueden transportar en un tráiler”, anota.

De esta manera, si se instalan tres o cuatro turbinas, se pueden generar 80 megas que pueden suplir la necesidad de un pueblo pequeño en una zona alejada.

Fuente:Portafolio

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