Siete municipios estratégicos de Cundinamarca se conectaron a la red de gas natural

Más de 1.000 familias que durante años cocinaron con leña o pipetas de gas propano ahora cuentan con acceso a gas natural, gracias a un programa impulsado por la Gobernación de Cundinamarca. Esta iniciativa no solo mejora su calidad de vida, sino que también representa una buena noticia para quienes desean vivir en el campo con condiciones más sostenibles y limpias.

En miles de hogares rurales de Cundinamarca, el fogón de leña sigue siendo el centro de la cocina. No por tradición, sino por necesidad. Se estima que más de 50.000 familias aún dependen de este tipo de combustibles, altamente contaminantes e ineficientes.

El humo se cuela entre las paredes, impregna la ropa y se instala en los pulmones. Cada año, esta práctica genera alrededor de 205.000 toneladas de dióxido de carbono, además de representar un riesgo silencioso pero constante para la salud.

A esto se suman unas 193.000 familias que cocinan con pipetas de gas propano (GLP). Aunque es una opción más limpia, también es más costosa y menos estable. En contraste, quienes logran conectarse al gas natural por redes pueden reducir hasta en un 40 % su gasto mensual en energía, además de ganar en comodidad, seguridad y sostenibilidad.

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En zonas donde cargar leña o comprar pipetas cada quince días es parte de la rutina, la llegada del gas natural cambia mucho más que el fogón, cambia la vida. Y esta semana, algunos municipios de Cundinamarca dieron un nuevo paso hacia ese camino.

El gobierno departamental firmó tres convenios que permitirán llevar gas por redes a 1.200 nuevos usuarios en siete municipios: Fusagasugá, Silvania, Tena, San Antonio del Tequendama, Ricaurte, Cáqueza y Granada. Se trata de una fase más dentro del plan para conectar a 60.000 personas antes de terminar el cuatrienio.

La inversión asciende a más de $5.700 millones, y se ejecuta mediante un modelo de cofinanciación público-privada, en el que la Gobernación pone un peso por cada dos que invierten los operadores. Esta fórmula ha demostrado ser clave para avanzar con rapidez, especialmente en las zonas urbanas ya casi cubiertas, y comenzar a cerrar la brecha en las áreas intermedias.

“Estamos hablando de una mejora concreta para nuestras familias: menor riesgo en la cocción de alimentos, reducción de la deforestación y ahorros de hasta el 40 % en el servicio”, dijo el gobernador Jorge Emilio Rey, quien ha reiterado que la transición energética justa debe empezar por los territorios históricamente olvidados.

Desde que inició esta administración, 10.000 personas ya se han conectado al servicio. La meta para este 2025 es llegar a 17.000 usuarios más, lo que representaría casi el 50 % del objetivo trazado.

El desafío de fondo está en la ruralidad. En las veredas dispersas, donde los costos de infraestructura se disparan y las soluciones requieren más que voluntad política. Pero avanzar en la expansión del gas domiciliario no es solo una promesa de cobertura: es una estrategia para mejorar la calidad de vida, reducir emisiones y fortalecer las economías locales.

Porque en Cundinamarca, el derecho a cocinar sin humo todavía no está garantizado. Pero ya hay lugares donde el cambio comenzó.

Gas natural en Cundinamarca avanza

El programa «Apaga la leña, prende el fogón», liderado por la Secretaría de Energías y Minería Sostenible, tiene como objetivo conectar 16.000 hogares rurales al servicio de gas natural durante este cuatrienio. A la fecha, más de 2.000 familias de municipios como Pandi, Subachoque, Madrid, Tenjo, Cucunubá, Topaipí, Villagómez y El Peñón se han beneficiado de esta iniciativa, con una inversión superior a los 4.330 millones de pesos.

“Estamos llegando a familias que han cocinado toda su vida con leña o con pipetas de gas. Ahora pueden hacerlo con mayor seguridad, con menos esfuerzo físico y con un ahorro que realmente se siente en el bolsillo”, afirmó Sandra Fonseca, secretaria de Energías y Minería Sostenible.

La funcionaria también destacó los beneficios en salud y calidad de vida, explicando que el objetivo del programa es que “cada familia, por más apartada que esté, tenga acceso a un servicio digno, eficiente y sostenible”.

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En Cucunubá, hace cinco meses se firmó un convenio para llevar este servicio a 654 familias que vive en zonas rurales. Los resultados ya comienzan a ser visibles. Nubia Rincón, quien cocinó durante 20 años con leña, compartió su experiencia: “Ahorita ya se me complica porque bota mucho humo, eso es malo para la salud… desde febrero cocino con más tranquilidad. Eso ya cambió”.

La Gobernación tiene proyectado ampliar la cobertura a más de 5.000 hogares adicionales para 2025, con la meta de transformar el acceso a energía en las zonas rurales del departamento, mejorando la salud, reduciendo las emisiones y aliviando el gasto familiar de miles de personas.

Foto: Freepik

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