Piden renuncia del rector de la Universidad de Cundinamarca
Con una “Twitteratón” denominada #RenuncieAdriano, se pidió la renuncia del rector Adriano Muñoz. Los estudiantes temen la privatización y la restricción del derecho a la protesta.
Los estudiantes fundamentan la exigencia en aspectos que, consideran, vulneran de manera importante el derecho a la educación mediante cambios sustanciales impulsados por Muñoz (los cuales no consulta la opinión del estudiantado), con propósitos y justificaciones que no convencen al alumnado.
Consideran lesivas las reformas al Estatuto Estudiantil de la Universidad de Cundinamarca (una especie de manual de convivencia para los estudiantes), cuyos cambios vienen siendo asumidos unilateralmente por la rectoría, es decir, sin contar con la opinión u observaciones del alumnado, aspecto que resulta antidemocrático, según advierten.
Según ellos se “cambia, entre muchas cosas, la modalidad de trabajos de grado, al igual que restringe la organización y el derecho a la protesta por parte del estudiantado”.
Para ellos el “Estatuto (…) no se ha construido verdaderamente con los estudiantes, puesto que el resultado de los supuestos ‘encuentros dialógicos’ de la administración son virtuales, desconociendo además las realidades campesinas y vulnerables del estudiantado”.
Consideran que los proyectos de la rectoría apuntan más a un proceso de privatización: “Pública la recibimos, pública la entregamos”, reza una de frases con la cual llaman la atención de las autoridades académicas, tanto del departamento como de la nación.
Otro de los puntos tiene que ver con la pretendida implementación del MEDIT, o Modelo Educativo Digital Transmoderno, mediante el cual pretende imponer “la virtualización de la única universidad pública” en Cundinamarca.
Sobre este punto, incluso, se refieren con cierta clase de sarcasmo e importante carga de humor: “quiere (Muñoz) que hagamos prácticas de natación sobre la cama”, dicen los estudiantes de educación física al explicar que no pueden utilizar las piscinas.
Hacen referencia a que les limitan el acceso a los escenarios de Cercún y otros dentro de la misma sede principal en Fusagasugá (cancha de futbol).
Algo parecido ocurre con los agropecuarios, quienes no encuentran justificación con la propuesta que “unilateralmente” pretende imponer el Rector. Dicen que quieren obligarlos a cancelar los costos de desplazamientos a las granjas, y otros valores necesarios en el desarrollo de las prácticas absolutamente indispensables en su formación superior.
Además, observan con preocupación el hecho de que, intencional o no, la Universidad de Cundinamarca se encuentre a punto de perder la acreditación para importante número de carreras necesarias en el desarrollo de la sociedad y las entidades territoriales.
Temen que la rectoría y su entorno administrativo hayan desconocido los requerimientos del Ministerio de Educación, necesarios para la revalidación de carreras fundamentales como Educación Física. Esta en una cátedra casi que exclusiva de la Universidad de Cundinamarca, con la ventaja de que es de las únicas que cuentan con unas instalaciones de vital importancia como Cercún.
¿Qué va a suceder con esos escenarios una vez pierda su acreditación la carrera de Educación Física? ¿Será que, en esas condiciones, la privatizarán?
De fondo, el temor de los estudiantes, insisten, es que la rectoría, como viene procediendo, lo que busca es privatizar la Universidad de Cundinamarca. Ante esa circunstancia el alumnado pretende alcanzar canales de comunicación con la ministra de Educación, María Victoria Angulo, y, en especial, con el gobernador de Cundinamarca Nicolás García, con el propósito de hacerlos conocedores de los riesgos sobre los cuales camina la UdeC.
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