Mercados campesinos y estudiantiles, por la soberanía y seguridad alimentaria de Soacha

Con un exitoso balance y una gran acogida, la comuna cinco fue el escenario para que los estudiantes de la Institución Educativa Municipal San Mateo vendieran los productos orgánicos cultivados por ellos mismos y así demostrar el emprendimiento que poseen para desarrollar sus proyectos productivos.


Todo estuvo dispuesto desde muy temprano de este viernes. Las profesoras Dayhanna Garzón Cantor y Olga Molina, junto a su equipo de estudiantes, organizaron los stands con sus productos, luego llegaron poco a poco campesinos provenientes de distintos puntos del municipio, quienes fueron invitados para que se unieran a esta jornada agrícola que tuvo como propósito fundamental la exhibición y venta de productos que han sembrado en sus huertas caseras.

Pero, hay que mencionar que toda esta iniciativa ha tenido un proceso y un componente social que se distingue de una plaza de mercado común, ya que en primer lugar, desde hace cuatro años se inició con este programa escolar que se ha realizado bajo la premisa de motivar a los habitantes del municipio a mejorar la seguridad y soberanía alimentaria, teniendo en cuenta el creciente nivel poblacional al que se ve abocado el municipio de Soacha.

“Lo que se trata es de integrar el currículo a los PEI institucionales en todo lo que tiene que ver con la apropiación del territorio y la memoria histórica, porque se ha notado que los muchachos no tienen identidad y autonomía, y esto se ve reflejado en el descuido de las instituciones y el no aprecio de las formas educativas alternativas, por eso esto es educación alternativa, transversalizado no solamente en la cátedra de ciencia política, sino en la clase de biología”, explicó al profesora Dayhanna.

Para este fin, los alumnos de la institución educativa se dieron a la tarea de recuperar los espacios abandonados con los que contaba el colegio debido a la reestructuración general que se hizo allí. Durante el inicio de la fase de adecuación, fueron los mismos estudiantes los que sacaron cuanto escombro había para luego comenzar a concebir el suelo propicio para la siembra de los productos agrícolas que actualmente se producen, a esto suma que no se utilizan fertilizantes químicos para el crecimiento de las plantas, solamente componentes orgánicos como la cascarilla de los frutos.

“Esta fue la primera parte y de aquí cada uno de los muchachos recogía los desechos orgánicos de sus casas, los organizaba con las cáscaras de huevo, poco a poco los iban trayendo y hoy este es un suelo que ya se nota maduro donde se produce una gran cosecha, también hay una asociación de cultivos porque están las plantas medicinales como la yerbabuena, la manzanilla, el ajenjo y la ruda, que además ayudan a repeler los insectos y que no se formen plagas”, indicó la docente de biología Olga Molina.

En cuanto a los alimentos que allí se cultivan, la profesora manifestó que se han sembrado lechugas, repollos, espinaca, perejil, apio, cilantro y fríjol, y adicionalmente se cuenta con un espacio para la lombricultura. También las baterías de los baños que ya no sirven, son usadas para sembrar algunas plantas ornamentales, a futuro se planea la construcción de un invernadero que permita una mejor recolección de la cosecha.

Hay que resaltar también que desde la Secretaría de planeación municipal, se ha contribuido a la realización de este proceso. Sin embargo, el ímpetu y la participación colectiva de los estudiantes ha sido vital porque según lo expresan ambas docentes, sin ellos las huertas no serían una realidad hoy en día, y este proyecto no hubiera sido el primero a nivel escolar que se implemente dentro del municipio.

La jornada de exposición y venta

Hay que tener en cuenta que la Secretaría de Planeación ha efectuado una integración entre los gestores de este proyecto y algunos campesinos que poseen sus huertas y procesan de igual manera los productos, esto con el propósito de intercambiar conocimientos y experiencias para así unificar la labor que se hace con estos cultivos, por ello, los alumnos de la Institución Educativa San Mateo han ido anteriormente a lugares como Bosatama y Quintas de la Laguna, entre otros, y han aprendido diversas técnicas que les permiten mejorar la calidad de los alimentos que se comercializan.

“Nos fueron donando semillas, árboles y varias cosas para ayudarnos a sembrar, es así que en cada entrega de boletines o eventos del colegio, se pueden hacer estos procesos en donde se vende todo, aunque también se trata de que nuestros compañeros aprendan. Y la gente viene y pregunta qué es eso, a lo que nosotros sencillamente les decimos que aparte de investigaciones, hacemos nivelaciones para la tierra, también que entre todos los salones nos turnamos para regar y así”, señaló Jefferson Fontecha, estudiante de la institución.

“En lo personal me parece un plan muy chévere que los alumnos se integren en cosas distintas y no que estén en la calle quien sabe haciendo qué, o que no le vean interés a nada, entonces qué mejor que los padres vean que están vendiendo algo que es de su propio esfuerzo y con eso ven lo motivados que están, porque también se les enseña hasta a los chiquitines y como puede ver, acá somos muy unidos para que las cosas salgan bien y como queremos”, expresó Natalia Novoa, de grado décimo.

Como se había mencionado al principio, en esta ocasión se hizo la jornada de mercados campesinos en las instalaciones del plantel educativo, así que además de los estudiantes, se hicieron presentes campesinos provenientes de zonas como Altos de la Florida, en donde con ayuda de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), también se ha venido realizando un proceso similar.

“Nos invitaron los profesores encargados del proyecto y llevamos desde el 2009 con este proceso de las granjas agrícolas, y la alcaldía nos ha venido apoyando mucho también, por lo que traemos acelga, brócoli y lechuga”, manifestó el señor José Barreto Prada, uno de los campesinos asistentes al evento.

Al final, el balance fue positivo, la comunidad que asistió pudo apreciar esta labor como algo curiosos, pero a la vez como un gran acto de emprendimiento colectivo, todo gracias a este proceso que se espera siga creciendo e implementándose en los demás colegios del municipio.

“La integración, el entusiasmo y la organización de los niños fue muy importante, se vendió el 90% de los productos, también vinieron algunas organizaciones que escucharon el eco de lo que se hizo y se quieren vincular, la idea es que todos nos contagiemos de estas iniciativas y la meta es que podamos comer productos 100% orgánicos”, finalizó la docente Dayhanna Garzón.

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