¿Qué pasará con el Gimnasio Campestre Los Laureles, colegio en el que estudiaba Valeria Afanador?
El gobernador de Cundinamarca, Jorge Emilio Rey, se refirió nuevamente al caso de Valeria Afanador y advirtió que ya se tomaron medidas frente al colegio donde estudiaba la menor, mientras avanzan las investigaciones para esclarecer lo ocurrido.
Valeria Afanador fue vista por última vez el martes 12 de agosto hacia las 10:00 de la mañana, cuando se acercó a una mata ubicada en el límite del colegio Gimnasio Campestre Los Laureles, en Cajicá. Pasaron casi tres horas hasta que la institución informó a los padres y a las autoridades sobre su ausencia, un retraso que puso en entredicho la reacción del plantel frente a una emergencia de este tipo.
El viernes 29 de agosto, tras 18 días de búsqueda, un campesino que transitaba por un puente en la vereda Fagua descubrió el cuerpo de la niña en el río Frío, a pocos metros del colegio. El hallazgo causó desconcierto, pues la zona ya había sido revisada varias veces por los equipos de rescate.
“Más de 20 veces pasamos por este sitio. El último día fue el miércoles con un equipo interdisciplinario, también con el acompañamiento de drones. Todo lo humanamente posible, no se escatimó”, aseguró Álvaro Farfán, capitán de Bomberos de Cundinamarca.
El gobernador Jorge Emilio Rey confirmó el hallazgo, lo calificó como “un hecho tan doloroso, que hoy nos enluta” y señaló que resulta extraño que el cuerpo apareciera en un área ya inspeccionada.
“Se encontró el cuerpo de Valeria con su sudadera en una zona adyacente al colegio, aproximadamente a 300 metros de la institución hacia el sector de Fagua. Allí, muy cerca al río. Quienes participaron en la búsqueda aseguran que resulta improbable que el cuerpo hubiese estado allí desde entonces”, dijo el mandatario, quien también expresó su solidaridad con los padres y hermanos de la menor y lanzó una dura reflexión: “¿Qué puede pasar por la mente de alguien que arrebata abruptamente la vida a una menor indefensa? Extiendo mis condolencias. Estamos con ustedes”.
Tras este desenlace, la Gobernación de Cundinamarca activó un proceso administrativo contra el Gimnasio Campestre Los Laureles. El mandatario explicó que el propósito es verificar si el colegio cumplió con los protocolos de seguridad y si aplicó correctamente su plan de gestión del riesgo.
“Es un proceso que, de comprobarse ineficiencias o fallas en la aplicación del plan de gestión del riesgo de la institución educativa, las decisiones pueden llegar hasta decretar el cierre del establecimiento”, advirtió Rey. Al mismo tiempo aseguró que la Secretaría de Educación departamental hará vigilancia estricta sobre las medidas de seguridad y sobre la gestión del riesgo en la institución, mientras avanzan las investigaciones judiciales.
El gobernador recalcó que la suerte del plantel educativo dependerá en gran medida de los resultados de la investigación principal, la que lideran la Fiscalía y Medicina Legal. “Esperemos entonces qué sucede con esta investigación principal, y la suerte de la investigación principal determinará la suerte de esta investigación accesoria”, precisó.
El colegio, por su parte, emitió dos comunicados. En el primero describió lo sucedido como “el momento más doloroso” en su historia institucional y expresó solidaridad con la familia. En el segundo, aseguró que siempre ha contado con protocolos de seguridad y que desde el inicio de la desaparición puso toda la información requerida a disposición de los investigadores. “Corresponderá exclusivamente a las autoridades judiciales efectuar las investigaciones pertinentes. Como colegio, desde el principio hemos puesto a disposición de los investigadores toda la información necesaria y no descansaremos hasta que se conozca la verdad completa de este desgarrador episodio”, señaló la institución, que además decretó una semana de duelo y pidió prudencia a los medios para no revictimizar a su comunidad educativa.
En contraste, el abogado de la familia, Julián Quintana, ha reiterado que el colegio tiene responsabilidad en lo ocurrido. Según él, el hallazgo sin vida no descarta lo que denunció desde los primeros días: que hubo negligencia institucional y que una tercera persona pudo haber sustraído a Valeria del plantel o, al menos, inducido a salir para raptarla en las afueras.
La Fiscalía General de la Nación, por medio del CTI, realizó la inspección técnica y trasladó el cuerpo al Instituto Nacional de Medicina Legal, donde se adelanta la necropsia. La investigación fue asumida por la Unidad de Vida de Cundinamarca, bajo la hipótesis principal de homicidio. Mientras tanto, la Procuraduría pidió celeridad en las pesquisas y recordó que las instituciones educativas tienen un deber ineludible de protección, especialmente frente a estudiantes con algún tipo de discapacidad.
Con dos frentes abiertos, uno judicial y otro administrativo, el caso de Valeria Afanador mantiene en vilo a todo Cundinamarca. Por un lado, se busca esclarecer qué ocurrió y si hubo intervención de terceros; por el otro, se investiga si el colegio Gimnasio Campestre Los Laureles falló en sus protocolos de seguridad y en su plan de gestión del riesgo, lo que podría derivar en sanciones que pondrían en entredicho su continuidad.
Foto: Archivo Periodismo Público