[OPINIÓN ] ¿Solución a las pensiones?
Por: Hernán Castellanos Ramírez
Después de la Ley 100 de 1993 no se ha vuelto a tocar el régimen pensional; en aquella época, estrenando la Constitución de 1991, fue relativamente fácil para el Gobierno incorporar a la legislación la reforma a los regímenes de salud y pensional, a través de la citada norma.
En diversas oportunidades se ha intentado modificar el régimen de pensiones, sin que haya sido posible llegar a acuerdos que determinen su posibilidad de cambio hasta ahora. Se le abona a la ministra el haber tenido la capacidad de consensuar la reforma hasta el punto de haber conseguido su aprobación en el Senado de la Republica.
Desde el punto de vista social, la reforma pensional concibe diversas alternativas para llevar posibilidades de beneficio a buena parte de la población adulta que hoy no cuenta con ingresos, bien por no haber cotizado nunca o por no tener el tiempo suficiente para acceder a la pensión, o por no tener el ahorro suficiente si pertenece al régimen de ahorro individual solidario (RAIS).
En Colombia solo el 25% de la población en edad de pensión recibe este beneficio y hay un millón setecientos mil colombianos que reciben el bono de Colombia Mayor, consistente en una ayuda mensual de ochenta mil pesos, lo cual deja alrededor de 3.5 millones de adultos sin ningún tipo de cobertura y completamente desprotegidos. A eso le debemos sumar que año a año aproximadamente el 1% de la población llega a la edad de pensión, para el 2024 pueden llegar a ser 524.000 colombianos más en cumplir dicho requisito, de los cuales, en el mejor de los casos, tan solo el 25% lograra pensionarse.
Lo anterior hace que con el paso de los años la cifra de adultos mayores se incremente sin que haya alternativas reales para lograr atenderlos. Es aquí donde la reforma pensional aprobada en el Senado genera alternativas, creando los pilares solidario y semicontributivo mediante los cuales se aspira a darle cobertura a los adultos que no alcancen a completar los requisitos para acceder a la pensión de vejez.
En el primer caso, el pilar solidario, busca llegar aproximadamente a dos millones quinientos mil adultos que hoy no reciben ningún tipo de beneficio; con una cifra de 230.000 pesos mes, recursos que saldrán del Fondo de Solidaridad Pensional y del Presupuesto General de la Nación; son personas que por diversas razones jamás aportaron al sistema en ninguno de sus dos regímenes.
El pilar semicontributivo estará dedicado a los colombianos que habiendo contribuido al sistema general de pensiones y llegando a la edad de 62 años para las mujeres y de 65 para los hombres no alcancen a completar los requisitos de tiempo para pensionarse, aquí se sumarán los aportes realizados por estas personas, más recursos del Presupuesto General de la Nación con el fin de otorgarles un Beneficio Económico Permanente.
El nuevo modelo considera que los dos regímenes existentes en el país, de acuerdo a lo establecido en la Ley 100 de 1993, a cambio de ser competencia, han de convertirse en complementarios y es así como dispone que todas las personas que coticen en el sistema pensional deberán hacerlo a Colpensiones hasta la cifra de 2.3 salarios mínimos legales vigentes, esto significa que la administradora de pensiones del Estado va pasar fácilmente de seis millones ochocientos mil afiliados a un aproximado de 24 millones de afiliados, de los cuales un 80%, poco más o menos, quedará de manera exclusiva en el régimen de prima media y el 20% restante cotizará en los dos regímenes, hasta 2.3 salarios mínimos mensuales legales vigentes y lo que devengue por encima de ese valor tendrá que abrir una cuenta en el régimen de ahorro individual con solidaridad en un fondo privado. Con esto se completan los pilares sobre los cuales se soporta la reforma con el pilar contributivo y el de ahorro individual.
Si bien la reforma cumple con un objetivo social al atender alrededor de 2.5 millones de adultos mayores que hoy no cuentan con ningún ingreso después de haber agotado su vida laboral, así como determina la posibilidad de que otro importante número de miembros de la población adulta logre recibir un beneficio económico de manera vitalicia con la suma de sus ahorros al sistema pensional y un aporte del presupuesto nacional; existen muchas dudas de la manera en que esta decisión, loable en lo social, va a impactar en el corto y el mediano plazo la finanzas del Estado.
De igual forma en el pilar contributivo se va incrementar el número de personas pensionadas, pero a su vez eso va impactar la cifra destinada por las finanzas públicas para solventar el subsidio necesario para completar las pensiones de los privilegiados que consiguen culminar con éxito este propósito. Al final del día el sistema va colapsar más temprano que tarde por falta de recursos para soportar las cargas impuestas por una decisión tomada desde el corazón y no con la razón.
La reforma pensionlal no toca la línea roja gruesa del tiempo de cotizado al sistema y la edad de jubilación, es algo que pronto debe comenzar a investigarse y considerarse seriamente, así como una reforma laboral y económica que garantice disminuir los porcentajes de informalidad de la economía nacional que rondan el 55%, como superar el 43% de afiliados inactivos que tiene en la actualidad el sistema pensional. Es decir, tan solo incrementando la base, el número de afiliados y cotizantes activos, vamos a tener un sistema pensional mucho más robusto y sostenible. La primera recomendación para que esto funcione sería que el presidente y la ministra del Trabajo retiren la reforma laboral que cursa en el Congreso y la redefinan de una forma mucho más concertada.
AL MARGEN: Habrá alguien que le diga a la ministra que no autorizando el despido de 800 trabajadores de Colmotores-GM no les va a garantizar el empleo, desde Detroit ya debieron ordenar hacer el cálculo de cuánto vale una indemnización extra por renunciar. Hay que pensar alternativas más contundentes e imaginativas para generar nuevas fuentes de empleo en el País.
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