Nuestra Banda Municipal
Como ya lo he dicho en diferentes ocasiones, nuestro Municipio fue fiel exponente del criollismo lírico que se movía en el ambiente bohemio soachuno y que, a través de sus máximos exponentes, lo daban a conocer con el acervo sonoro de la música criolla que insinuaba los versos de nuestros viejos poetas nacionales.
Nació, entonces, la idea de la creación de una Banda de músicos, que alguien propuso en el Concejo, por allá por los años cuarentas, y que contó con el apoyo no solo de la entidad edilicia, sino también de la ciudadanía en general que impulsó esta gestión. Se compraron, entonces, los instrumentos y se dieron los primeros pasos, llamando a los jóvenes de la época que quisieran vincularse a ella y contaran con especial disposición musical.
Se iniciaron las clases y creció el entusiasmo entre la muchachada, que quería igualar a los músicos de instrumentos de cuerda, ¡oh sorpresa!. Los instrumentos, que se guardaban en sitio especial designado al efecto por el Alcalde Octaviano Rodríguez, como por arte de magia desaparecieron, sin que quedara el mínimo rastro de los “artistas” que causaron esta tan singular y grotesca desaparición.
Naturalmente, hasta aquí llegó la historia de la primera Banda, de la que únicamente quedó el recuerdo del Alcalde de tal época, recuerdo que se repetía permanentemente entre los jugadores de parqués, cuando los dados indicaban ocho puntos, pues automáticamente los participantes decían en voz alta: Octaviano Rodríguez o, simplemente, Octaviano. No sé, si como recuerdo de la Banda que tanta expectativa despertó o, como señalamiento del funcionario en cuyo mandato ocurrió tamaño “Bandicidio”.
Pasaron los años y el 8 de junio de 1991, el Concejo Municipal, mediante Acuerdo número 12, creó la segunda Banda de Soacha que inició labores en enero del año siguiente, con 25 jóvenes estudiantes, en su mayoría, y debutó el 1 de agosto de 1992, en acto especial en el Club Deportivo Tequendama, cedido al efecto por su Presidente Gonzalo Monroy (q.e.p.d.). Su director es o era empleado de la Alcaldía y la Banda adscrita a la Secretaría de Educación, Casa de la Cultura.
Inicialmente contó con 47 músicos y 8 en formación, con un promedio de 20 años. La menor era Andrea Gelves con 13 años y el mayor con 27, Manuel Gelves. Aquella se desempeñaba en la percusión y el segundo primer trompeta. Los ensayos se efectuaban en el Club Deportivo Tequendama, que así colaboró con el desarrollo de la Banda, que logró un alto nivel artístico y el reconocimiento regional, departamental y nacional, pues ha sido considerada como la mejor de Cundinamarca y una de las mejores del país, en su categoría, y obtuvo el 1 de octubre de 2000, el primer puesto en la categoría especial en el XXVI concurso nacional de Bandas de Paipa.
La he escuchado en varias oportunidades y debo decir, con especial orgullo, que es una extraordinaria Banda que hace honor a mi tierra y a quienes han tenido que ver con su gestión y desarrollo, y digna de mostrar en cualquier sitio del país o del exterior, labor esta última que aparecía como proyecto de su Director, para el viejo Continente, como lo escuché de sus labios en su oportunidad.
Pero aquí no termina todo. Debo, complacido, señalar que los logros obtenidos han sido muchos y que en el Retiro, Antioquia, concurrió para concursar en el año 2000 y fue primera en dos oportunidades. Veamos a continuación, algunos de sus logros:
-Sep. 1993. Segundo puesto categoría “C” en el XVIII Festival Departamental de Villeta.
-Mayo/94. Primer puesto en el Primer encuentro Zonal de Facatativá. -Sep. /94. Primer puesto categoría “B” en el XIX Festival Departamental de Villeta.
-Oct./94. Tercer puesto Categoría única en Anapoima y 1º en simpatía.
-Sep./ 95. Tercer puesto categoría “B” en el XX Festival Departamental de Villeta.
-Ago./96. Primer puesto categoría Juvenil Departamental de Villeta y premio a la mejor interpretación del Bambuco El Republicano de Luis A. Calvo.
-Ago./97. Primer Puesto categoría Juvenil en el XXII Festival de Villeta. -Nov. /97 Premio a la mejor interpretación del pasillo La Gata Golosa de Fulgencio García, en Chía.
