Partituras para el alma

En cada rincón de la ciudad de Bogotá es inevitable encontrarse con los diferentes sentimientos que adornan a la humanidad. Considero que el hombre debería tener la capacidad de llevar en su interior acumulado, en un porcentaje de 50 / 50, sentimientos que vayan entre el amor y el odio. Pero últimamente en la capital de Colombia, se perciben y se sienten energías que nos llevan por los caminos del odio, abandonando las bondades de los buenos y bonitos sentimientos del amor


El fin de semana pasado hice presencia en un evento político, allí confluyeron varios amigos y compañeros con los que compartimos nuestro trabajo y esfuerzo por la Política del Amor que propone la Bogotá Humana de Gustavo Petro; pero claro también hicieron presencia los camaleónicos personajillos que se cambian de camiseta política, tan o más fácil que cambiarse de calzoncillos.

Y tengo que hacer referencia a estos camaleónicos personajillos, pues siendo los más comprometidos con la administración de Samuel Moreno y que fueron nombrados como subdirectores o gerentes de dependencias que, para una administración responsable son vitales para la transformación social, ahora quieren posar de defensores de un proyecto que bien lejos está de ellos; por sus cercanías políticas, por sus militancias, por su voraz apetito burocrático en algunos casos heredado, y por sus odios.

Es lamentable que estas personas estén ahora en la esquina del Alcalde Gustavo Petro, infiero que no están allí para nada más que camuflarse, pues los procesos de investigación les llegarán y pretenderán que el grupo de ciudadanos que respaldamos a la Bogotá Humana salgamos salpicados por sus vilezas.

Pero lo peor no es que estén allí, aunque es deleznable, lo que realmente me asombra es que vayan a expandir su odio hacia los que proclamamos la Política del Amor y cada día nos atrevemos a asumir con tranquilidad la defensa de un proyecto que estamos convencidos es el mejor para el desarrollo social de Bogotá.
De igual forma en la Universidad Distrital (y ahora que lo escribo son cercanos los que practican el odio como terapia persuasiva en la universidad a los camaleónicos anteriormente mencionados pues pertenecen a los mismos grupos políticos) pretendimos participar en las elecciones para elegir egresados y gran sorpresa la que nos llevamos, pues nos hackearon la página web, intentaron robarse varios correos del equipo de personas que estábamos trabajando en esta campaña, además de denuncias falaces y temerarias fueron las herramientas para obligarnos a dar un paso al costado, y lastimosamente lo lograron, y este jueves 15 de agosto se llevarán a cabo las elecciones para elegir representante de egresados ante el Consejo Superior, con una lista que se vio obligada a renunciar, pero que interpuso una denuncia ante la Secretaria General por la carencia de garantías, dependencia que no tuvo la decencia de contestar la misiva y por el contrario cambiaron las reglas de juego para garantizar una elecciones que favorecerá a las mafias, a la corrupción y a la miseria que reina en esta universidad, universidad que nos duele tanto.

Los odios están ahora en todas las esquinas, pero sabemos que garantizando un mínimo vital, permitiendo una rebaja en el pasaje del transporte masivo, permitiendo que todos los niños y niñas tengan una formación equitativa con alegría y arte; a pesar de la trampa y los malos amigos, como cantan las Almas, esta ciudad podrá dar el gran paso hacia la transformación social. Y estoy seguro que a pesar de tener en la administración aún tanto camaleónico politiquero, que hasta de asesores fungen, Bogotá Humana le dejará el más grande y el mejor legado a la sociedad, la Política del Amor.

La Política del Amor, que no es otra cosa que pensar y hacer trabajo social en beneficio de toda la comunidad, impidiendo que los dineros públicos se desvíen a las arcas de los corruptos, y garantizando que todo lo que se hace sea buscando el beneficio general.

Siga a Periodismo Público en Google News. Suscríbase a nuestro canal de Whatsapp