Se instalará un refugio humanitario para líderes sociales en Bogotá
Desde el próximo domingo 28 de abril y hasta el jueves 2 de mayo, miles de líderes y defensores de derechos humanos de todo el país estarán en la capital para visibilizar la enorme crisis de seguridad que atraviesan sus territorios. Exigen del Gobierno Nacional garantías para el desarrollo de su labor.
Miles de líderes y defensores de derechos humanos de todo el territorio nacional llegarán a la capital del país el próximo domingo 28 de abril para instalar un refugio humanitario por la vida. La iniciativa pretende ser un contundente llamado al gobierno para que se comprometa a garantizar la seguridad de quienes defienden causas sociales, particularmente en las zonas más afectadas por el conflicto armado.
Desde el Cauca, Nariño, Chocó, Catatumbo (Norte de Santander), Bajo Cauca (Antioquia), el sur de Bolívar y Arauca, entre otras regiones, los líderes y defensores vienen cargados de reclamos por la crisis que atraviesan sus territorios en materia de seguridad y dispuestos a instalarse por cuatro días en Bogotá para recibir respuesta de las autoridades. Sin embargo, concertarán también medidas de auto protección para hacerle frente al accionar de los armados una vez vuelvan a sus regiones.
Redepaz es una de las organizaciones que articula el refugio y en diálogo con Colombia 2020, su director, Luis Emil Sanabria, explicó cuál es el objetivo de la iniciativa, sus alcances y los reclamos que elevarán al Gobierno. Dijo que su principal apuesta es visibilizar la enorme crisis de seguridad que atraviesan los líderes sociales en los territorios más afectados por la violencia.
¿Qué va a pasar en Bogotá desde el próximo domingo 28 de abril y durante toda la próxima semana?
Vamos a recibir aproximadamente 3.000 líderes sociales de diferentes regiones del país que han recibido amenazas, que han sido estigmatizados o señalados. Líderes que no encuentran respaldo por parte del Estado ni garantías para el ejercicio de sus acciones sociales y políticas. Por eso, vamos a instalar en Bogotá un refugio humanitario temporal, que va del 28 de abril al 2 de mayo. Fundamentalmente se van a realizar tres actividades: primero, posicionar, sensibilizar y dar a conocer a la sociedad colombiana e internacional, la grave situación que atraviesan los líderes sociales no solamente en relación con los asesinatos y los desplazamientos, sino también con las judicializaciones, con la estigmatización.
También, a través de una audiencia pública en el Congreso, vamos a intentar conversar con el Gobierno para buscar en conjunto salidas a esta grave crisis humanitaria, garantías reales de participación social y política, y por supuesto todo lo concerniente a la protección de líderes. Y vamos a conversar también con la comunidad internacional – la Organización de las Naciones Unidas, su Misión de Verificación, las embajadas, las agencias de cooperación, las entidades internacionales que acompañan la paz y los derechos humanos en Colombia – para también incidir sobre mecanismos internacionales de protección y finalmente vamos a reunirnos para construir una ruta, unas acciones integrales y estratégicas para garantizar la auto protección y el cuidado de los líderes.
¿Esa audiencia pública ya está programada?
Esa audiencia va a ser el martes 30 de abril en la mañana en el Congreso de la República. Está siendo convocada por Congresistas – senadores y representantes – que están comprometidos con la paz y los DD.HH., como Iván Cepeda y Ángela María Robledo.
¿Por qué venir a Bogotá a instalar un refugio humanitario para líderes sociales?
Ante las amenazas, los asesinatos, los desplazamientos, las desapariciones, el secuestro, la extorsión, al no encontrar en los territorios garantías reales de parte del Estado en general, es decir, de los municipios, de las gobernaciones y del Gobierno Nacional, los líderes habían estado planteando a varias organizaciones la intención de desplazarse hasta Bogotá.
Esa iniciativa fundamentalmente surgió en la zona del suroccidente del país – Chocó, Cauca, Nariño – y zonas como el sur de Bolívar, el Catatumbo, Arauca y logramos construir esta propuesta del refugio humanitario, que también se trata de construir colectivamente entre todos los amenazados, entendiendo que el Estado colombiano ha sido incapaz de garantizar la vida y la estabilidad de las organizaciones y los líderes. Vamos a construir nuestra propia ruta de autocuidado y de auto protección que es realmente lo fundamental.
¿Qué esperan del Gobierno Nacional con esta iniciativa?
De parte del Gobierno esperamos que vaya a la audiencia, que esté dispuesto a construir con las organizaciones sociales y comunitarias una estrategia que recupere, por ejemplo, la Mesa Nacional de Garantías, que recupere los decretos, normas y leyes que se han expedido durante los últimos años fundamentalmente relacionados con el proceso de paz y que en coordinación con las organizaciones se puedan construir planes estratégicos para garantizar la vida de los líderes y para garantizar el accionar social y político de las organizaciones. Estamos en toda la disposición de construir, de aportar a la solución de esta difícil situación porque sabemos en carne propia que nada de lo que se ha experimentado hasta la fecha en los últimos gobiernos ha funcionado y creemos que es hora de construir colectivamente un pacto por la vida y las garantías de los líderes sociales en el país.
