Pico y placa en Soacha

Con mucha preocupación he podido recibir la noticia por intermedio de los medios de comunicación locales y las redes sociales que se está promocionado la idea de establecer una medida de restricción vehicular al interior del municipio, que en nuestro medio lo conocemos como el pico y placa. Con toda serenidad puedo afirmar que es la idea más nefasta, catastrófica, incoherente y sin ningún tipo de fundamento que pude haber escuchado en los últimos 20 años y que por consiguiente atropella los derechos de la comunidad.


La elección de nuestros gobernantes dentro de una democracia latente y participativa conlleva a que los mismos en su calidad y condición de nuestros representantes busquen las posibles alternativas de mejorar la calidad de vida de sus habitantes; esta medida como tal que en su fondo y forma no deja de ser inconstitucional, ya que no permite el libre desarrollo y locomoción de las personas expresado en los derechos fundamentales de la Constitución Política de la República. Es más, esta medida nunca se ha convertido en una solución definitiva a los problemas de movilidad en las ciudades que se ha implementado. No me parece justo desde ningún punto de vista que quienes por medio de una investidura que les entregó el constituyente primario que, este caso es el pueblo de Soacha, sean quienes quieran sin ningún tipo de justificación afectar los claros intereses económicos y sociales de sus conciudadanos en un capítulo que realmente es ajeno a la aplicación de una medida en este sentido.

Las principales ciudades del país, incluida la capital de la república, se construyeron sin ningún tipo de estructura, diseño y planificación en la construcción de una ciudad moderna, y sus gobernantes se han visto obligados a buscar alternativas de forma que no serán jamás las soluciones a la magnitud de la problemática. El Estado es el responsable directo ya que sus leyes, decretos y resoluciones emanadas por el Congreso de la República y el Ministerio de Transporte no han implementado políticas públicas diseñadas para solucionar los problemas frente al desmedido ingreso de la importación de vehículos que generan impuestos y una desintegración física de los rodantes, que en una gran mayoría ya han superado los 50 años de vida útil.

Con mucho dolor puedo afirmar que otras son las soluciones para poder mejorar la movilidad interna del municipio, entre otras: arreglar las avenidas, calles y carreras en mal estado, ejecutar de inmediato un programa de señalización acorde a lo que dispone la ley 769 de 2002, implementar un plan de semaforización en las principales calles de las comunas y centro de la ciudad; buscar la forma de construir con el respaldo del sector privado, la cantidad necesaria de parqueaderos con la finalidad de agilizar, sin ningún tipo de obstáculos, la movilidad; entregar las directrices a la Policía de Tránsito para que cumpla sus funciones de mantener y agilizar un tránsito ordenado y oportuno, educar a los conductores especialmente del transporte público para que sus unidades no sean las que obstaculicen el tráfico, no permitir el funcionamiento de talleres clandestinos frente a las casas en su calles y avenidas, terminar por completo con los calibradores de ruta y hacer un control riguroso frente a la guerra del centavo, construcción de terminales satélites con todos sus servicios básicos en los barrios y comunas; definitivamente hay mucho por hacer antes de pensar en una restricción que se convertiría en una medida antipopular que afecta directamente los intereses, en algunos casos de los menos favorecidos.

Este tipo de decisiones de ninguna manera pueden ser tomadas por los actores políticos del municipio, menos aún por los concejales que son la representación popular, ya que varios de ellos en la mayoría de los casos no son ni siquiera políticos y no pueden convertirse en celebridades con este tipo de medidas y proyectos que no benefician a sus sectores; este tipo de medidas deben tener una serie de estudios técnicos y profesionales con empresas responsables que tengan una vasta experiencia y conocimiento sobre el tema; con toda seguridad puedo afirmar que la Secretaría de Movilidad de la ciudad no tiene el número exacto de vehículos que prestan el servicio público de pasajeros en el corredor Soacha- Bogotá, dentro del convenio interadministrativo, y por consiguiente el número de unidades al interior de cada una de las empresas; en este orden de ideas debo asegurar que no se sabe el número ni la cantidad de los vehículos particulares que realmente son de nuestros amigos, vecinos y familiares dentro del municipio, a lo que se suma que no se sabe con exactitud la cantidad real de rodantes en las horas pico y las horas valle.

Es importante señalar que la Autopista Sur es un corredor vial de la nación en donde la autoridad de Soacha no tiene ningún tipo de competencia ni jurisdicción; las viejas calles llenas de huecos y a veces polvorientas sin ningún tipo de señalización, son más que solitarias como son las zonas de Ciudad Latina, Compartir, León XIII, La Despensa, Ciudadela Sucre , Ciudad Verde, entre otros barrios, en donde tener un auto con más de 30 años de uso es un privilegio.

Finalmente es importar señalar que los actores políticos y Honorables Concejales que quieran dejar huella y trabajar por la ciudad, existen muchos proyectos en el abandono como son: el establecimiento de unas políticas públicas para mejorar la atención de los servicios públicos, establecer unas políticas públicas de circulación, un seguimiento real y eficaz a las empresas de transporte público de pasajeros y del corredor en convenio y transporte urbano; el problema permanente con los bicitaxis a motor, un seguimiento a la pésima prestación del servicio del sistema masivo transmilenio, un seguimiento a la corrupción de la policía de tránsito y su serie de operativos, y finalmente, por qué no decir que sean los embajadores y verdaderos líderes en la búsqueda de soluciones para la ciudad con la Gobernación de Cundinamarca y la nación.

La difícil situación por la que atraviesa la nación se debe a las maniobras politiqueras de los gobernantes de turno que no buscan el beneficio general sino el particular; si queremos un verdadero progreso de Soacha es la hora y el momento con voz propia y sentido de pertenencia, de luchar por nuestros intereses para que de alguna manera se cumpla el objetivo de la Administración, de decir con orgullo que en Soacha “Juntos estamos formando ciudad”.

@galodejesus

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