Todo por llegar al poder

Hablar de política y sociedad en la Colombia Republicana no es nada fácil; menos aún si tomamos en cuenta la cantidad de partidos políticos y movimientos que por medio de diferentes formas sus dirigentes y representantes quieren llegar al poder, sea este en el nivel ejecutivo, legislativo o en su efecto las Gobernaciones, Alcaldías y Concejos Municipales a lo largo y ancho de nuestra geografía nacional.


La democracia es una forma de organización del estado por medio de la cual el pueblo elije a sus gobernantes de acuerdo a la exposición de sus ideas y proyectos que por lógica van dirigidos para un beneficio común. La libertad de ideas y pensamientos manifestados como máxima expresión de nuestra democracia, en los últimos años en el país por medio de algunos personajes que en mala hora representan y dirigen los destinos de la nación desde los diferentes cargos, especialmente de elección popular, se han encargado de perjudicar el verdadero valor y significado de este sistema, al punto tal que la política hoy en día es considerada como sinónimo de corrupción.

Tardaríamos demasiado tiempo y se ocuparía mucho espacio en esta columna editorial si resaltamos todos y cada uno de los tropiezos, infortunios, malversación de fondos, desfalcos y fraudes de las cuales la única lesionada es la nación, a lo que se suman las actuaciones ilícitas en su afán de llegar al poder como por ejemplo la compra de votos y los negocios con los grupos al margen de la ley, con la finalidad de conseguir sus curules y cometidos en el poder. Sin embargo resaltaríamos problemas graves y delicados por los cuales varios padres de la Patria han sido investigados como el caso de la parapolítica; el caso de Agro Ingreso Seguro en el gobierno anterior en donde se beneficiaron personas que no conocen el campo ni en visita, con miles de millones de pesos; el carrusel de la contratación y muchos otros carruseles como el de la salud en donde sus funcionarios han sido investigados y sancionados por los entes de control.

La política en Colombia para muchos se ha convertido en una carrera de oficio; en donde se han montado grandes maquinarias al estilo de una empresa con la finalidad de no perder espacio alguno y ser los mismos quienes estén al frente de determinados cargos del Estado, negando de esta forma el derecho legal y constitucionalmente reconocido a que el resto de ciudadanos puedan llegar a ocupar estos cargos y en muchos casos se renueven las ideas y esperanzas de esta patria agobiada en la tristeza y abandono permanente, característica ignota de algunos personajes que llegan al poder no a resolver los problemas del campo y la ciudad, sino al contrario, a resolver los problemas de sus familias, amigos y simpatizantes.

En este orden de ideas y con el sentido de pertenencia de todos los ciudadanos con el país, sería muy importante que algún día se expidiera una ley en la que se permita por una sola vez el ejercicio del cargo; seguramente puede sonar absurdo y para quienes se encuentran como jefes de los partidos y repiten el mismo cargo en el poder, como si no existieran más personas preparadas en el pueblo, hasta puede sonar incoherente, ilógico , irracional, sin embargo desde mi humilde punto de vista como ciudadano del común y con el derecho que me permite la Constitución Política de la República, expresados en el Titulo II Capítulo I Art. 13-16 y 20 de los DERECHOS FUNDAMENTALES.

En la política colombiana varios líderes se han apoderado de los partidos al punto tal que parecieran ser los amos, dueños y señores con escritura propia de algunas ideologías; el poder del apellido y las familias ha llegado al punto tal que dentro de las determinaciones no permiten que las mismas ciudades y comunidades se pronuncien en sus propósitos y las órdenes vienen directamente desde arriba, lo que anula de hecho de la participación democrática como tal.

Existen algunos partidos políticos tradicionales que son reconocidos por su existencia y participación democrática, respetable desde todo punto de vista, otros cambian de nombre para cada elección y en el caso de sus miembros y algunos politiqueros oportunistas para cada contienda electoral se cambian de camiseta sin escrúpulo alguno y si esto no es posible se inventan e inscriben su propia partido o movimiento. Lo cierto es que para hoy en día la política ha cambiado y el electorado vota más por el nombre que por el mismo partido político.

Finalmente, en tiempo de elecciones todos los candidatos resultan en sus discursos ser hijos de familias pobres, campesinos, se identifican con la comuna, corregimiento, municipio, ciudad, o resultan con familia o apoderándose de obras que jamás las ejecutaron y se comprometen con lo que pueden y no pueden como hacer puentes donde no hay ríos, carreteras en donde no se necesitan, y lo que es peor aún, se toman la foto para la valla, afiche y más propaganda publicitaria con los jefes del partido, como si este fuera a ser el responsable en el futuro de las acciones y ejecuciones del cargo; siento que esto es falta de personalidad y posicionamiento político; todo por la ambición desmedida de hacer parte del poder; seguramente debe ser bueno y lucrativo porque de no ser así, no existiría tanta codicia desmedida e inversión por tratar de llegar de todos modos y a toda costa, al poder.

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