¿Uno de los llamados al gobierno es a implementar los mecanismos de protección que estipuló el Acuerdo de La Habana?
Sí, nos parece que es importante que el Gobierno avance en la implementación de los acuerdos, no solamente porque están asesinado líderes, sino también porque están asesinando excombatientes de las Farc. No hay suficientes garantías para la transición a la vida social y política de los excombatientes, así que este es un ejercicio que busca respaldar todos los esfuerzos de paz y que también hace un énfasis fundamental en los derechos humanos.
¿Cómo perciben la voluntad de este Gobierno para garantizar la seguridad de líderes y defensores, teniendo en cuenta, por ejemplo, el Plan de Acción Oportuna (PAO) que puso en marcha esta administración para esta materia?
Nosotros creemos que el Gobierno Nacional, los gobiernos departamentales y municipales no han hecho lo suficiente, no han demostrado un compromiso real y efectivo con los líderes para salvaguardar su vida y garantizar sus derechos. Saludamos esfuerzos como el PAO y nos parece importante, pero nos parece insuficiente. Creer que la solución es estrictamente militar es una equivocación del Gobierno, aquí también tiene que haber otro tipo de acciones en relación con la cultura de paz, la cultura de los DD. HH, con garantizar que las organizaciones sociales y comunitarias funcionen, tengan posibilidades de trabajo en sus territorios.
Tiene que ver también con acciones preventivas para que no ocurran estos lamentables hechos y no solamente con acciones reactivas, es decir, vemos con buenos ojos que la Fiscalía avance en las investigaciones sobre quienes cometieron los asesinatos, pero sería más importante que avanzara en la desactivación de los victimarios, de los ideólogos, quiénes están detrás de esta grave situación o quiénes están planeando los asesinatos en el territorio. Queremos saber quiénes están detrás, por ejemplo, del ejército anti-restitución de tierras, quiénes son las Águilas Negras y creemos que el Gobierno debe asumir el compromiso real de desmonte de esos aparatos de guerra que hemos evidenciado están al servicio de intereses políticos y económicos.
El 25 de abril es el gran Paro Nacional de distintos sectores sociales y el refugio humanitario de líderes sociales empieza unos días después, el 28 de abril. ¿Hay una relación entre ambas jornadas?
Se ha convocado este paro que nos parece importante. Entendemos que la construcción de la paz, desde la reconciliación, la profundización de la democracia, el legítimo derecho a la protesta social y política no se pueden ejercer sin las garantías de la vida, sin que las personas puedan expresarse pacíficamente. Así que guardan relación, pero son ejercicios que buscan objetivos diferentes.
¿Por qué acudir a la comunidad internacional, a las embajadas, las organizaciones de Naciones Unidas?
Colombia hace parte de la comunidad internacional, del sistema de Naciones Unidas, ha firmado tratados internacionales y está inmersa en un ejercicio internacional de respeto y reconocimiento a los derechos humanos. Al Estado colombiano se le han hecho exigencias para que cumpla esos acuerdos y esos compromisos, y el Estado colombiano no los ha cumplido, por eso creemos que es importante que la comunidad internacional siga rodeando a la sociedad colombiana, siga insistiendo y fortaleciendo el Estado colombiano en la lógica de la defensa y protección de los derechos humanos. La comunidad internacional también ha sido garante y acompañante del proceso de paz y de todo este esfuerzo por construir una sociedad reconciliada así que volvemos a recurrir a ellos para que hagan un ejercicio más contundente, para que eleven sus exigencias al Estado, por ejemplo, en el cumplimiento de los tratados firmados antes la OCDE para que efectivamente Colombia transite hacia el desarrollo integral y la paz.
¿Después de este refugio humanitario en Bogotá qué sigue en los territorios?
Esperamos construir una ruta que nos permita ir a los territorios a trabajar, construir con las comunidades ejercicios de auto cuidado y de auto protección, protectorados, refugios territoriales, todo lo que puede significar que nuestros líderes sientan que la misma sociedad los protege, que la comunidad los quiere y que vamos a garantizar su vida y el ejercicio de sus derechos sociales y políticos.
Ahí se está planteando por ejemplo la posibilidad de instalar refugios humanitarios estables, en el tiempo, en varias regiones del país que permitan que los líderes tengan un lugar en donde refugiarse ante las amenazas y ante los intentos de asesinato u otros ataques. Pero también tiene que ver con otro tema como las redes de autocuidado y fundamentalmente ponerle… darle un poquito más de respaldo a iniciativas como la guardia indígena, la guardia campesina, la guardia cimarrona, que vienen cumpliendo el papel que el Estado no ha querido hacer o no ha podido hacer.
Fuente: Colombia 2020
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