200 años de sometimiento

Según la historia hoy se celebra el Bicentenario de la independencia de Colombia, una fecha que parece marcar un hito de patriotismo y amor por un país que en el papel es soberano, pero que en la práctica sigue sometido a intereses y políticas foráneas. Parece que desde que llegó Cristóbal Colón a América no nos hemos podido quitar el yugo del sometimiento, y menos de ser serviles por naturaleza.


El calendario nuestro nos cuenta que el día de la independencia de Colombia es el 20 de Julio. En la escuela nos enseñaron que lo que ocurrió esta fecha fue una pelea por un florero y que ese hecho se tradujo en el primer grito de Independencia por parte de los criollos. Sin embargo revisando la historia realmente no es ni una cosa ni la otra.

Entonces qué celebramos hoy?. Trataré de ser breve porque los documentos son muy extensos y casi todos coinciden en afirmar lo mismo. Entonces la preguntas es, ¿Por qué los medios de comunicación y el mismo Estado no nos cuenta cuál es el significado real de esta fecha?. Porque al parecer lo de aquel 20 de julio de 1810 de independencia no tuvo sino el título de un acta; más adelante veremos por qué.

Si vamos a hablar de independencia tendríamos que remontarnos al 7 de agosto de 1819, día en que el ejército comandado por Bolívar derrotó a los españoles en la famosa batalla de Boyacá. Es decir, esta fue la verdadera fecha en que el pueblo criollo se independizó de los españoles; como quien dice, el Bicentenario debería ser hasta dentro de nueve años.

Pero bueno, hablemos del 20 de julio de 1810. Resulta que ese día no se declaró ninguna independencia por parte de los “americanos”, no de los gringos, sino de los que habían nacido en América, porque al decir verdad lo único concreto fue que se firmó un acta, pero se seguía reconociendo al rey español Fernando VIII. Entonces, ¿cuál independencia?. Por otro lado hay que decir que la revuelta popular de ese día estaba antecedida por una serie de hechos que ya habían ocurrido con anterioridad en el país.

En las juntas realizadas entre 1808 y 1810, a pesar de que los criollos fueron invitados, la representación era mínima: entre 36 peninsulares, había 9 americanos. Esto hizo que los criollos por primera vez pensaran en la posibilidad de acatar un Estado- Nación.

Pero la primera insurrección ocurrida en el actual territorio de Colombia ocurrió en Valledupar en abril de 1810, es decir, tres meses antes que la ocurrida en Bogotá. Luego, el 22 de mayo en Cartagena de Indias, un movimiento revolucionario crea una Junta de Gobierno, y declara su fidelidad a Fernando VII y al Consejo de Regencia, y forma una Junta de gobierno, siguiendo el ejemplo de la Junta de Cádiz. Es decir, si la fecha de independencia se celebra por los hechos ocurridos el 20 de julio en Bogotá, deberíamos recordar que lo sucedido en Valledupar o Cartagena fue primero.

Más adelante entenderemos por qué cobró fuerza lo de la capital por encima de otras revueltas. Era evidente el descontento que había frente al virrey Amar y Borbón, y la clase dirigente de Bogotá creó una junta de notables integrada por autoridades civiles e intelectuales criollos. Los principales personeros que conformaban la junta eran: José Miguel Pey, Camilo Torres, José Acevedo Gómez, Joaquín Camacho, Jorge Tadeo Lozano, Antonio Morales, entre otros.

Luego de varias reuniones, la junta de notables propuso promover un incidente con los españoles, a fin de crear una situación conflictiva que diera salida al descontento potencial que existía en Santa fe contra la audiencia española. Lo importante era conseguir que el Virrey, presionado por la perturbación del orden, constituyera ese mismo día la Junta Suprema de Gobierno, presidida por el señor Amar e integrada por los Regidores del Cabildo de Santa fe.

Don Antonio Morales manifestó que el incidente podía provocarse con el comerciante peninsular don José González Llorente y se ofreció «gustoso» a intervenir en el altercado. Los notables criollos aceptaron la propuesta y decidieron ejecutar el proyecto el viernes, 20 de julio, fecha en que la Plaza Mayor estaría colmada de gente de todas las clases sociales, por ser el día habitual de mercado.

Para evitar la sospecha de provocación se convino que Don Luís Rubio fuera el día indicado a la tienda de Llorente a pedirle prestado un florero o cualquier clase de adorno que les sirviera para decorar la mesa del anunciado banquete a Villavicencio. En el caso de una negativa, los hermanos Morales procederían a agredir al español.

