Ni niño ni niña

Cuando alguien anuncia que tuvo un nuevo bebé, lo primero que se le pregunta es si el nuevo integrante es una niña o un niño. Esta familia ha decidido no contarlo para evitar ciertos estereotipos.


Storm (Tormenta) es el nuevo bebé de una familia canadiense, formada por Kathy Witterick y David Stocker y los niños Jazz (5) y Kio (2). Cuando nació, hace cuatro meses, sus padres contaron a amigos y familiares los detalles del nacimiento, pero dejaron premeditamente fuera del mensaje la cuestión del género.

Sólo los padres, hermanos, un amigo íntimo y las dos parteras que ayudaron a traerlo al mundo conocen el secreto del bebé. ¡Ni siquiera se lo han contado a los abuelos. Kathy y David se defienden: dicen que los niños reciben mensajes de la sociedad que les animan a comportarse y definirse de cierta manera, en particular con respecto a su sexo. “Hemos decidido no compartir el sexo de Storm por ahora, es nuestra manera de preservar la libertad de elección en lugar de limitarla, una apuesta por lo que el mundo podría llegar a ser algún día» afirman los progenitores.

Desde luego, una decisión como ésta nos enfrenta a la gran cantidad de estereotipos que asumimos y ponemos en práctica con respecto al sexo de los niños: les ponemos ropa de cierto color y forma, les regalamos ciertos juguetes… Y, queriéndolo o no, censuramos todo el tiempo los comportamientos que no se suponen “propios” de su sexo. ¿Para qué, realmente, hemos de perpetuar la cuestión del rosa y el azul?

Quieren dejar que Storm decida por sí mismo/a lo que desea ser. No hicieron lo mismo con los dos niños anteriores del matrimonio, aunque sí les han dejado crecer sin imposiciones y animándolos a tomar decisiones propias: Jazz y Kio pueden elegir su ropa en cualquier sección de la tienda, o dejarse crecer el pelo. Jazz, el mayor, es fan del color rosa y lleva su largo pelo recogido con coletas. Sin embargo, no quiere que le llamen “chica”.

Las personas más cercanas de la familia cuestionan esta decisión, opinan que puede producir confusiones en los niños, y también son conscientes de que el mundo no trata muy bien a los “diferentes”.

El pequeño Jazz tiene un cuaderno en el que escribe cosas como ésta: “Ayuda a las niñas a hacer cosas de niños. Ayuda a los niños a hacer cosas de niñas. ¡Deja a tus hijos ser lo que quieran!” Desde luego, da que pensar.

Fuente: yahoo.es

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