SER CONFESIONAL
Colombia hoy en día es un país confesional, no porque la iglesia católica esté amarrada al gobierno, sino porque hoy Colombia ha depositado su confianza en un “mesías” y porque existe una crisis de confianza en sí misma, porque todos los problemas que podríamos resolver jun-tos se dejan en las manos de Dios que él proveerá, vuelvo y digo Dios y el pueblo son uno solo, luego su voz es una sola, y es y será un argumento que de “marketing electoral” que el presidente utilice, solo le falta el “milagrito”, cuál es el milagrito, que pase el referendo en la Corte Constitucional, y el presidente sabe cómo conseguir los milagritos.
Al escuchar y leer una y otra vez las palabras y sobre las palabras – acerca de la reelección – del presidente Uribe, que para recordar fueron: “dependerá (la reelección) de la Corte Constitucional, del pueblo y de Dios nuestro Señor”, me acordé de un viejo chiste que para esa época cuando lo escuché por primera vez utilizaba a tres argentinos, pero que dadas las circunstancias de la región o particularmente de los países de la Gran Colombia – Colombia, Ecuador, y Venezuela – este cuento podría contarse resumidamente así: Correa y Chávez estaban discutiendo en un encuentro de presidentes de la casi inexistente CAN sobre cual era verdadero enviado de Dios, para confirmar quien era este verdadero enviado de Dios, decidieron preguntarle al primer presidente que pasara por la “por el encuentro presidencial” quien de los dos era “el verdadero enviado de Dios”, El presidente que entró a dicha mesa de discusión no era nada más ni nadas menos que Uribe, cuando le preguntaron sobre el tema é dijo como corresponde “Hijitos yo no he enviado a nadie”
Gracioso o no el traer a colación esta versión de chiste, nos dice varias cosas, lo primero es que los personajes del cuento pueden rotarse, y es evidente porque lo digan o no hay una muy parecida coincidencia en recurrir a ese clamor de una persona casi todopoderosa por parte de los pueblos de sus respectivos países, una persona que gobierne “bien” y que casi se ha convertido en un ícono de reverencia sobre todo por aquellos que se han visto favorecidos por sus políticas. Estos presidentes de nuestra región poco a poco han utilizado ese esquema de redentor para “sacar” al pueblo de su peor situación, para convertirse en los salvadores de la patria. Y la situación no es menos diferente en los tres presidentes populismo revuelto con algo de la imagen del salvador.
Segundo y para entrar en el tema de Colombia particularmente, lo dicho por el Uribe no es más que la necesidad decir (lo que quiere en el futuro no lejano) sin “decirlo”, lo que si quiere aunque no quiera él decirlo, y aunque no dice ni sí ni no pero que en las urnas del referendo es conducente, “la voz del pueblo es la voz de dios” escrita por Hesiodo hace un amarre inteligentísimo de lo que realmente quiere, con una popularidad tan alta, con un aferraje tan grande como el que existe hoy a la fe en Dios y en su voluntad, (dado entre otras cosas a la situación de pobreza, miseria e ignorancia de la gruesa mayoría de los colombianos, pone a la sociedad colombiana en una situación particular: la de ser la voz de Dios, Dios y el pueblo son la misma cosa luego por lógica se entiende que ambos – que son uno mismo – lo reelijan, por eso no sería raro que con mayor frecuencia el presidente Uribe recurra a este tipo de frases para empujar lo que desea tanto pero que aun no ha manifestado en público: reelegirse, no hay duda de que su encrucijada del alma, no es si quiere o no seguir siendo presidente, la encrucijada es que para él es que el pueblo o Dios que son lo mismo, determinen en la votación del referendo si puede reelegirse o no.
La Corte Constitucional, la cual ha sido reducida en su dignidad durante este periodo de go-bierno (de ocho años), tiene en sus manos tomar una decisión tan trascendental como es la de admitir el referendo, sin embargo dado que los ministros de interior y ¿justicia? y alguno que otro asesor de palacio, que subsecuentemente han pasado, poco a poco han puesto sus opiniones como si fueran sentencias constitucionales por encima de la alta corte, en esta ocasión Fabio Valencia Cossio dirá como en otras ocasiones que el referendo está por encima de la ley y por lo tanto el presidente no tiene que esperar los tiempos electorales de ley para poder inscribir su nombre como candidato nuevamente a la presidencia de la república.
En resumen: es evidente que en Colombia y en este gobierno se violan todas las normas con tal de lograr un objetivo, la población estudiantil colombiana lo tiene muy claro: es legitimo saltarse la ley si lo que consigo me beneficia individualmente, es claro que el Uribe si desea ser presidente de nuevo y que va a recurrir a cualquier artilugio desde usar lo religioso hasta torcer la constitución, es evidente que la Corte Constitucional solo se encargará de dar “vo.bo.” como cuando alguien chulea una lista de actividades realizadas bien y de ahí no pasará, Álvaro Uribe Vélez quiere ser presidente de nuevo, y su “marketing” electoral va a recurrir mucho a Dios y al Pueblo, y a aquellas frases que gustan tanto a las señoras demediados del siglo 20 y otras personas, las frases y palabras sobre los peligros que puede encarnar el país si no es el él presidente (hecatombe, la analizada en este articulo y otras).
Colombia hoy en día es un país confesional, no porque la iglesia católica e
sté amarrada al gobierno, sino porque hoy Colombia ha depositado su confianza en un “mesías” y porque existe una crisis de confianza en sí misma, porque todos los problemas que podríamos resolver jun-tos se dejan en las manos de Dios que él proveerá, vuelvo y digo Dios y el pueblo son uno solo, luego su voz es una sola, y es y será un argumento que de “marketing electoral” que el presidente utilice, solo le falta el “milagrito”, cuál es el milagrito, que pase el referendo en la Corte Constitucional, y el presidente sabe cómo conseguir los milagritos.
Camilo Monsegny
Politólogo UN