Los niños y jóvenes de Soacha que cambiaron el puñal por una guitarra
El amor a Dios, el arte y la música, fue el motivo que llevó a Pablo Pinzón a crear la Fundación Transformando Generaciones, como necesidad del cambio social en su territorio.
El sector Ciudadela Sucre, ubicado en la comuna 4 del municipio de Soacha, es una zona donde los niveles de delincuencia, microtráfico y vandalismo son altos, convirtiéndose en el diario vivir de niños y jóvenes. A raíz de esta problemática, nace la idea de crear una iniciativa que permitiera un enfoque social y que radicara su impacto en estos jóvenes para que su tiempo libre lo dedicaran a actividades que enriquecieran su mente y su cuerpo.
Hace 4 años nace la Fundación Transformando Generaciones, una idea realizada por Pablo Pinzón, un joven emprendedor que quiso ser protagonista del cambio, y que actualmente cuenta con el apoyo de Carolina Morales. En esta fundación se realizan actividades como danza folclórica infantil y juvenil, danza urbana, Break Dance, música y escuela de rap, para lo cual trabaja con niños de 5 a 12 años en talleres con el ICBF; allí participan menores desde los 5 años hasta adultos mayores de 65.
Los ensayos los realizan en un local donde pagan arriendo, pero debido a la situación económica actual están a punto de perder este sitio, donde el esparcimiento y las actividades libres y sanas permiten a los participantes alejarse de las costumbres que las calles ofrecen.
A pesar de no haber logrado ningún tipo de apoyo por parte del gobierno, han tocado muchas puertas para continuar con este sueño, iniciativa que ha tenido muy buena aceptación por parte de la comunidad, pues hasta el momento no había un sitio para que los jóvenes dedicaran su tiempo libre a actividades productivas, las cuales están orientadas por 5 profesores.
El esfuerzo y dedicación a esta ardua labor ha tenido buenos resultados, pues la participación en eventos locales y nacionales (Buenaventura, Medellín, Cali, Gachancipá, entre otros) ha permitido el reconocimiento a esta fundación que trabaja día a día por generar un cambio social en los jóvenes pertenecientes a este territorio, por medio de la transformación y la necesidad de transición por un mundo mejor.
Pablo Pinzón envía un mensaje a los jóvenes: “Para mí el arte es el mejor camino para la transformación social. En vez de hacer más cárceles deberían pensar en hacer más centros culturales donde los niños y jóvenes se enamoren de un arte y vean una nueva oportunidad de vida. Por medio del arte podemos soñar, crecer, vibrar, viajar, estudiar, vivir y transformar nuestra sociedad. ¡Por eso seguiremos cambiando puñales por guitarras!».
Por Edna Rocío Vanegas
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