La inseguridad rodea al Campo de los Locos

Residentes cercanos al abandonado parque atribuyen el aumento de la inseguridad a la instalación de una fundación que ayuda a los habitantes de calle. Argumentan que algunos de los beneficiados están usando el espacio del campo como dormidero y para delinquir en las noches.


Desde hace veinte años el Campo de los Locos está en un grave estado de abandono, la inseguridad se ha venido apropiando de sus alrededores y del parque vecino denominado como el Ocho. La comunidad residente del sector argumenta que a medida que transcurre el tiempo se vuelve más peligroso el transitar por el sitio, y que a pesar de la presencia de policías regulares, no ha sido posible aumentar la percepción de seguridad en el sector.

Alirio Aguirre, residente del barrio Villa Clara, describió el uso que muchos individuos le están dando al parque: “Ya no resulta agradable pasar por el campo, frecuentemente se ve a menores de edad consumiendo alucinógenos y hemos identificado que algunos pandilleros y habitantes de la calle en las noches se suben a los arboles para saltar sobre sus victimas, someterlas y quitarles sus pertenencias, eso demuestra el grave conflicto de inseguridad que nos aqueja y que difícilmente podremos solucionar”, argumentó con preocupación el habitante.

Vecinos cercanos al parque aseguran que desde hace nueve meses el problema de seguridad alcanzó niveles críticos debido a la instalación de una fundación encargada de ayudar a habitantes de calle. Si bien la comunidad no está en desacuerdo con el trabajo realizado, y que de hecho dice aplaudirlo, no comparten el manejo logístico que se está ejecutando con los beneficiados, pues argumentan que algunos de ellos están usando el parque como dormidero, dejando todo el desorden y basura una vez que son levantados por la policía, y muchos lo están utilizando para hacer selección de reciclaje, afectando la estética del ya triste panorama del campo.

Manuel Bernal, vecino y antiguo administrador del Campo de los locos, calificó el control que la fundación está ejerciendo sobre los habitantes de calle: “La idea es fabulosa, sin embargo falta organización para lograr el beneficio de ellos sin afectar a la comunidad. Es demasiado incómodo verlos reciclando al lado del que de alguna manera aún es un pulmón para el ejercicio del deporte en toda la comuna dos.

Toda la comunidad coincide en un aspecto, y es que algunos de estos individuos además de usar el campo como dormidero durante las noches, aprovechan la falta de iluminación para atracar a la gente, no respetan edades, género, ni condiciones físicas; incluso en la noches, sin vergüenza alguna, se suben en los árboles para lanzarse sobre sus víctimas, asegurando “la vuelta” como ellos la llaman”, relató.

Por su parte, Elber Tibaduiza, coordinador operacional de la Fundación Primavera, involucrada en los comentarios e inconformidad de los habitantes, respondió a la comunidad el tratamiento que se está aplicando a la problemática planteada.

“Teniendo en cuenta el estado y la mentalidad con la que llegan muchas de las personas a las que ayudamos, de principio resulta complejo poder controlar sus actos fuera de nuestras instalaciones. Sin embargo, nosotros somos insistentes con ellos al advertirles que una vez hayan recibido la atención diaria aquí, debe retirarse y procurar ser lo más organizados posibles, no obstante se ha tornado un trabajo bastante difícil, por lo tanto hemos acordado con la policía que aquellos individuos que se encuentren de puertas para afuera “mal parados”, no responderemos por ellos, es decir, pueden proceder para realizar las acciones necesarias en pro de la seguridad del sector”, aseguró el coordinador.

José Patiño, beneficiario de la fundación y antiguo habitante de calle, expresó su compromiso con la comunidad y sus compañeros para aportar al fortalecimiento de la seguridad de la zona.

“Comprendo que aquí me dieron otra oportunidad para volver a estar en un ambiente de hogar, por este motivo me comprometí y afortunadamente he logrado convertirme en una especie de ejemplo y líder aquí. Teniendo en cuenta el valor que la fundación representa para mí, colaboro explicándoles a los muchachos que deben respetar a la comunidad y aportar para mejorar el aspecto del parque, evitando dejar basura y reciclaje, puesto que esos son actos que incomodan mucho a la comunidad y fácilmente pueden ser motivo para que nos quiten la fundación”, concluyó José.

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