-Mayo /98 . Premio a la mejor Banda en el 7º encuentro nacional en El Retiro y mención al mejor Director.
-Jun / 98. Premio a la mejor Banda en el VII Concurso nacional de música inédita de Bandas Municipales en San Pedro (Valle).
-Ago./98. Primer puesto categoría mayores en el XXIII Festival Departamental de Villeta.
-Sep./98, Segundo, Puesto categoría mayores en el XXIV concurso nacional de Paipa.
-Nov./98. Primer puesto categoría mayores en el V concurso Pedro Ignacio Perilla de Anapoima.
-Ago./98 Invitada a participar en el Seminario Taller de Dirección de Banda y Ensamble Yamaha con el Maestro Mitsuo Nomani.
-May./99, Mejor puntaje entre 50 Bandas de los Zonales Clasificatorios del XXIV Festival de Bandas.
-Jun./99. La mejor Banda en el Concurso Nacional de San Pedro (Valle).
-Ago./99 Primer puesto Categoría “B” Festival Departamental de Villeta, mejor interpretación del Vals María Teresa de Bonifacio Bautista.
-Abr./2000. Mejor Banda en el Encuentro Regional de Chocontá. -Jun/2000. Mejor puntaje entre 54 Bandas en el clasificatorio del Festival Departamental.
-Jul./2000. Segundo puesto. Tema inédito en San Pedro (Valle). Oct. 2000. Primero puesto en el concurso nacional de Paipa.
Y me quedaría para rato haciendo mención a los éxitos de la Banda de Soacha que viene dirigida desde su creación por el Maestro Guillermo Escobedo Rodríguez, nacido en Manizales, quien ha realizado todos sus estudios en Bogotá. Bachiller del Instituto San Bernardo de La Salle. Administrador de empresas del Externado. Discípulo de su padre, el Maestro Jesús Escobedo y del profesor Arcadio Rodríguez de la Filarmónica de Bogotá. Además, diplomado en Dirección de Bandas de la Universidad de Nariño y Monitor de dirección del Programa Nacional de Bandas del Ministerio de Cultura y con estudios de dirección con los Maestros Eduardo Carrizosa, Néstor Calderón, Germán Gutiérrez, Mitsua Nomani, Gerald Brown y Fernando León, entre otros.
De otra parte, ha conseguido apoyo y respaldo permanente para su causa y una escuela de formación musical que le permite proyectar su labor, rescatar y resaltar los jóvenes talentos musicales del Municipio.
En tales condiciones las autoridades de Soacha no deben dejar pasar desapercibidas las manifestaciones de cultura, pues ellas son el patrimonio de sus gentes. Tampoco, olvidar a quienes han contribuido al desarrollo de la Banda, aportando instrumentos, como ocurrió con la Lotería de Cundinamarca cuando los regaló a través del actual alcalde, quien en esa ocasión cumplía el cargo de Gerente de esa Institución Departamental y, que, como cosa rara, también se perdieron del mismo sitio donde los guardaba el Alcalde Octaviano Rodríguez y nunca se ha sabido de los responsables, aunque la administración de la época, compró de inmediato los instrumentos perdidos en este nuevo y repetido “Bandicidio”. No se puede olvidar la aspiración de su Director de viajar con su Banda al extranjero, pues en el año 2002 se perdió la oportunidad de llevarla a España, a donde fue invitada por conducto de la Comunidad de Valencia, a insinuación del Director de la de El Jardín (Antioquia) quien la recomendó desde el año anterior, cuando él fue invitado con la suya. Se perdió así la ocasión de concursar con las mejores Bandas Valencianas y las de cinco países de Europa. Lo irresponsable fue que inicialmente se aceptó la invitación y a escasos días del viaje se dijo que no, por carecer de dinero para ello. De esta historia sabe mucho María de Los Ángeles Rojas, por aquella época directora de una flamante oficina de la administración municipal, que pomposamente se llamaba Oficina de Cultura y Turismo. Dios bendiga a doña María, porque fue hasta capaz de ser directora de la Casa de la Cultura.
Por ahora, lo cierto es que hay Banda de música para rato y satisfacciones por ello, mientras se maneje como lo ha hecho el Maestro Escobedo.
joseignaciogalarza@yahoo.es
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