Habitantes de Junín quieren irse del barrio

La falta de sentido de pertenencia, el poco compromiso por parte de algunos vecinos y el creciente aumento de la inseguridad, son hechos que están obligando a que algunos vecinos de este sector de la comuna cinco estén pensando en vender sus casas e irse del barrio.


Hace aproximadamente ocho años, cuando se dio la orden de desalojar algunas de las viviendas de este barrio, por cuenta de las filtraciones de agua, los residentes del sector Junín de San Mateo no pensaron que algunos vecinos carentes de conciencia ciudadana, escogieran la esquina de la zona llamada “La Plazoleta”, en la calle 31 entre carreras 7 y 9, para arrojar los desechos que producen en sus casas a horas que no concuerdan con los horarios dispuestos por Aseo Internacional para la recolección de estas basuras.

“La gente no tiene educación y eso genera que a nadie le importe lo que sucede aquí en el barrio, los escobitas sí vienen y barren, pero más se demoran en irse a que llegue alguien y bote su basura en plena vía pública, y es por eso me atrevo a hacerle un llamado a las personas para que consideren que aquí vivimos muchas familias, usted sabe que los buenos somos más pero desafortunadamente son unos pocos los que nos hacen quedar mal como comunidad”, dijo la señora Hasbleidy Rodríguez, habitante del sector.

Como si fuera poco, la Calle 30, que es una de las vías principales del barrio, también se ve afectada por cuenta de los ciudadanos que no muestran cariño por su territorio. Estas personas tomaron la costumbre de dejar la basura en el separador de la vía, y éste al ser angosto en algunos tramos, no otorga el espacio suficiente y muchas de estas basuras terminan en plena vía que posteriormente son arrastradas por algunos vehículos.

“El camión de la basura pasa los lunes, miércoles y viernes, pero la gente saca la basura a cualquier hora y no le importa que hasta los perros rompan las bolsas, entonces ya se imaginará el reguero de basura que encuentran los señores del aseo cuando pasan a recoger, y uno no le puede decir nada a los que botan la basura por miedo a ganarse un problema, porque tras del hecho se ponen bravos”, señaló Víctor Ramírez, residente del barrio.

Aumenta la inseguridad

Además de la problemática expuesta anteriormente, algunos pobladores indican que el aumento de la inseguridad es notorio en el sector, al punto que algunos habitantes de la calle ya utilizan los andenes de las casas para dormir a cualquier hora del día, sin importar si hay niños transitando por la zona. De igual forma, hay quienes afirman que existen algunos negocios de billar en donde se reúnen personas a tomar licor y luego arrojan botellas y latas por las ventanas, especialmente los fines de semana.

“Aquí en todas las esquinas consumen vicio, la policía estuvo haciendo operativos, pero este barrio al tener muchos callejones, es aprovechado por estos personajes para esconderse y consumir droga. Yo estaría de acuerdo con que se colocaran algunas alarmas comunitarias en este sector, siempre y cuando la policía acudiera rápido al llamado, porque daría lo mismo accionar una alarma y que no aparezca nadie”, expresó Luis Alberto Cortés, vecino del sector.

“Aquí en Junín hay dos colegios, a los niños y niñas los atracan, les quitan sus objetos de valor y no respetan, las chatarrerías que existen alrededor del barrio son foco de delincuencia, yo he visto como traen los espejos de los carros, llantas y rieles para las cortinas, entre otros objetos, entonces el control por parte de las autoridades debe ser más evidente, por eso algunas personas consideran la posibilidad de vender sus casas”, expuso Hernán Niño, líder comunal de Junín.

Otra alternativa que se ha considerado es instalar rejas en los alrededores del barrio para que las personas que no viven en Junín y que lo visitan con intenciones extrañas, no puedan entrar fácilmente. En esta gestión se han mostrado de acuerdo algunos vecinos, pero otros no la respaldan, lo que ha ocasionado divisiones internas que impiden implementar alguna solución propicia para esta situación.

“Si ponemos una alarma, los indigentes y habitantes de calle se siguen metiendo, entonces nos hemos organizado para colocar la rejas, pero los vecinos que tienen carro no quisieron aceptar la propuesta porque no pueden entrarlo. A mí me parece que una alarma no sirve, creo que es más factible una reja porque eso era lo que todos aquí habíamos hablado, y una cámara los graba antes es consumiendo vicio”, apuntó Jenny Guzmán.

Mientras tanto, los vecinos deben seguir tomando medidas preventivas con el fin de evitar exponerse a problemas crecientes como el consumo de estupefacientes, además de buscar apoyo de las instituciones encargadas de brindar seguridad a la comunidad y lograr un acuerdo que les permita actuar colectivamente sin que nadie se vea afectado por las decisiones que se concreten.

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