Una rampa de deporte extremo se convirtió en nido de inseguridad

Uno de los pocos escenarios que existen para la práctica del deporte extremo en Soacha, la reconocida rampa de La Isla en Compartir, dejó de ser un escenario destinado a la práctica del deporte para convertirse en un albergue de consumidores de drogas, jíbaros, ladrones y otros delincuentes que han generado una compleja problemática de inseguridad para esta comunidad.


caravana-.jpg

Aunque cuando se construyó la rampa aproximadamente en el año 2003, durante el primer gobierno de Álvaro Cruz, se pensó en la creación de un escenario deportivo abierto a todos los jóvenes del sector, pero la realidad muestra hoy que esta idea quedó en el olvido, dada la situación que viven los habitantes de La Isla, que ven cómo han quedado a merced de la inseguridad, sin que hasta el momento se haya podido hacer algo realmente efectivo para mitigar esta dificultad.

“La rampa está demasiado deteriorada, además se ha vuelto un sitio para los enfrentamientos entre pandillas, la venta y el consumo de drogas. Queremos que esta pista sea retirada de nuestro sector, sencillamente porque no tiene arreglo, y en definitiva el escenario se ha convertido en una guarida de delincuentes que cogen esto de escondite, abriendo huecos para refugiarse allí. Lo peor es que nadie está controlando esta rampa, a pesar de que desde allí se hacen atracos a los habitantes del sector, incluso hay niños que se meten allá y no pueden hacer deporte, porque la misma delincuencia los ha sacado del lugar. Lo grave es que muchas de las personas que permanecen en ese lugar vienen de otros lugares para hacer sus actos ilícitos, y se van campantemente sin dejar ninguna evidencia”, explicó uno de los habitantes de la comunidad.

Como si la inseguridad fuera un problema menor, los vecinos deben ver bochornosas escenas en las que personas desconocidas se dirigen hasta los huecos abiertos en los muros de la rampa, abiertos como si fueran madrigueras, para tener relaciones sexuales en plena vía pública, a la vista de cuanta persona se encuentre cerca:

“Desgraciadamente el espacio se ha convertido en el epicentro de situaciones difíciles y bochornosas para el sector. Ya de deporte no queda nada, esto se convirtió en un ‘motel chiquito’. Las personas que permanecen allí hicieron un hueco para refugiarse, y más o menos a las 5 de la mañana salen parejas con colchones y cobijas, a las cuales no les interesa consumir vicio y tener relaciones sexuales delante de todos, pues con la droga que consumen no son conscientes de lo que hacen”, expresó otra de las vecinas de La Isla.

“Tengo entendido que la Policía de Compartir sí ha venido al barrio y
ha hecho operativos, pero la verdad no veo qué efectividad ha habido, porque ellos no han hablado con la comunidad sobre el tema. Desde que la rampa está aquí los niños no han podido salir a jugar, por la razón de que ésta no ha sido utilizada para lo que inicialmente se pensó que iba a ser. Allí sólo van personas a vender y consumir vicio, e indigentes que duermen ahí a cualquier hora del día. Mis hijos ya reconocen el olor de la marihuana y el bazuco, por eso me toca tenerlos encerrados, pues a pesar de que hay dos parques, estos no son para los niños sino para los viciosos y los delincuentes”, manifestó una residente de La Isla.

Una propuesta que se rechazó

Ante la situación de La Isla, Periodismo Público.com consultó al Teniente Javier Gómez, Comandante de la Subestación de Compartir, acerca de la acción de los uniformados para este caso particular. Gómez señaló que se ha hecho una serie de diagnósticos sobre la situación de inseguridad en cada uno de los barrios que conforman la comuna uno, y que precisamente se trabajó el año pasado en el sector de La Isla, donde se hizo una intervención muy corta en la cual, según dijo, esta comunidad se vio muy favorecida, gracias a que cerca de allí va a funcionar la nueva Subestación de Policía de Compartir, la cual estará ubicada en el sector de La Y:

“Sobre el caso concreto de la situación que se presenta actualmente en La Isla, se han montado frentes de seguridad en donde hemos hecho campañas educativas encaminadas a guiar a los jóvenes de este sector para poder disminuir el consumo de drogas y licor, y controlar la permanencia de estas personas en la vía pública a altas horas de la noche, dado que esta zona está incluida dentro de nuestra jurisdicción. Sin embargo vale la pena decir que tuvimos una baja aceptación de este programa, debido a que muy pocas personas asistieron a las reuniones que programamos, por eso sólo pudimos montar un Frente de Seguridad, que terminó convertido en red de seguridad y apoyo”, aseguró el Teniente Gómez.

Vale la pena decir que en el momento de construir esta rampa, gran parte de la comunidad se mostró en desacuerdo con la obra, como si hubiesen adivinado lo que está pasando en la actualidad. Con la situación de hoy, las personas que viven en la Isla encuentran razones de peso para hacer una vehemente petición a las autoridades locales: quitar la rampa y reemplazarla por un centro cultural que albergue a todos aquellos que están causando perjuicios a los vecinos.

Siga a Periodismo Público en Google News. Suscríbase a nuestro canal de Whatsapp