Nadadora soachuna se lució en tierras venezolanas

Un desbordante patriotismo, así como la pasión y el talento por la natación, es el que expone Lilian Sofía Molano Marín, una pequeña niña de tan sólo ocho años de edad, que en su corta carrera deportiva ya ha participado en competencias nacionales e internacionales.


A primera vista ‘Sofy’, como la llaman cariñosamente quienes la conocen, parece una niña del común que asiste al colegio para sacar sus estudios adelante. Sin embargo, cuentan sus padres que una vez estando de paseo por la Costa Atlántica, la niña, que en ese tiempo tenía un año de edad, comenzó a ‘meterse en cuanto charco encontraba’, mostrando un gusto innegable por el agua, por lo que el paso a seguir fue su vinculación a una escuela de natación, donde Sofía empezó a demostrar que la apuesta por desarrollar su gran talento no iba a ser en vano.

De ahí en adelante y con un gran esfuerzo, sus padres han fomentado en la niña la práctica de este deporte, eso sí en base a grandes sacrificios económicos y de tiempo para desplazarse a lugares como Arbeláez, La Mesa, Girardot, Villavicencio e incluso a países como Venezuela, en ciudades como Santa Ana de Coro y Mérida, donde ya ha participado dos veces en torneos a los que ha sido invitada gracias a su gran capacidad atlética para nadar, lo cual le ha significado ser la ganadora de varias medallas y trofeos de oro y plata, venciendo a niñas que cuentan con mejores condiciones y facilidades para entrenar.

“La natación es muy chévere, mi sueño es ser una nadadora profesional y poder estar en los juegos olímpicos para ganarme una medalla de oro. De todas formas acá en Soacha no hay piscinas para que yo pueda entrenar, sí hubiera me quedaría más fácil, pero tengo que ir hasta la 68 a donde mi papá, mi mamá o mi hermana siempre me llevan”, dijo Sofía.

Precisamente, el sitio donde ‘Sofy’ entrena juiciosamente es el club Compensar, ubicado en la Avenida 68 en Bogotá, ya que la falta de complejos acuáticos o al menos de una piscina en el municipio obliga a que los padres junto a la niña tengan que desplazarse hasta este lugar, a pesar de haber solicitado algún tipo de ayuda, patrocinio o estímulo al IMDRS para que ella no tenga que acudir sola en representación de Soacha a las competencias que la invitan y en donde por este motivo ha sido acogida por delegaciones como las de Arbeláez o La Mesa por intermedio del Club de natación Swordfish.

“Pareciera que al gobierno se le olvida que el deporte es el arma número uno para combatir la indigencia y la delincuencia. En Soacha hemos sentido el abandono de la administración municipal porque no hay un lugar donde ir a entrenar, nosotros estuvimos hablando con el director del Instituto de Deportes y nos dijo que nos contactáramos con el club Wahoo, pero el grupo tampoco tiene piscinas donde entrenar, ya que ellos deben movilizarse hasta Bosa o San Mateo donde hay un conjunto con una piscina, pero el apoyo que se les presta no lo veo como muy grande porque hay que pagar una mensualidad y movilizar los niños hasta allá”, manifestó Luz Stella Marín, mamá de Sofía.

Una de las propuestas que hace la señora Luz Stella es la generación de convenios con clubes o administradores de complejos acuáticos para promover este deporte entre los soachunos, descubriendo todo el potencial que niños, niñas y jóvenes del municipio tienen, pero que muchas veces por la falta de recursos y apoyo no lo logran visibilizar. De igual modo asegura que sería beneficiosa también la disposición de alguna ruta de transporte que movilice a los futuros prospectos del deporte municipal cuando tiene dificultades para acercarse a sus lugares de entrenamiento.

“El club de Rafael Vidal de Mérida en Venezuela, es una delegación tan bonita que apoya tanto el deporte que van y reciben en la frontera a la delegación colombiana, le ponen el transporte desde la frontera para que se movilice hasta donde necesite ir y son tan atentos que siempre hay una persona encargada y al tanto de la delegación, esto me pareció un gesto realmente hermoso y el cual Soacha debería tomar como ejemplo. Nosotros como Padres hemos hecho bastantes maromas para poder conseguir los recursos y llevar a “Sofy” a competir, pero también hay muchos papás y mamás que no pueden disponer del tiempo ni el dinero para apoyar sus hijos y entonces deben escoger entre la comida y el deporte”, replicó la señora Luz Stella.

Así mismo, la mamá de Sofía no ocultó su orgullo como madre al saber que su hija está pasando de ser una promesa a convertirse en una realidad de un deporte tan exigente pero tan agraciado como lo es la natación y al que califica de “infortunadamente elitista”, debido a la escasa oportunidad que tienen las personas de los estratos bajos para practicarlo, haciendo la salvedad que esta familia vive en Olivos III, el cual se caracteriza por ser un barrio humilde, pero a pesar de ello, la satisfacción es inmensa por los logros que la niña ha conseguido en tan corto tiempo de empezar a participar en competencias oficiales.

“El orgullo para nosotros es supremamente espectacular, uno de mamá no cabe en la dicha cuando ella compite porque es el corazón de uno puesto ahí queriendo empujarla para que siga compitiendo, claro está que a medida que va creciendo va adquiriendo una mejor disciplina y también gracias al colegio Nuestra Señora de las Misericordias, el cual le ha dado los permisos y no le pone ningún problema para que pueda competir”, agregó la señora Luz Stella, agradeciendo a sus profesoras y compañeros, quienes están muy pendientes de la evolución deportiva de Sofía.

Finalmente, invitó a todos los padres de familia para que no claudiquen en la misión de apoyar a sus hijos cuando ellos tengan un talento o una vocación para desempeñarse en algún deporte, arte o profesión que sea de su agrado, otorgándoles las herramientas que se tengan a la mano y buscando las que se encuentren más distantes, todo con el propósito de ver la alegría con la que ellos desarrollan su potencial.

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