Las histéricas se quieren tomar la palabra

Posted on 16 de diciembre de 2015 by Evelyn Huérfano Sánchez

Histérica y temperamental, así es calificada una una mujer cuando habla contundentemente, pero es diferente cuando un hombre dice lo mismo. Y no, no soy “Feminazi” por decir esto, no estoy resentida con el mundo, mucho menos con los hombres, o bueno, no con todos.

La construcción del ser humano pasa por las experiencias y la adquisición de conocimientos; constituirse como mujer pasa a ser un proceso de auto-reconocimiento, aceptación, luchas internas, conocimiento teórico, práctico, conocimiento de género, crecimiento intelectual, más práctica y finalmente en la solidaridad, en la hermandad; de acuerdo a como lo señala Florence Thomas “Nací hembra y me hice mujer”.

Hace unos años –‘pocos’ era impensable reconocernos como mujeres y sentir orgullo de tal suceso, al día de hoy hemos avanzado, pero es un trabajo no solo nuestro, es un trabajo con ustedes, por el respeto a un NOSOTRAS, a no ser señaladas por reconocernos, amarnos, lucharnos, aprendernos, realizarnos, y muchos “NOS” más, porque somos todas, ya no tan pocas, como algunos esos si pocos, quisieran.
Hemos hasta dudado de lo grandioso que es ser mujer, llegar a odiarnos por los abusos de los otros es aterrador, culpabilizarnos, pasar de ser víctimas a victimarias, es espantoso sentir miedo y callar.

Desde ya me pueden llamar “Mamerta Feminista”, estaré aquí para asumirlo, para crear debates de construcción, para argumentar cada palabra, estaré aquí, a la altura intelectual de la construcción de sociedad equitativa con reivindicaciones claras.
Hemos dudado de auto formarnos como feministas teóricas y prácticas, y no por la ausencia de convicción, no, es que la doble estigmatización es difícil de sostener, no es tener el conocimiento de un “ismo” más, es la construcción de nuestra propia sujeta; mujeres, intelectuales, irreverentes, rebeldes, incorrectas, criticas, pensantes, contradictorias, completas, constituidas, de todo esto pasamos sólo hacer “las locas, gritonas, las no-amadas, las histéricas, las pelionas” y un sinfín de “hermosas cualidades”.

Y no, ni lo uno ni lo otro, no puedo decir que he sido abusada sexualmente, maltratada físicamente, despreciada, ni mucho menos, no, mi relación con el sexo opuesto es clara, equilibrada, horizontal, en algunos espacios, en otros hablo un poco más fuerte y por arte de magia existo.

No he tenido conflictos graves con los hombres, no me ha ido mal en el amor, en los otros espacios tampoco, y sin embargo, pertenezco, soy y seré siempre parte de éste “ISMO” un poco más intelectual, formativo y coherente con mis acciones.
Hablar es re-encontramos, hablar de la realidad, vernos, entendernos, esquivar la relegación de las labores cotidianas, involucrarnos en debates de altura; sabemos hablar más de lo básico entre alimentación y niños, estamos dispuestas a ocupar roles de trascendencia, cultural, social, económica, política entre otros.

Estamos materializando nuestros derechos eternos, pero hasta hoy reconocidos, sabemos de todo, estudiamos, investigamos, profundizamos, nos preparamos, y si, -queremos la palabra-. Hoy no todas las mujeres nos realizamos como “madres”, no, estamos en otros cargos, hoy somos visibles, y no sólo como lo describía Monique Wittig “Las mujeres aunque extremadamente visibles como seres sexuales, permanecen invisibles como seres sociales”. Es nuestro turno y estamos aquí para que ustedes aprendan de nosotras y nosotras construir con ustedes, estamos y existimos.

¿No creen que ya fueron suficientes años de silencio?, aunque a mí no me hayan tocado tantos años, el silencio sí me ha tocado, y no queremos poder hablar para quejarnos, esa no es nuestra costumbre, es la construcción de nuevas realidades, de nuevas luchas, no siempre nos quejaremos de ustedes, como hay malos machos hay muy buenos hombres, hay hombres que amamos y odiamos y al final de la tarde siempre terminaremos amándolos, amores lejanos, cercanos, utópicos, reales, carnales, naturales, románticos, amores y simplemente amores; ustedes y nosotras sin duda cabemos en este mundo.