Hechos del 20 de julio 1810

Antes de las doce del día, como estaba previsto, se presentó don Luís de Rubio en el almacén de Llorente y después de hablarle del anunciado banquete a Antonio Villavicencio, le pidió prestado el florero para adornar la mesa. Llorente se negó pero sus palabras no fueron en términos despectivos o groseros.

Entonces intervino Caldas, quien pasó por frente del almacén y saludó a Llorente, lo que permitió a don Antonio Morales, como estaba acordado, tomar la iniciativa y formular duras críticas hacia Llorente.
Morales y sus compañeros comenzaron entonces a gritar que el comerciante español había dicho a Rubio malas palabras contra Villavicencio y los americanos, afirmación que Llorente negó categóricamente.

Mientras tanto los principales conjurados se dispersaron por la plaza gritando: ¡Están insultando a los americanos! ¡Queremos Junta! ¡Viva el Cabildo! ¡Abajo el mal gobierno! ¡Mueran los bonapartistas!. La ira se tomó el sentir del pueblo.

Indios, blancos, patricios, plebeyos, ricos y pobres empezaron a romper a pedradas las vidrieras y a forzar las puertas. El virrey don Antonio Amar y Borbón desde su palacio, observaba con alarma la situación que se escapaba de sus manos; la guardia que era por cierto muy escasa, estaba al mando de Baraya, quien rápidamente puso las tropas al servicio de la revolución, a tal punto que los cañones se enfilaron hacia el palacio del virrey.

El virrey muy asustado, aceptó reunir un cabildo extraordinario presidido por él, los oidores y los miembros del Cabildo de Santa Fe; al final de la tarde se impuso dicha reunión, se procedió a la elección de los vocales, de los voceros, y hacia las seis de la tarde, José Acevedo y Gómez lanza una arenga que le mereció el título de Tribuno del pueblo, invitando a la gente a que se mantuviera en pie, defendiendo lo que se estaba buscando.

“Si perdéis estos momentos de efervescencia y calor, si dejáis escapar esta ocasión única y feliz, antes de 12 horas, seréis tratados como los insurgentes, ved los calabozos, los grillos y las cadenas que os esperan.”

Reunido el Cabildo, se procedió a elegir una Junta Suprema de Gobierno, la cual se encargaría del gobierno y se desconocía la autoridad del virrey. Una vez instalada la Junta Suprema, durante las horas finales de la tarde, la noche del 20 de julio y el amanecer del 21 de julio, se redactó el acta que se conoce con el nombre de Acta de Independencia.

El Acta de Independencia

La llamada «Acta de Independencia» de Santa fe no era realmente una declaración propiamente de independencia, pues como lo afirma el mismo documento, esta no pretendía (en nombre de la Nueva Granada) «abdicar los derechos imprescriptibles de la soberanía del pueblo a otra persona que a la de su augusto y desgraciado Monarca don Fernando VII». En contraposición, otras «actas de independencia», como la que se promulgó en la ciudad de Mompós (del 6 de agosto de 1810) sí buscaron una real independencia de España.

Según el historiador colombiano Germán Mejía, «El 20 de julio es un movimiento bogotano, local, y genera un problema inmediato que además tiene pretensiones sobre las otras juntas que se estaban dando en el país. La pretensión consistía en definir lo que iba a ser el territorio de la Nueva Granada. Es el triunfo del centralismo sobre la realidad de las provincias de principios del siglo XIX. Los criollos tuvieron el papel de construir la primera República. El 20 de julio que nosotros entendemos hoy en día es el fabricado a finales del siglo XIX y no lo que sucedió a comienzos de este siglo».

El Congreso General del Reino se reunió el 22 de diciembre, prestó el juramento de “sostener los derechos del rey Fernando VII contra el usurpador de su corona Napoleón Bonaparte y su hermano José; defender la independencia y soberanía contra toda opresión exterior”. No se daba una ruptura total con el soberano español. Conclusión: juzguen ustedes….

Y para terminar agrego una cosa más. Llevamos 200 años celebrando un hecho que realmente no marcó la independencia del país. Recordemos que después vino la famosa patria Boba, luego la batalla de Boyacá en 1819 que selló la independencia con los españoles, pero más adelante el país se sometió al imperio norteamericano…. Y hasta ahora, ahí vamos. ¡200 años de sometimiento!

Fuente: Universidad de los Andes (Colombia)

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