Tensión en el Hospital M.G.Y. por amenaza de privatización

Sin alterar el servicio a los usuarios de la salud, los funcionarios del Hospital de Soacha Mario Gaitán Yanguas realizan asambleas permanentes para explicar la delicada situación de la institución por falta de recursos.


La tensión se apoderó luego de la crisis hospitalaria generada en el departamento, especialmente el cierre del hospital de Girardot y la profunda problemática que viven los hospitales de Zipaquirá, Fusagasugá, La Vega, Villeta, Guaduas, San Juan de Rioseco y Puerto Salgar.

Para Juan Manuel Caicedo, líder político y social, el problema parte de la misma ley 100 de 1993, cuyo ponente de la època fue el presidente Alvaro Uribe cuando integraba el Congreso de la Repùblica. Para Caicedo es una Ley perversa por la manera como fue concebida; «pienso que abre el boquete al sector, al que interviene, al mediador, a través de las figuras de las ARS que son en últimas las que terminan llevándose la plata de los hospitales.

Para el líder político la ley tenía una vigencia; «hoy es evidente que colapsó y el remate es la privatización, mientras el Estado le entrega los recursos a las ARS, éstas no lo transfieren a los hospitales y por su puesto, quiebran». Considera que es difícil que el Hospital le niegue al usuario el servicio, especialmente a los vinculados, por quienes nadie responde, y eso profundiza aun màs la crisis.

Mariela Chinchilla, funcionaria del Hospital, dijo que el gobernador Andrés González incumplió porque en campaña anunció que apoyaría incondicionalmente la salud pública, y hoy quiere llevar la isntitución a la privatización.

Blanca Brochero, vicepresidenta de SINDESS, explicó que la situación es caótica y rechazó la privatización como mecanismo del Estado para continuar con la prestación del servicio de salud.

Por su parte Camilo Téllez, de la Asociación de Usuarios del Hospital, dijo que el problema de la salud viene desde hace varios años. Es una política de Estado recortar los recursos, generar crisis y luego privatizar.

Ante la delicada situación, los empleados del Hospital planean realizar una marcha pacífica el próximo martes 10 de noviembre, para la cual invitan a las comunidades a que se unan al clamor, teniendo en cuenta que es un reclamo por un servicio de interés general: la salud pública.

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