Sigue sin resolverse el crimen cometido en la gobernación de Cundinamarca
Las versiones encontradas que dio la persona que disparó contra el funcionario de la Secretaría de Hacienda de la gobernación de Cundinamarca tienen confundidas a las autoridades. El capturado dijo inicialmente que se había equivocado porque su objetivo era el exjefe ‘para’ alias el Águila, pero luego no aceptó los cargos y eso que fue detenido prácticamente en flagrancia.
Ante los confusos hechos, un grupo especial de peritos del CTI de la Fiscalía trabaja para recuperar la información contenida en el celular de Amaury García Berrocal, el sicario capturado por el crimen de Luis Carlos Castillo, funcionario del área de rentas de la Secretaría de Hacienda de la gobernación de Cundinamarca.
La Fiscalía señaló que el rastreo del equipo electrónico será clave para determinar los sitios por los que se movió el criminal tras su llegada a Bogotá, procedente de la costa Atlántica, e identificar a las personas con las que hablaba, incluyendo a un hombre en moto que lo esperaba en la parte posterior de la gobernación, que por tener menos seguridad habría sido elegida como ruta de escape.
Los investigadores también rastrean la serie y las ojivas del revólver calibre 38 con el que disparó en tres ocasiones contra el funcionario, para establecer si hay registro de que se haya usado en otros hechos de sicariato.
Horas antes de ser llevado ante un juez de Bogotá –le imputaron los delitos de homicidio agravado y porte ilegal de armas– el señalado jefe de sicarios del ‘clan Úsuga’ dio una declaración a la Fiscalía en la que aseguró que se había equivocado de víctima. Mencionó como blanco a un antiguo jefe paramilitar de Cundinamarca que tras pagar pena en Justicia y Paz está en mesas de trabajo con desmovilizados promovidas por la gobernación y quien efectivamente frecuentaba el sitio del crimen. También dio pistas de la ‘oficina de cobro’ que le pagó por el crimen.
Sin embargo, poco después sorprendió cuando se negó a aceptar ante el juez los cargos imputados, a pesar de que fue capturado prácticamente en flagrancia y de lo que había dicho a la Fiscalía. Como parte del proceso metodológico, el fiscal de la Unidad de Vida al que le correspondió el caso dio instrucciones para contactar al exparamilitar Luis Eduardo Cifuentes, alias el Águila, el hombre mencionado por el sicario.
Los investigadores examinan los videos de seguridad para hacer el seguimiento del hombre dentro de la gobernación, pues testigos señalaron que ya lo habían visto en el lugar el día anterior al crimen realizando labores de inteligencia.
El viernes en la noche el Juzgado 62 Penal Municipal de Bogotá acogió los argumentos sobre el riesgo de que el capturado quedara en libertad y ordenó que fuera a una celda en la cárcel La Modelo de Bogotá. García Berrocal ya había sido capturado por sus delitos para la banda de ‘los Úsuga’ en Urabá y Córdoba, pero un juez lo dejó en libertad.
Aunque la hipótesis de un atentado contra el ‘Águila’ es la primera opción, la Fiscalía tiene varios frentes por determinar. Primero, por qué después de admitir el crimen y su supuesto error, el asesino termina negando su responsabilidad ante el juez.
También hay dudas por el sitio escogido por los sicarios para perpetrar el asesinato. A pesar de las fallas en seguridad que permitieron el ingreso del arma, era altamente probable que quien disparara fuera capturado, como ocurrió, o abatido por las decenas de policías y escoltas que normalmente están en la sede de la gobernación.
Una pista que no ha sido desechada es la eventual relación del asesinato con las amenazas que recibió en las últimas semanas una alta funcionaria de la administración del departamento y que, según algunas fuentes, llevaron a su renuncia. Esa hipótesis apuntaría a que el crimen se cometió en las instalaciones como una suerte de mensaje de sectores que pretenderían intimidar a las autoridades de Cundinamarca.
Fuente: eltiempo.com
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