Soacha tiene artistas e historias para contar

Miguel Vallejo, el artista soachuno que es ejemplo de talento, disciplina y motivo de inspiración, se involucró en el mundo de los cómics desde los 15 años.

Miguel Vallejo es un joven historietista que ha despertado la curiosidad y el interés de los soachunos por el mundo de los cómics, un arte que se expresa de diversas formas y que puede venir de una persona sola o de grupos consolidados; en su caso, generalmente trabaja solo, y en ocasiones con ayuda de un guionista.

Empezó a dibujar desde muy niño, pero un día viendo la televisión, especialmente a Naruto y cuando tenía quince años, se dio cuenta de la relación que había entre el manga y el anime. Su mente cambió cuando descubrió que todo lo que pasaba en la pantalla, él también podía hacerlo. Bastaba papel y lápiz.

Desde entonces no ha parado, firma como gusanillo, inspirado en una frase de San Alfonso María de Ligorio, que dice que el ser humano es como un gusanillo de tierra, y eso le hace pensar también en un salmo que menciona que ya no es un hombre sino un gusano. Y le gustó mucho esa idea, porque habla del más pequeño, del menos relevante, del gusanillo de tierra.

Sus historietas lo han llevado a varias partes; ha participado en la Feria del Libro, fue invitado al 45 Salón Nacional de Artista, bajo la curaduría de arquitecturas narrativas, curado por Alejandro Martín, donde tuvo la oportunidad de exponer con varios artistas nacionales y extranjeros. Su talento en este arte lo llevó también a España, donde ganó un accésit con su libro Basuras, en el II premio de novela gráfica, narra tu ciudad, realizado por la Unión de las Ciudades Capitales Iberoamericanas de Madrid y la Editorial Sexto piso.

Vallejo cuenta que sus historias nacen de vivencias propias, de lo que ve en la calle, de lo que vivió en su casa, y del intentar entender cómo funciona el ser humano en diferentes circunstancias, de las cosas que mueven sus emociones y le hacen querer explorar el corazón humano.

Carátula del libro ‘Basuras’ de Miguel Vallejo

 Ha hecho varias autopublicaciones en Fanzine. Sacó también una antología de cómics con la revista Carajo hace algunos años, ha trabajado con Laguna libros en el recetario de sabores lejanos, dibujando una de las historias. De lo más reciente menciona Sueños Pictóricos, una antología autopublicada, y por supuesto, Basuras, un libro que cuenta la historia de Gerardo, un hombre que vive en las calles y que se ve envuelto en un plan para acabar con la vida de habitantes de calle, publicado en febrero de este año, bajo el sello de Cohete Cómics y que le ha llevado a ser reconocido entre los más grandes historietistas.

Le es difícil escoger una de sus obras porque menciona que cada una de ellas  le ha permitido explorar cosas distintas; sin embargo  si tuviera que escoger una, se quedaría con Pollito Karateca, un cómic que hizo en 2019, donde tuvo una conexión muy directa con la historia y disfrutó mucho haciéndola. Este cómic habla de un pollito que sufre problemas de maltrato en su casa y empieza a relacionarse con el mundo del kárate para enfrentarse a estas circunstancias. Vallejo cuenta que este cómic está tejido desde la ficción, pero también con memorias de su padre y cosas que él le contaba.

Al preguntarle si se puede vivir de este tipo de arte, Vallejo afirma que sí; el hecho de que hoy en día se tenga editoriales, festivales gigantes por todo el mundo y un montón de plataformas y, sobre todo, un montón de profesionales que se dedican a esto, da paso a la profesionalización. Hay que esforzarse muchísimo, se puede vivir de esto pero hay que darle durísimo, y esto requiere toda tu energía.

Colombia no tiene un mercado editorial lo suficientemente grande, no por falta de editoriales, sino por falta de lectores y las dificultades económicas que se tienen en el país, que también cuentan y hace que la venta de libros no sea tan rentable como en otros países. Pero es preciso encontrar diferentes formas y hoy en día con internet y plataformas como Patreon, uno puede acceder a otros modos de obtener dinero con su trabajo.

Como reflexión este artista habla de la importancia del apoyarse los unos a los otros y del despojarse de esas ganas de querer recibir el reconocimiento uno solo, es preciso dejar eso de lado y entender que este mundo no se construye solo, sino trabajando juntos.

 Para Vallejo, lo apasionante de este mundo de los cómics es que permiten generar cosas que no se podrían construir de otra forma, las cosas que se pueden hacer y las posibilidades que se tienen del comic son infinitas, y aunque ya se ha hecho bastante, todavía hay mucho por descubrir.

Aunque ya cuenta con una pequeña trayectoria y reconocimiento, este joven artista todavía tiene mucho que contar y aportar por medio de sus obras. Por ahora, si usted desea apoyarlo, puede hacerlo comprando su más reciente libro Basuras, aportando algo de dinero en un Vaki que está realizando, en el que está busca recolectar recursos para imprimir una serie de comics llamada Emok, en la que ha venido trabajando desde 2018.  También puede conocer más de este artista por medio de su  Instagram, donde  acaba de iniciar una serie de cómics  llamada Historias de Ocasas, y todas las semanas estará publicando un capitulo nuevo.

Por Sary Tovar

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