Movilidad urbana, tema de la última década
Cada día aumenta la preocupación de ver cómo crece sin límites el problema de la movilidad urbana en la capital de la república. El tema incluso ha sido bandera de varias campañas electorales, sin embargo, a la hora de mirar quién va a direccionar desde el Gobierno Distrital esta Secretaría se podría afirmar categóricamente que los últimos Alcaldes Mayores en su turno han coincidido con el desacierto en el nombramiento de dichos funcionarios.
Este problema en la actualidad se puede decir con toda claridad que no es solo del Distrito Capital, porque al igual se viene presentando la misma situación en las diferentes ciudades capitales de Departamento del país; por consiguiente, se debe considerar que es un problema del Estado y como tal, debe actuar de inmediato con políticas y medidas serias que sin afectar el desarrollo de los ciudadanos tienda a satisfacer sus necesidades. Es inaceptable desde todo punto de vista que el Distrito Capital tenga que contratar en varias oportunidades expertos internacionales sobre dicho tema.
Hace algunos días atrás en un artículo publicado en el Diario el Tiempo, recomendaban los expertos: cobro por congestión, aumento en el valor de los parqueaderos, creación y cobro por estacionamiento en bahías, tasas y subastas en donde se triplicaría el valor comercial de un vehículo , reducción de las vías para los vehículos para que por detenerse el tráfico el ciudadano tenga que bajarse de su auto y caminar, aumentar los controles de contaminación, crear bicicletas públicas, restricciones por placas y zonas entre otras medidas que directamente afectarían el bolsillo de los colombianos.
Para nadie es desconocido que el problema de movilidad en Bogotá D.C. y las diferentes ciudades del país se debe a la falta de planificación y desarrollo urbanístico: hacen falta vías, arreglo de las vías, una semaforización aplicable a las necesidades y por ende una cultura ciudadana por parte de los conductores, ya que es evidente que estamos mal acostumbrados, no se cede el paso y se quiere ser siempre el primero sin importar quién tenga la preferencia o la razón. Sobre todo, existe algo muy cierto en donde las Administraciones han fallado y por tratar de solucionar un problema se ha visto afectado otro, tal es el caso de las vías públicas entregadas para la explotación de la industria del transporte como es el caso de Transmilenio.
La aplicación de la medida de pico y placa que se viene desarrollando desde hace varios años atrás no es la solución al problema y sobre todo, se debe tomar en cuenta que la misma carece de unos estudios ajustados a las necesidades de la población; la limitación que la ley impone al uso del automóvil no es revisada frente a la pérdida que tienen los propietarios de los vehículos ya que sus impuestos y seguros no tienen pico y placa y por consiguiente corren los 365 días del año y como es natural, cada año con sus respectivos ajustes.
Por otro lado, se debe señalar que las fórmulas que nos entregan los extranjeros expertos en movilidad urbana como: Nicholas Benbow quién además es director de la firma Systra Ltda de e Londres, indica que lo único que originarían son más gastos. Por ejemplo, el caso de la contaminación ambiental en donde no toda la responsabilidad es de los automotores sino del combustible de pésima calidad y un costo muy alto con el que nos vemos obligados a operar.
El Estado debe ser responsable frente al tema y debe organizar la Planificación Territorial y la Movilidad; frente al ingreso desmedido de vehículos nuevos debe existir una planeación dentro de la importación de los automotores, de igual forma se debe crear una ley de chatarrización responsable aplicada a lo que dispone el Estatuto del Transporte y lo que es natural un mantenimiento permanente de las vías para mejorar la movilidad. Estas últimas fórmulas que no son dictadas por un reconocido estudioso y que tampoco le generan gastos de contratación, prestación de servicios o gastos de representación son el sentir de un pueblo; me anticipo con toda claridad no serán tomadas en cuenta porque esto le significa reducción de ingresos al país y por ende inversión, lo que en los últimos años muy difícil ha sido de percibirlo en beneficio de la ciudad.
@galodejesus
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